El querido Pepe Aldunate
A los
40 años, la institución militar
En estos 40 años ha habido múltiples ajustes más o
menos logrados entre la justicia y las prácticas del régimen militar. