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Además de la ínfima aprobación a la gestión del Presidente Piñera, la encuesta CEP también ahondó en la percepción de la ciudadanía frente a ciertos organismos, como también las prioridades de las personas (la llamada agenda social, referida a los temas de educación, salud y pensiones). Todas cifras que fueron analizadas por expertos consultados por El Desconcierto.
La “caída libre” del gobierno del Presidente Sebastián Piñera tocó su punto más bajo este jueves: De acuerdo a la última encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP), solo un 6% aprueba la gestión del mandatario. Los datos fueron recogidos entre el 28 de noviembre y el 6 de enero, con una muestra de 1.496 encuestados en total, en 117 comunas del país.
Pese a que encuestas anteriores ya posicionaban a Piñera con una bajísima aprobación −como Pulso Ciudadano (4,6% en diciembre) y Cadem (10% enero)−, un factor que ha llamado la atención por esta encuesta es su tendencia liberal más cercana al sector del gobierno. De hecho, uno de sus directores fue el ex ministro de Educación de Piñera, Harald Beyer.
Más allá de estas cifras que apuntan al núcleo duro de La Moneda, otros resultados mostraron la crisis de credibilidad y representatividad de las instituciones en general, que se ha profundizado con creces tras el llamado “estallido social”, respecto a la última encuesta publicada en junio de 2019. Esto se ve en el descrédito transversal hacia las instituciones policiales, tanto Carabineros (de un 57% a 17%) como la Policía de Investigaciones (de un 51% a 25%), y las Fuerzas Armadas (50% a 24%).
Por otro lado, las principales demandas sociales, que han sido motivo de las reiteradas manifestaciones, pasaron a encabezar las primeras cinco prioridades de la ciudadanía (pensiones, salud y educación).
Otros de los datos que destaca es que el 19% de los encuestados cree que las organizaciones políticas son los responsables de los incendios en el Metro.
La doctora en sociología, Emmanuelle Barozet, advierte que en términos de opinión pública, las demandas anteriores se profundizaron con el estallido, dado que ya estaban presentes en la agenda social, con antecedentes con las manifestaciones feministas y de NO+AFP.
“Lo que antes era aportado por ciertos grupos, ahora pasa a ser del conjunto de la sociedad. Lo que hemos vivido no revuelve tanto las prioridades porque estas ya estaban. Es muy claro con las pensiones, que venía incubándose. En la medida que se van jubilando más personas por el actual sistema, obviamente que se transforma en una demanda que va permeando cada vez más la sociedad. En el fondo, el estallido socializa estas demandas”, explica la académica de la Universidad de Chile e investigadora del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES).
El doctor en Ciencias Sociales y académico de la Universidad Católica Silva Henríquez, Carlos Durán, sostiene que la encuesta demuestra un fenómeno paradojal: “Por una parte, expresa una caída libre de la adhesión al gobierno, sino que también de los liderazgos políticos en general; por otro lado, se muestra el aumento de la valoración a la democracia (…) Además, incorporan dentro de sus preocupaciones los temas que forman parte de la agenda social y los problemáticas públicas en general”, dice.
Mayor politización
Uno de los ámbitos medidos por la encuesta se enfoca en las vías que utilizan los consultados para informarse o discutir sobre política: Un 47% de los encuestados señala que no lo hace nunca por televisión y un 56% dice que lo hace por redes sociales, ya sea Facebook o Twitter.
Para Durán, que el estallido generara más alcance en la discusión política contrasta con que no existen las capacidades, ni institucionales, ni individualidades para dirigir proceso: “Diría que en la medida en que no se genere un nivel de sintonía entre lo que está ocurriendo con los ciudadanos con los liderazgos políticos, este proceso constituyente puede no ser una solución a la crisis que estamos viviendo. Eso los lleva a reformular los mecanismos con los que se están relacionando con la ciudadanía”, precisa el académico.
Sobre esto último, ejemplifica con la franja que se emitirá por los canales de televisión para el plebiscito en la que no tendrán espacio las organizaciones sociales. “Los partidos políticos son los que van a tener la voz, aunque tengan muy baja credibilidad”, subraya.
Barozet, en tanto, señala que un 55% de los encuestados apoya la manifestación y eso demuestra que existe mayor sensibilidad a lo que está ocurriendo en el país y que tiene gran amplitud.
Medios sin credibilidad
La falta de confianza ciudadana también golpeó a los medios masivos de comunicación. En el caso de las radios, esto se reflejó en la disminución de un 48% a un 29%; en los diarios, de un 25% a un 11%; y en los canales de televisión de un 24% a un 8%.
Claudia Lagos, periodista y académica del Instituto de la Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile (ICEI), plantea que si bien es probable que la disminución de la confianza de los encuestados en los medios de comunicación se explique por las críticas que ha gatillado la cobertura tras el estallido, esta no sería exclusivamente la causa.
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Explica, además, esta baja de confianza ha sido sostenida desde 2009, pero que es necesario cruzarla con otras dos fuentes de información: Las encuestas del Consejo Nacional de Televisión (CNTV) y el incremento, lento pero sostenido, de la inversión publicitaria online. “(Las primeras) han venido registrando sistemáticamente las críticas a la televisión, pese a que la mayoría dice informarse por TV abierta, y la disminución o fragmentación del rating”.
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