PULSO SINDICAL Nº 232 DEL 09 AL 16 DE ABRIL DE 2014
Una omisión cometimos en el Pulso 230, y agradecemos a Juan A. Alvarez G quien nos escribió una nota cortita pero contundente: “Nos dejó de lado a Tarapacá..IQUIQUE Tierra de Campeones...También somos chilenos ... espero nos dilucide....pronto”
Tiene
razón Juan, con este lió que se nos hace en el numero y nombre de las
regiones sin quererlo omitimos a Tarapacá y esperamos nos disculpen
todos nuestros hermanos del norte grande.
Reiteramos
el llamado a que la solidaridad no se detenga con ninguno de los
lugares afectados, a la vez que pedimos encarecidamente que las muestras
de respaldo y apoyo de pueblo a pueblo, se amplíen hacía nuestros
compatriotas que viven en los cerros de Valparaíso, muchos de los cuales
perdieron todo lo que tenían en el dantesco incendio que se produjo el
fin de semana recién pasado.
Ropa
de cama, alimentos no perecibles y ropa interior para hombres mujeres y
niños de todas las edades, son las cuestiones mas necesarias.
Todos
los trabajadores, organizados y no organizados deben redoblar los
esfuerzos para concurrir en ayuda de quienes fueron afectados por el
terremoto y el incendio.
Se aproxima un nuevo Primero de Mayo y nuevamente el balance será al debe.
No
solo no avanzamos en la consecución de las demandas históricas, sino
que retrocedemos. A 128 años del llamado a luchar por 8 horas de
trabajo, 8 horas de recreación y 8 horas de descanso, aún en decenas de
países tal demanda no está satisfecha y en algunos casos se están
perdiendo beneficios alcanzados tras largos años de lucha.
Cada
día son menos influyentes las organizaciones sindicales y su presencia
pública solo resalta cuando alguna autoridad se reúne con “los máximos
dirigentes” para explicar tal o cual medida de la administración de
turno. Otro cuento es que los trabajadores sean informados de lo que se
les explicó a sus líderes. La “democracia sindical” no da para tanto.
Y
es que si hubiera preocupación por lo que sucede, en nuestro país
estaríamos todos de pie exigiendo que la flexibilidad laboral que se
pretende instalar para los trabajadores del turismo (mensaje 488 – 360 del 06 de enero de 2012 enviado al parlamento por Sebastian Piñera y que ya aprobaron los diputados), no se transforme en ley.
Esta
flexibilidad, que implica la facultad a los patrones para cortar la
jornada diaria de trabajo hasta por 5 horas, se aplicará a los
trabajadores de hoteles fuentes de soda, restaurantes, casinos y otros
vinculados al turismo, pero seguramente se irá haciendo extensiva a
otros sectores de la economía y tendremos, en un tiempo no muy lejano, a
millones de trabajadores fuera de sus hogares hasta por 13 horas
diarias, provocando aún más daño a la complicada estabilidad familiar.
A
128 años de Chicago el gobierno chileno hecha tierra a la demanda
laboral de 8 horas diarias de trabajo continuo y los trabajadores
organizados son incapaces de ponerse al frente para combatir tamaña
arbitrariedad. Por eso decimos con tanta fuerza que el movimiento
sindical chileno está en crisis y debe ser refundado.
En vez de exigir de
la patronal cuestiones tan básicas como pago diario de locomoción y
colación, gratificación garantizada, no descuento del seguro de cesantía
en las indemnizaciones por años de servicio, entre las mas urgentes, la
dirigencia sindical y asesorías pobres y débiles ajenas a la realidad
diaria del trabajador, promueven la suscripción de contratos colectivos a
36 y 48 meses.
La razón principal de
esto?.Asegurar algunos millares de pesos en el bono de termino y
prestamos blandos, que solo aumentan la dependencia del trabajador.
Acéptese
o no lo que decimos, es claro que la falta de independencia y autonomía
ha hecho de las organizaciones sindicales, simples correas de
trasmisión de los grupos de poder que se reparten ávidos un pobre botín.
Mientras
no se entienda que la cotización debe ser obligatoria y mensual por que
así no hay que depender de nadie más que de uno mismo para hacer
organización, y que los dirigentes deben ser electos por TODA la
militancia sindical para que así sean efectivamente representativos, no
tendremos posibilidad de confrontar al capital y sus servidores.
Esa es la gran lección que nos debe dejar la conmemoración del Primero de Mayo.
Mucho no comparten o mediatizan nuestras afirmaciones.
Si bien es cierto
asumen que la cosa no anda bien, insisten con la idea de que las cosas
deben arreglarse “desde adentro” y sin “o con” quererlo terminan siendo
parte de deslavados enjuages en que lo único que se avanza es en el
mecanismo para repartirse los cargos entre los mismo de siempre.
La
crisis es seria y para muestra solo algunos números de las estadísticas
oficiales, las que lamentablemente solo están actualizadas al año 2012.
1.-
La fuerza de trabajo ocupada en el año 2012 (personas que están
prestando servicios a un empleador o trabajan por cuenta propia y
podrían organizarse en sindicatos) es de 6.441.986, en tanto que los
trabajadores organizados llegan a 821.041, los que se distribuyen en
10.585 organizaciones activas. Esto nos indica que el % de trabajadores
organizados llega al 12,8 % y el promedio de socios por sindicato es de
77 trabajadores.
Si
se sacara de esta medición a los sindicatos de interempresas,
transitorios y por cuenta propia, que en su mayoría están
sobredimensionados respecto de la cantidad de socios (por lo que
influyen poderosamente en la construcción de padrones electorales)
perfectamente se podría concluir que la tasa de organización de
trabajadores en empresas no llega al 10%.y que el número de socios por
organización es inferior a 70.
2.- En lo que respecta a la negociación colectiva la cuestión es peor.
En
el año 2012 iniciaron su vigencia 4940 instrumentos colectivos (lo que
puede significar renovación del instrumento colectivo o la presentación
de uno nuevo) que involucraron a 306.313 trabajadores.
En el mismo año se efectuaron 161 huelgas en las que participaron 30.035 trabajadores
O sea, los trabajadores que llegaron a la huelga no llegaron a representar el 10% del total de quienes negociaron.
O
los trabajadores que negocian tienen casi solucionados todos sus
problemas y por eso mayoritariamente no llegan a la huelga, o la
capacidad de influir en mejoras por medio de la negociación colectiva
es nula o casi nula.
Esta es nuestra
realidad y hay que conocerla a fondo para fundamentar el porque queremos
cambiarla. Es el gran desafío que nos presenta cuando se cumplen 128
años desde aquel Primero de Mayo en Chicago.
MANUEL AHUMADA LILLO
Presidente C.G.T. CHILE
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