Cristián Labbé: la crueldad que avergüenza
por ROBERTO ÁVILA 20 abril, 2017
Se ha decretado la detención y procesamiento del coronel (R) Cristián Labbé por el Ministro en visita Álvaro Mesa Latorre de la Corte de Apelaciones de Temuco. Después de cuatro años de investigación se ha establecido la existencia del delito de torturas y su participación como autor de las mismas.
Solicité su procesamiento como abogado de Harry Cohen Vera.
En mis 32 años en la profesión este es el delito en que he visto la mayor crueldad y perversidad involucrada.
¿Todo delito al momento de ser juzgado requiere hacer la pregunta, que motivo tuvo la acción? Hay motivaciones legítimas como la legitima defensa, hay también motivos que atenúan la responsabilidad. Los crímenes de lesa humanidad son especialmente graves, pues no existe relación previa entre la víctima y el victimario. Se mata o agrede a alguien por su conducción étnica, opinión política o identidad cultural. Pero siempre hay una causa que vincula al victimario con la víctima.
Nada sabía Cohen, nada podía confesar, ¿qué útil podían preguntarle? Se le torturó para enseñar a torturar. Para saber cuánto puede gritar, bramar, llorar y suplicar una persona ante la electricidad y los golpes. Tan es así que luego de este infierno que lo marcaria para siempre el teniente lo acompañó a la puerta.
Aquí fue aún peor, se torturo salvajemente simplemente para enseñar esta práctica deleznable. Aquí la agresión es a la sociedad chilena; la víctima pudo ser cualquiera, al mejor estilo nazi se eligió casi al azar, una lotería del horror.
Harry Cohen era un estudiante de 22 años que viajó el 73 a Futrono donde sus familiares tenían un emporio. Los militares lo detuvieron en el terminal de buses de Valdivia, su pelo largo, barba y ropas al tipo "hippie" molestaron a los todopoderosos. No pudieron acusarle de nada pero recogieron sus datos.
Al día siguiente una tropa de asalto le detuvo con violencia en Futrono a la hora del desayuno. Se le dejó en la Comisaría de Carabineros y luego se le trasladó en un helicóptero Puma a Pangipulli donde estaba al mando de una tropa Cristián Labbé, sus criterios de actuación los dejó consignado él mismo en su declaración judicial: "veníamos saliendo de la guerra de Vietnam".
Nada sabía Cohen, nada podía confesar, ¿qué útil podían preguntarle? Se le torturó para enseñar a torturar. Para saber cuánto puede gritar, bramar, llorar y suplicar una persona ante la electricidad y los golpes. Tan es así que luego de este infierno que lo marcaria para siempre el teniente lo acompañó a la puerta.
Una persona que hace esto nos obliga a reflexionar sobre la condición humana.
Los Tribunales de Justicia de un estado de derecho, han ordenado su procesamiento y detención.
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