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miércoles, 8 de noviembre de 2017

MIERCOLES AM No hay interés en debatir: Negar los delitos de lesa humanidad no reviste interés parlamentario, dice diputado

Sergio Ojeda, uno de los firmantes del proyecto que busca sancionar con cárcel a quienes nieguen, justifiquen o minimicen los delitos de lesa humanidad cometidos en Chile, indicó que ha pasado cerca de 8 veces por la Cámara, y que no hay interés en debatirlo.
Por Felipe Reyes
 
La memoria histórica de nuestro joven país suele resentirse de aquellos elementos violentos que la componen. Resulta difícil poder seguir el rumbo de la democracia cuando no se ha construido la ruta de ese tránsito.
 
Los hechos sangrientos que se vivieron en dictadura no han quedado atrás, y la superación sana de esos recuerdos es una obligación ciudadana y política.
 
Sin embargo, ha sido delicado. Poder establecer reglamentos y miradas afines y democráticas no ha sido posible en los 27 años de democracia.
 
Un proyecto de ley
 
En noviembre del año 2011, una serie de parlamentarios presentaron el siguiente proyecto de ley: Sanciona con cárcel a quienes nieguen, justifiquen o minimicen los delitos de lesa humanidad cometidos en Chile.
 
Desde esa fecha ha sido revisado por diversas comisiones, pero no ha tenido la constancia ni la mirada profunda por el grueso de la Cámara. Sin embargo, se trata de un proyecto que busca hacer justicia con la realidad histórica de nuestro país y hacer causa común con las regulaciones judiciales de otros países.
 
Esto porque Alemania, Francia y Suiza, entre otros, han regulado este tipo de situaciones para evitar un menoscabo de aquellos que han sido víctimas de alguna situación violenta o de vejamen.
 
Qué sucede con nuestro país
 
El tema resulta ser bastante complejo, dada la fuerte carga histórica, pero sí merece una mirada, dice el abogado Héctor Salazar.
 
“En términos de opiniones jurídicas, hay distintas posiciones, este debate existirá siempre. Personalmente trataría de que se buscara, además, que la tesis que establece el tratamiento de los delitos de lesa humanidad tenga una aplicación más severa. Que no prescriban y que se asiente como jurisprudencia de nuestros tribunales”, indicó el abogado.
 
“Me parece que el debate debe permitir las diversas y diferentes miradas que la realidad suscita. Si se quiere penalizar que hay personas que dicen que no existen los delitos de lesa humanidad, es un absurdo, pues están categorizados por organismos internacionales”, complementa.
 
“El tema de lo opinable frente a los hechos históricos, como la minimización, refleja las dos miradas y posturas frente a un mismo hecho. Refleja el debate histórico y sus distintas aseveraciones, pero yo no buscaría meter preso a alguien por hacer este tipo de comentarios”, concluyó Salazar.
 
 
Conversamos con el diputado democratacristiano Sergio Ojeda, uno de los firmantes en el proyecto de ley, para indagar en la actualidad del mismo.
 
“Queda la sensación de que hay poco interés de parte de los legisladores en materia de derechos humanos. Esto porque este proyecto ha estado como 6 o 7 veces en tabla, y sigue estando en tabla, y no se dio. Pienso que el interés en materia de derechos humanos no es el mismo, y se vuelve algo lamentable”, indica el parlamentario.
 
“Estamos hablando de un proyecto que no busca reabrir heridas ni volver el pasado, sino que queremos evitar que lo sucedió en dictadura no se vuelva a repetir. Queremos salvar vidas. Lo veo como un desinterés transversal de parte de los parlamentarios en discutir el proyecto”, indica.
 
Quien también tuvo palabras para referirse al proyecto fue la diputada UDI Marisol Turres, quien dijo que “sin duda esto es un tema complejo, que hay distintas miradas al respecto. Algunos justifican el 11 de septiembre, otros no, depende, son caras de una misma moneda y la postura que se tiene hoy tiene relación con lo ocurrido; estará influida por la visión o postura política que la familia tenía, y de la parte de la historia que haya leído o la convence”.
 
“Chile no nace el 11 de septiembre de 1973, eso es lo primero que debe tenerse claro. Y la profunda división que se vivía llevó a un estado de mala convivencia entre los propios políticos que fue arrastrando a todo el país”, dijo explicando las diferencias ideológicas.
 
“No me ha tocado nunca en estos años que alguien niegue las violaciones a los derechos humanos. Soy hija de oficial de Ejército, mi hermano es oficial, mi hijo está en el Ejército, y no he visto nadie que lo niegue. Una cosa es el golpe, y otra cosa es lo que fue pasando en los años posteriores, pero un proyecto como este lo que hace es seguir metiendo el dedo en la llaga”, afirmó.

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