Dicen que la ley laboral es una suerte de compendio de normas que regulan la relación entre partes.
Lo que no dicen es que en esta particular relación, las partes están absolutamente desproporcionadas en cuanto a la injerencia o peso específico, ya que mientras el peso de los patrones equivale al 90% o más del total, los trabajadores con suerte podrían acercarse a un 10%. De allí que nadie puede extrañarse por los resultados que se dan tanto en organización sindical como en negociación colectiva.
Las últimas reformas aprobadas en el segundo gobierno de Bachelet, complicaron aún más la constitución de sindicatos en empresas con hasta 50 trabajadores y limitaron al extremo la posibilidad de constituir organización y presentar proyectos colectivos – lo que otorgaba fuero a los osados que se atrevían a organizarse –  al dar un plazo de 15 días al patrón luego de la constitución del sindicato, para que formule propuesta de servicios mínimos, tiempo en el que se pierde la posibilidad de fuero por negociación. No se debe ignorar que está calificación de servicios mínimos puede durar más allá de 30 días, periodo en el que es imposible iniciar negociación colectiva.
2.-  Por lo anterior, no es aventurado decir que los mismos que negociaron con Bachelet, fueron quienes lo hicieron con Piñera para aprobar la ley de suspensión del empleo y disminución de la jornada y remuneración.
Se trata de leyes que atentan contra los derechos de los trabajadores y estos deben romper su inmovilidad y comenzar a generar instrumentos que les permitan instalar barricadas poderosas y firmes que impidan el avance de los abusadores.
Compañeras y compañeros trabajadores, si no pueden organizarse  en la empresa, busquen la forma de hacerlo a través de los sindicatos de interempresas.
Si son muchas las pequeñas empresas reunamos a todos los trabajadores de estas en un sindicato interempresas por manzana, barrio o comuna, lo importante es darnos organización.
Si no se puede presentar proyectos colectivos por qué lo impide la ley comencemos a prepararnos para la negociación directa, sin intermediarios legales.
Lo que no debemos hacer más, es quedarnos quietos pensando que la ley del chorreo hará que obtengamos algo para los nuestros.
3.-  Mucho cuidado deben tener los que están aceptando normas de teletrabajo. Esto no es algo nuevo, ya lo había instalado Bachelet en el artículo 376 del código del trabajo, aunque en ese caso las organizaciones sindicales tenían la facultad de celebrar con el empleador pactos para el trabajo en la empresa y fuera de ella.
Piñera fue más allá y válida acuerdos directos entre el trabajador y la empresa. A fijarse bien o se pueden llevar muy malos resultados, como terminar trabajando 12 horas diarias si aceptan no tener fiscalización.

4.- La plata de las AFP es nuestra.

¿No será ya momento que nos preguntemos algunas cosas y veamos cómo esos dineros pueden ayudarnos a futuro en crisis como la que vivimos?
NO + AFP es una consigna justa, pero si nos quedamos solo en la consigna y no buscamos fórmulas para que no nos sigan fregando tan descaradamente, podríamos estar dando pasos en falso.
Nuestras CGT y Central Clasista plantean en su plataforma de lucha que hay que demandar a los patrones en los contratos colectivos, el pago al menos del 50% de la carga previsional.
Algo para empezar, no creen?

MANUEL AHUMADA LILLO
Presidente Central Clasista de Trabajadores y Trabajadoras
Secretario C.G.T. CHILE