“Concluye una larga espera que como familia hemos vivido desde
diciembre de 1976, fecha en que Fernando Ortiz, Horacio Cepeda, Lincoyán
Berríos y otros ocho compañeros militantes del Partido Comunista;
Armando Portilla, Fernando Navarro, Luis Lazo, Reinalda Pereira, Waldo
Pizarro, Héctor Veliz, Lisandro Cruz y Edgar Pinto; dos compañeros del
MIR, Santiago Araya y Carlos Duran, fueron detenidos y hechos
desaparecer por agentes de la DINA (Dirección Nacional de Inteligencia).
Hoy sabemos que fueron llevados al cuartel de calle Simón Bolívar donde
fueron asesinados.
“Tras años de investigación los restos de nuestros familiares han
sido identificados y hoy nos aprontamos a darles sepultura, queremos
compartir este momento tan significativo con quienes los conocieron en
sus distintas etapas de la vida, quienes les abrieron las puertas de la
clandestinidad, los compañeros de partido y todos los amigos y amigas
que nos han acompañado a lo largo de estos casi treinta y seis años en
la búsqueda de la verdad y la exigencia de justicia.
“La detención de nuestros familiares miembros de la dirección del PC,
pareciera ser la culminación de la política de exterminio en contra del
partido, que comenzó a fines de 1975 y terminó a inicios de 1976,
conducida por la DINA. Noventa militantes fueron detenidos y hechos
desaparecer, la mayoría de ellos integrantes de las comisiones
nacionales y de las dirección del Partido.
“A partir de las detenciones comenzamos un largo peregrinar que ya
habían recorrido otros familiares: postas, hospitales, comisarías,
cementerios, morgues y sin ningún resultado. Los recursos de amparo que
presentamos fueron infructuosos.
“Conseguimos que la Corte Suprema, en febrero de 1977, nombrara a
Álvaro Huancaíno como ministro en visita, sin embargo, él cerro el
sumario, ya que la información emanada de los organismos sociales
establecía que nuestros familiares se habían ido a Argentina por el paso
Los Libertadores.
“Los primeros avances en la investigación los vemos solo cuando asume
el ministro Carlos Cerda, quien logra establecer la falsedad de los
documentos sobre el lado argentino. El ministro Cerda se ve comprometido
con no dejar impune los hechos cometidos con nuestros familiares, fue
reemplazado por el juez Manuel Celedonio, quien aplicó la amnistía y
sobreseyó definitivamente la causa. Sobreseimiento que fue confirmado
por la Corte Suprema en 1979.
“Tras once años de lucha y búsqueda de nueva información, en el
contexto de la Mesa de Diálogo del año 2000, lograríamos obtener de las
fuerzas armadas, nuevos antecedentes sobre el paradero de seis de
nuestros familiares: Lincoyán Berríos, Horacio Cepeda, Fernando Navarro,
Fernando Ortiz, Héctor Veliz y Luis Lazo Santander. Todos ellos habían
sido arrojados a un foso de la mina Los Bronces, en la cuesta Barriga.
“Durante dos meses se buscaron sus restos en esta mina, se
encontraron cerca de 200 pequeñas osamentas, ya que se había producido
en el años 1979 la exhumación de restos por parte de la CNI -Central
Nacional de Inteligencia, organismo que reemplazó a la DINA-. Las
osamentas encontradas no lograron ser identificadas hasta el mes de
julio del 2012 y es en ese proceso que logramos reconocer a nuestros
familiares.
“En julio del 2002 logramos interponer una nueva querella criminal,
la que fue tramitada por diversos jueces, pero solo en el año 2007
-cuando nuestra causa es asumida por el ministro Víctor Montillo- quien
investiga el caso calle Conferencia y que descubriera el paso de
nuestros familiares y varios detenidos en diciembre de 1976 por el
cuartel Simón Bolívar.
“El cuartel Simón Bolívar fue un lugar de exterminio, porque ninguno
de los detenidos que pasó por este recinto salió con vida. Los métodos
aquí utilizados develan el horror con el que actuaron los agentes de la
dictadura de Pinochet. El mismo Víctor Montillo falleció a fines de
marzo de 2011 y en la actualidad la causa permanece en estado de sumario
y es tarea ahora del ministro Miguel Vásquez hacer justicia condenando a
los asesinos y torturadores con penas que sean acordes a los horrendos
crímenes cometidos por ellos.
“Hoy, aunque tenemos sentimientos de profundo dolor, podemos decir
que hemos sido más tenaces que los agentes represores y no cesaremos
hasta obtener la condena de estos asesinos. Seguiremos luchando por la
vida, porque esto hemos sido, luchadoras y luchadores por la vida, todas
nosotras y nosotros, nuestras hijas e hijos, nuestros nietos y nietas,
pese al dolor y la ausencia hemos optado por la vida, hoy estamos aquí
para dar sepultura a los pequeños fragmentos de las osamentas
encontradas que corresponden a nuestros familiares Fernando Ortiz,
Horacio Cepeda, Lincoyán Berríos.
“Han transcurrido 36 años de su detención y desaparición, 36 años de
lucha constante en la búsqueda de la verdad y exigencia de la justicia,
36 años por mantener la memoria histórica de nuestro país, para que los
horrores y violaciones a los DDHH cometidos durante la dictadura militar
no sean jamás olvidados y no vuelvan a repetirse. Todos quienes nos han
acompañado durante estos años, también han optado por la vida y la
solidaridad, hemos sentido su cariño y amor durante este largo tiempo y
les damos las gracias por ello”.
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