Gonzalo Castillo |Domingo 13 de noviembre 2016 13:44 hrs.
El INDH presentó una querella por desaparición forzada en el caso de Hugo Arispe, primer detenido desaparecido en democracia. Este recurso se suma a los ya presentados por los casos de José Huenante y José Vergara, de quienes aún no se conoce su paradero. Sus familiares reclaman discriminación y llaman a romper los “pactos de silencio”.
Hugo Arispe, José Huenante y José Vergara. Estos son los nombres de la vergüenza para nuestro país. Tres personas de los cuales, hasta ahora, no existe mayor noción sobre su paradero, siendo que al momento de perder sus rastros estaban en manos de agentes del Estado. Y no, no estamos hablando de víctimas de la Dictadura de Pinochet. Son víctimas de la democracia chilena.
El 10 de enero de 2001 es la fecha en que se inicia el calvario de la familia de Hugo Arispe. Ese día, funcionarios de Carabineros detuvieron al cuidador de autos en Arica, imputado por encontrarse en estado de ebriedad en la vía pública. Como no contaba con el dinero para pagar la multa correspondiente, fue recluido en el penal de Acha de la ciudad de la puerta norte de Chile.
Una vez dentro de la cárcel es cuando una nebulosa se cierne sobre este caso, ya que se plantea que Arispe habría sido aislado y golpeado por cuatro gendarmes del llamado Grupo de Reacción, los que se especializan en la contención y represión de peleas y hechos violentos al interior del penal, momento en el cual, de acuerdo a versiones de algunos testigos, Arispe habría fallecido.
Desde entonces -el 14 de enero de 2001 según han determinado las investigaciones- los familiares de Hugo Arispe han buscado sin parar algún indicio que pudiera dar con su paradero, sin embargo diversas dificultades se han cruzado por su camino, como la adulteración de los libros de registros, o que 52 días después de su desaparición encontraron su cédula de identidad en el lugar donde se guardan las pertenencias de los reos.
Tal como lo señala el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) todas las circunstancias que rodean la desaparición de Arispe configuran el delito de secuestro calificado, de acuerdo a la legislación chilena, sin embargo de acuerdo al derecho internacional, estamos en presencia de un caso de desaparición forzada, ya que no se conoce su paradero toda vez que la víctima se encontraba en manos de agentes del Estado.
Esta situación llevó a que el pasado lunes 7 de noviembre, el INDH presentara una querella por el delito de secuestro calificado por este caso, la que se suma a las ya presentadas con anterioridad por los casos de José Huenante, desaparecido en 2005, y José Vergara, de quien no se tienen noticias desde septiembre del año pasado –en septiembre y octubre de 2015, respectivamente-, los otros dos casos de personas desaparecidas en democracia.
Pablo Arispe, hermano de Hugo, señaló que está “contento” de que el INDH se esté haciendo parte de la querella presentada para resolver la situación de Hugo Arispe; y calificó como un “complot” de parte de Gendarmería el no reconocer que su hermano fue detenido y que desapareció desde las dependencias de la cárcel de Acha.
Pablo Arispe critica que la justicia no someta a interrogatorios a los gendarmes supuestamente involucrados en la golpiza a su hermano, y que fuera acreditada por parte de testigos: “Porque acá mienten todos, desde el alcaide hacia abajo”.
“Por eso digo que hay un complot, porque de Gendarmería no quieren esclarecer. Mi hermano nunca salió de la cárcel. Ahora ellos se refieren mal de mi hermano, que era un delincuente, y yo les digo que puedo mostrar documentos, su certificado de antecedentes, que mi hermano no era delincuente, porque mi hermano si lo hubiese sido yo ya hubiera colgado, porque hubiera pagado con la ley. Pero mi hermano no era un delincuente, mi hermano ingresó porque el tribunal lo condenó a cuatro días, una noche pasó en Carabineros, y tres en Gendarmería”.
Arispe hizo énfasis en que “hay muchas irregularidades en este caso”, y además expresó que en su caso se dio con fuerza la discriminación: “Ellos pensaron que mi hermano era un ebrio y que nadie iba a reclamar. Incluso muchas veces a mí me echaron la aniñada que qué tanto molestaba. Yo les dije ‘ustedes no saben con quién se involucraron’”.
Cecilia Huenante: “No permitiremos que el caso se deje morir”
José Huenante, de 16 años al momento de su desaparición, fue detenido por Carabineros el 3 de septiembre de 2005 en Puerto Montt cuando se encontraba con un grupo de amigos en la población Vicuña Mackenna de la capital de la región de Los Lagos. Desde entonces no existe certeza sobre su destino, y su caso fue visto por la justicia militar, la cual se hizo cargo de la investigación en un principio y ha recibido fuertes cuestionamientos por la forma en que ha actuado en este proceso.
