La moción establece que el acoso laboral es la conducta abusiva,
consciente y premeditada por parte del empleador u otro trabajador, que
es realizada en forma reiterada, y que atenta contra la dignidad o
integridad física o psicológica de un trabajador. Además, castiga a
quienes incurran en esta práctica con multas que van de 10 a 50 UTM, y
permite al trabajador afectado ejercer el autodespido con derecho a pago
de indemnizaciones legales.
La diputada Vidal celebró la aprobación del proyecto, que tuvo una
extensa tramitación en el Parlamento tras su ingreso en 2003. “Por fin
contamos con una adecuada regulación para el acoso laboral en el
trabajo, ya que nuestro ordenamiento carece de una definición que lo
singularice como figura sancionable”, señaló, valorando también el
impulso que le dio a la iniciativa su par del PPD, Adriana Muñoz.
La legisladora detalló que “el acoso laboral se puede presentar de
muchas formas, con amenazas de despido, descalificaciones verbales, la
hostilidad en razón de la raza, sexo y forma de hablar del trabajador, y
por el no cumplimiento de las obligaciones del empleador, como pagar en
forma íntegra y oportuna las remuneraciones”.
Ximena Vidal destacó las indicaciones presentadas por el Senado.
“Como la aprobación del proyecto en su primer trámite ocurrió antes de
la entrada en vigencia de la reforma procesal laboral, en el Senado
adecuaron los contenidos de la moción a ésta, lo que simplificó
positivamente el proyecto”, indicó.
Por su parte, la diputada PPD y coautora del proyecto de ley, Adriana
Muñoz, indicó que “es muy importante la aprobación de esta iniciativa,
ya que busca corregir una situación de discriminación grave y compleja
que se encuentra en la base de las relaciones laborales de nuestro
país”.
“De esta manera, se le otorga esperanzas a miles de trabajadores que
son hostilizados y hostigados en su trabajo, afectando a tal nivel su
salud psíquica y física que los enferma y obliga a renunciar, no
pudiendo exigir ningún derecho laboral consagrado en la ley”, explicó la
parlamentaria.
El Ciudadano
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