por El Mostrador 30 enero, 2020
La misteriosa desaparición de Luis Guillermo Rutherford López el año 2009 –un exoficial del Ejército y de la Central Nacional de Informaciones (CNI)– y hermanastro de la jueza Romy Rutherford, es un verdadero puzle. Perfectamente podría ser un caso simulado para que, bajo el amparo de su exinstitución, viva fuera del país y no tenga que declarar en algún juicio, cumpliendo a cabalidad con el dictamen médico de no hacerlo debido a la enfermedad que originó su baja.
El exmilitar se encuentra desaparecido desde fines de 2009, cuando fue visto por última vez según amigos cercanos. En enero de ese año, Nora Figueroa –su exconviviente y madre de su hijo Diego Rutherford– presentó una acción por muerte presunta en los tribunales civiles de Santiago, la que no ha prosperado.
Hasta la fecha, según documentos de Capredena, la pensión se sigue depositando en la cuenta del presunto muerto y eventualmente cobrando mes a mes, no se sabe aún por quién y bajo qué forma, excepto que no es como herencia. El año 2008, Rutherford figura con una salida al exterior, pero sin entradas posteriores al país, al menos con registro legal.
Según la Hoja de Vida en el Ejército, Luis Rutherford sirvió en la disuelta CNI, como miembro operativo, hasta el 2 de febrero de 1985, cuando su jefe, Manuel Provis Carrasco, lo saca de la unidad. Ello, pese a tener felicitaciones por su “excelente desempeño” en una acción militar contra “subversivos” ocurrida en 1984, en la que subrogó al comandante de unidad, además de otras acciones de seguridad. Dicha operación por la que recibió felicitaciones, aparentemente sería la Operación Alfa Carbón, en contra de militantes del MIR, en la cual se asesinó a un grupo de dirigentes de ese partido, principalmente en Concepción.
A los meses de ese episodio fue internado y diagnosticado de “esquizofrenia catatónica paranoide en brote agudo”, lo que motivó su baja, pero sin que le fuera reconocida su enfermedad como profesional, pese a que ella puede aparecer producto de un trauma sicológico agudo. En el diagnóstico fue puesto en condición de interdicto (“… no debe firmar documento alguno con validez administrativa o legal, ni prestar declaración”), determinándose además que el proceso psicótico “no es reciente”.
Su hermanastra, la jueza Rutherford, se ha negado a participar en los procedimientos sobre muerte presunta, posiblemente para no ser recusada como miembro de la Corte Marcial, en la que mantiene procesados a los generales (r) Juan Miguel Fuente-Alba y Humberto Oviedo, ambos excomandantes en Jefe del Ejército, por malversación de fondos.
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