La readecuación del alto mando del Ejército trajo varias novedades, algunas inquietantes. Los ascensos y retiros dan cuenta que los hechos del pasado, herencias de la dictadura, están lejos de erradicarse.
Sorpresas trajo la readecuación del Ejército comunicada por la institución y que significó designar, sin cuestionar, a quienes fueron propuestos para su promoción a Oficiales Generales por la propia institución. Los cambios respondieron a la culminación del proceso de calificación del arma, ello basado “en las necesidades institucionales y dentro del marco de lo contenido en el Plan “Orca”, en el contexto de la Planificación Estratégica “Ejército 2026””, según indica el comunicado emitido por el departamento de Comunicaciones de la institución armada.
Dos Generales de Brigada ascendieron a Generales de División y 12 Coroneles fueron promovidos a Generales de Brigada. De la nómina propuesta del Ejército, nadie dijo nada y quedó aprobada. El proceso mencionado incluyó “el estudio de los antecedentes por los escalones que corresponden (léase el propio Ejército), la transmisión de la información al Ministro de Defensa Nacional (léase José Antonio Gómez), y la aprobación, en uso de sus facultades constitucionales, por parte de S.E. la Presidenta de la República, Michelle Bachelet”. No solo las designaciones llamaron la atención, de pasada se dio de baja a cuestionados oficiales vinculados al fraude de platas del cobre.
“El juez de la impunidad”
Así es conocido en el mundo de los DDHH el nuevo general Felipe Cunich Mas, quien se desempeñó como Auditor del Ejército e integra la Corte Marcial. En reiteradas causas que afectan a militares en violaciones a Derechos Humanos, ha fallado liberándolos o rebajando sustancialmente sus condenas. Varios son los casos considerados vergonzosos que han instaurado la impunidad, como el del asesinato del menor Manuel Gutiérrez en que rebajó la condena al suboficial de carabineros Miguel Millacura de tres años y un día a solo 400 días de pena remitida, la que cumplirá en libertad.
No es el único caso. Como integrante de la Corte Marcial, revocó la sentencia del Segundo Juzgado Militar de Valdivia, que condenaba al cabo 1° del GOPE de Carabineros Miguel Patricio Jara Muñoz, a la pena de 5 años y un día, por el delito de violencias innecesarias con resultado de muerte del joven mapuche Jaime Mendoza Collio, asesinado por un disparo en la espalda efectuado por dicho funcionario policial el día 12 de agosto de 2009, ocurrido en la Araucanía. El fallo del nuevo general, absolvió al funcionario del GOPE, por considerar que los disparos fueron realizados en legítima defensa. Posteriormente la Corte Suprema revocó el fallo a 3 años remitidos.
También integró la Corte Marcial que rebajó la pena al cabo segundo de Carabineros, Walter Ramírez Inostroza, quien asesinó al comunero mapuche Matías Catrileo, el 3 de enero de 2008. El tiro mortal fue efectuado por el entonces funcionario de Fuerzas Especiales, quien según los peritajes disparó por la espalda en contra el joven cuando participaba de la ocupación del fundo Santa Margarita de propiedad de Jorge Luchsinger en la zona de Vilcún. La pena dispuesta por el tribunal de primera instancia y que Cunich como integrante de la Corte Marcial rebajó, era de 5 años y 1 día. El carabinero sentenciado a tres años por el ahora general, cumplirá la pena en libertad.
El favorito de Oviedo
Se trata del jefe de la Sexta División de Ejército, general John Griffiths Spielman. Fue el mismo que pidió disculpas porque personal bajo su mando destruyó un monolito erigido este año en memoria de víctimas de Derechos Humanos en la ciudad de Iquique. El memorial por los ejecutados, se había levantado en terrenos contiguos a la Escuela de Caballería Blindada, en la Avenida Salvador Allende de Iquique, donde antes estaba el Regimiento de Telecomunicaciones. Dicha unidad militar fue uno de los centros de tortura que funcionaron en esa ciudad que posteriormente serían trasladados al campo de Presos Políticos de Pisagua.