Cecilia Huenante, madre de José, señaló que si bien los avances en la investigación han sido escasos, el caso ahora lo está analizando el fiscal Patricio Llancamán de Los Lagos –en la llamada arista civil del proceso-, quien de manera reservada está realizando pesquisas para determinar el paradero de José Huenante. “Yo sé que el fiscal está avanzando”, señaló Cecilia Huenante.
La madre de José recordó que a fines del año pasado presentó a título personal, por primera vez, una querella por la desaparición de su hijo, ya que antes, en 2009, el abogado del entonces senador por la región de Los Lagos Camilo Escalona interpuso un recurso en contra de quienes resulten responsables por este hecho, a la que se sumó una demanda presentada por el INDH, también en 2015.
Cecilia rememoró los primeros meses luego de la desaparición forzada de su hijo, cuando sufrió la indiferencia de parte de las instituciones: “Por todos lados donde íbamos a pedir ayuda, siempre una discriminación”.
“Nosotros no hemos dejado que el caso se deje morir, que quede aplastado. Siempre estamos haciendo bulla porque así tenemos que hacerlo, ya que no nos quieren hacer caso. Así lo hemos hecho todo este tiempo, para que el caso no quede en el olvido”.
Cecilia Huenante sostuvo que uno de los más graves obstáculos que han debido afrontar es el “pacto de silencio” que han mantenido los funcionarios de Carabineros involucrados en el caso, tal como el propio fiscal lo ha mencionado, señala. Incluso han apelado a que las esposas de los uniformados les convenzan de entregar sus testimonios a la justicia: “Por lo menos que ellas les digan a sus maridos que ellos hablen, que digan la verdad de una vez por todas”.
“Llevamos once años sufriendo, once años sin saber nada, dónde está, nada. Nosotros nos decimos que debemos ser fuertes, porque alguna vez se va a saber la verdad y tenemos que estar todos con fuerza para saber lo que pasó ese día”.
Alicia Vergara: “Carabineros está para proteger, no hacer desaparecer a las personas”
José Vergara vivía en la población La Tortuga de Alto Hospicio. El 13 de septiembre de 2015 sufrió una violenta crisis producto de la esquizofrenia que padecía. Como en otras ocasiones, la familia pidió ayuda a Carabineros para controlarlo. Los uniformados lo llevaron en una radiopatrullas y, según confesión de uno de ellos, fue abandonado en el kilómetro 6 de la ruta A-414 que lleva a Caleta Buena.
Fue la última vez que se vio con vida a José Vergara.
Alicia, hermana de José, plantea que a pesar que se han hecho muchos esfuerzos de investigación por encontrar algún indicio de su hermano, “no se ha encontrado nada”. Y sobre los carabineros involucrados en la desaparición de su hermano, sostiene que hasta ahora no han querido entregar ninguna información relevante sobre el posible paradero de su hermano.
“Incluso le hemos ofrecido a alguno de ellos que si cooperan con la investigación y dijeran en realidad lo que pasó ese 13 de septiembre, para ellos la condena sería menor y nosotros le sacaríamos a él la querella que está y seguiríamos con los otros tres. Igual seguiría siendo procesado y condenado, pero por ayudar en la investigación sería con una condena menor”.
Sin embargo, a pesar de todos estos esfuerzos realizados por la familia de José Vergara, hasta el momento nada ha logrado romper lo que ellos denominan “un pacto de silencio” entre los uniformados que participaron de la desaparición del joven de Alto Hospicio: “Nosotros siempre hemos pensado que ellos están con un pacto de silencio, porque ellos aparte del secuestro ellos saben la condena que van a llegar a tener, si ellos hablan que a mi hermano lo mataron”.
Alicia Vergara señaló que si se decreta el cierre de la investigación, sin resultados concretos sobre el paradero de su hermano, están evaluando recurrir a instancias internacionales para evitar que el caso quede en la impunidad, sobre todo considerando que son agentes del Estado como Carabineros los que están involucrados: “Se supone que ellos están para protegernos, no para hacer desaparecer a las personas”.
Finalmente, la hermana de José Vergara señala que ha habido “mucha discriminación que no tiene los recursos necesarios para hacer una búsqueda”, ya que fueron 17 días sin que se activaran los dispositivos de búsqueda, y por no tener el dinero a ellos no los toman en cuenta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario