El “modelo” Villalobos para la futura ANI
Ya sea consultando su opinión,
con su asesoría directa o bien tratando de replicar un perfil
profesional como el de Gustavo Villalobos, está claro que el modelo a
seguir para el futuro de la ANI es el que implementó el abogado
socialista durante su gestión. Incluso no se descarta que él pueda ser
efectivamente el sucesor de Yuseff.
Con
las primeras filas del futuro gabinete de Michelle Bachelet ya
designado, en las siguientes semanas, hasta el 11 de marzo, el foco
estará en la elección del resto de los cargos del aparato gubernamental,
desde gobernadores hasta jefes y directores de servicios clave,
empresas públicas y superintendencias. En esa línea, una definición
fundamental será la del futuro director de la Agencia Nacional de
Inteligencia (ANI).
Durante el gobierno de Sebastián Piñera,
la ANI ha estado dirigida por el abogado Gonzalo Yuseff (RN), quien fue
puesto ahí por el otrora ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter. Pero
con el cambio del personero a la cartera de Defensa, el ex fiscal
perdió su principal fuente de blindaje y quedó expuesto a los
cuestionamientos de La Moneda a su deficiente gestión.
Más allá de cierta personalidad
excéntrica, las críticas a Yussef, desde el propio gobierno y la
comunidad de inteligencia, apuntaban a que bajo su mando la ANI ha
estado “ausente”, ha sido “totalmente inocua”, “no ha dado el ancho para las tareas de inteligencia nacional”, todo porque ha sido evidente su “falta de experiencia” en el tema.
Ese escenario llevó a que, hace un año ya, se pensara en la opción de una cirugía mayor de la ANI,
que pasaba obviamente por la posibilidad cierta de remover a Yuseff de
su cargo. Los errores no han sido menores, como las comentadas falencias
ante los conflictos en la zona de la Araucanía y hace sólo unos meses,
en noviembre, la salida de libreto de Yuseff y el excesivo autobombo que desplegó en el caso de los chilenos detenidos en España por la colocación de una bomba. Eso, sin contar el episodio de la detención del paquistaní.
Así de cuestionado Yuseff, es evidente
que será removido, confesaron desde el nuevo gobierno, que ya está
evaluando la situación de la ANI. El tema es de responsabilidad directa
del Ministerio del Interior, o sea, desde el 11 de marzo, de Rodrigo
Peñailillo, aunque siempre ha sido considerada la opinión de la cartera
de Defensa, por tener materias vinculadas a las responsabilidades de la
agencia.
En ese sentido, altas fuentes del nuevo
gobierno precisaron que si bien son muchas las definiciones a tomar
sobre la ANI, sí hay completa claridad en que será clave la figura del
ex director de la agencia, Gustavo Villalobos, quien fue designado por
Ricardo Lagos el 2004, cuando se creó la instancia, y luego ratificado
el 2006 en el primer gobierno de Bachelet.
Y explicaron que, ya sea consultando su
opinión, con su asesoría directa o bien tratando de replicar un perfil
profesional como el de Villalobos, está claro que el modelo a seguir
para el futuro de la ANI es el que implementó el abogado socialista
durante su gestión. Incluso no se descarta que él pueda ser
efectivamente el sucesor de Yuseff.
“Hay que evaluar bien el tema, pero lo
que está claro es que nos vamos a basar en Villalobos”, precisó una
fuente del futuro gobierno.
Villalobos fue durante toda la dictadura
abogado y jefe de Departamento Jurídico de la Vicaría de la
Solidaridad, en democracia fue director de CONACE, jefe de gabinete del
Ministerio del Interior, subdirector de Seguridad Pública y luego estuvo
a la cabeza de la Dirección de Seguridad Pública e Informaciones
(Dispi), hasta que se hizo cargo de la ANI.
Además del manejo y experiencia
reconocida en el área, tiene –recalcan– una característica primordial
para el puesto: su bajo perfil. La ANI no generaba ruido en su época, no
se hablaba de su trabajo ni menos se le cuestionaba, algo fundamental
para el buen desarrollo de las labores de inteligencia. De hecho, recién
asumido Piñera, a Villalobos se le dio la opción de continuar en el
cargo, como una señal de que esta delicada tarea requiere más lógicas y
tratamiento de Estado. Pero Villalobos declinó, pues –en su concepto–
dichas tareas requieren la máxima confianza política presidencial.
No es un desconocido para el futuro
gobierno. Su cercanía política en el PS está con el actual secretario
general de la OEA, José Miguel Insulza, pero la Mandataria electa lo
conoce bien, tanto por su trayectoria previa como por sus labores en su
primer gobierno.
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