El pasado 13 de septiembre en horas de la madrugada dos tenientes en servicio activo, dañaron el monumento levantado en recuerdo de los militantes de izquierda Jorge Marín y William Miller y del soldado Pedro Prado Ortiz, todos quienes fueron asesinados, pintando consignas contrarias a los derechos humanos. Los oficiales que al ser sorprendidos huyeron del lugar para posteriormente volver al lugar de los hechos, fueron detenidos por carabineros tras una denuncia de la misma guardia del recinto militar. Se trata del teniente Mauricio Pacheco Urrutia, de la 2da Brigada Acorazada Cazadores y el teniente Pablo Henríquez, del Centro de Entrenamiento Acorazado.
Hasta el momento se desconoce si el general Griffiths Spielman, aparte de las disculpas a familiares y amigos de las víctimas, adoptó sanciones concretas en contra de los uniformados que actuaron a rostro cubierto con un pasamontañas mientras dañaban el monolito con pintura spray. Uno de los dirigentes de las agrupaciones de DDHH locales, Luis Caroca, señaló a EdicionCero, que si bien “son otros tiempos, son otros hombres, que no pueden cargar con el pasado”, los militares deben desbloquear la información que tienen, para encontrar a los desaparecidos y que por fin, Chile pueda cerrar este ciclo nefasto”. Habrá que ver si las disculpas quedan en solo dichos o se transforman en hechos en este caso.
Los Arancibia Clavel
Si usted es una persona vinculada a los Derechos Humanos o simplemente bien informada, de seguro los apellidos le llamarán la atención. Entre los generales que ascendieron, se encuentra Felipe Arancibia Clavel. No es coincidencia, es el hermano del asesinado agente de la DINA Enrique Arancibia Clavel, vinculado a un sinnúmero de casos de crímenes en dictadura, entre ellos el del general Carlos Prats y su esposa, ocurridos en Buenos Aires. Enrique fue asesinado en extrañas circunstancias. Para algunos fue para acallarlo, para otros un crimen pasional entre homosexuales.
Sobre él y su participación en violaciones a los DDH ha señalado el general:“Mire, es una pregunta compleja, pero tengo una opinión muy personal y voy a hablar como Felipe Arancibia (…) En el caso Prats, soy un convencido que mi hermano no tuvo ningún involucramiento en el hecho, nada (…) Fue una época distinta donde fue uno de los primeros casos. Pero, yo soy un convencido que mi hermano no tenía nada que ver con eso (…) Fue un dolor familiar, pero como familia apoyamos a mi hermano. Soy un convencido de que él no tuvo nada que ver por los antecedentes que yo tenía y es un tema que ya pasó y para mí ya está superado”.
Su hermana también resulta conocida por sus vínculos con lo más recalcitrante de la dictadura. Historiadora y escritora, Patricia es número pegado en cuanto lanzamiento de libro asociado a la dictadura o a sus personeros, acontezca. Su más reciente aparición fue en el lanzamiento del libro de Cristián Labbé (sí, el mismo), “Biografía política del Estado de Chile”, mientras era alcalde de Providencia. Allí se le vio junto a Hermógenes Pérez de Arce, el destituido ministro de la Corte Hernán Cereceda, los generales en retiro Guillermo Garín y Alejandro Medina Lois, entre otros personajes de esa socialite. Pero claro, nadie es culpable sino que de los pecados propios y no de la familia.
“No hay pactos de silencio”
Si bien Felipe Arancibia Clavel ingresó a la Escuela Militar en 1977 sin vivir como uniformado los avatares del 73, sí tiene una posición al respecto y la ha dado a conocer en más de una oportunidad. También se ha pronunciado sobre DDHH. Aquí algunas de sus opiniones:
No hay comentarios:
Publicar un comentario