Dr.med. Edgardo
Salas Santana
Stapenhorststr.47 – 33615 Bielefeld Tel. 0521 / 3997694
e-mail <doctorsalassantana@g-mail.com>
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Al Sr.
Embajador de la República de Chile en Alemania
Embajada de
Chile
Mohrenstraße
42
10117
Berlin
Ref.:
Ocultamiento de cadáveres de chilenos desaparecidos
con copia:
Corte Interamericana de Derechos Humanos
Excelentísimo
señor embajador,
Con más indignación que asombro me he enterado
de que una funcionaria del poder judicial chileno – más exactamente, una
ministro de la Corte Suprema – supuestamente habría ocultado durante años
información acerca del sitio donde habían sido enterrados clandestinamente los
cadáveres de diecinueve nacionales chilenos asesinados por una patrulla de
carabineros (policía uniformada) al mando del entonces teniente Armando
Fernandez Michell en septiembre de 1973 en la localidad de Laja.
La funcionaria de marras se llama Rosa Egnem
Saldías y desde noviembre de 2009 forma parte de la Corte Suprema de su país.
En 1990 – cuando las fuerzas armadas chilenas –
tras diecisiete años de silencio – empezaron a contar dónde habían escondido
los restos mortales de los chilenos a los cuales habían quitado la vida durante
la dictadura Pinochet – el Cuerpo de Carabineros hizo llegar al juzgado de
Yumbel un parte policial que daba cuenta de la inhumación ilegal de restos
humanos en un predio de propiedad de la planta de Laja de la “Compañía
Manufacturera de Papeles y Cartones”. La señora Egnem Saldías – en aquel
entonces secretaria del Juzgado de Yumbel, habría guardado dicho parte en la
caja fuerte de la oficina correspondiente, donde durmieron durante otros
dieciséis años, sin iniciar – como era su deber – la investigación de los
hechos delictivos que el hecho suponía y, lo que es todavía más grave e
inhumano, sin informar a los familiares y dolientes de los asesinados.
Que una persona que supuestamente ha actuado
como encubridora en el delito de desaparecimiento homicida de diecinueve
personas actúe hoy en día como miembro
de la corte superior de justicia de Chile – ¡o de cualquier país! – produce
asco y constituye, a mi modo de ver, un escándalo. Por este motivo molesto
respetuosamente a vuecencia para pedirle que se informe sobre el particular y
que influya ante las instancias correspondientes en su país para que se tomen,
al nivel que deba ser, las medidas tendientes a esclarecer estos indignantes
hechos y que, de demostrarse la responsabilidad de la señora Egnem Saldías, se
proceda a removerla del cargo que ocupa y a iniciar contra ella las acciones
judiciales en lo penal que correspondan a su presunta complicidad en un grave
delito de atropello a los derechos humanos.
Finalmente, y dicho entre nosotros, señor
embajador: si yo estuviese en su lugar, antes de usar esta carta con fines –
digamos – higiénicos, como chileno me sentiría avergonzado hasta la médula de
los huesos.
Tenga usted, señor embajador, absoluta
seguridad de mi mayor respeto.
Dr. med. Edgardo Salas Santana
Bielefeld, Alemania, a 15 de Octubre de 2015
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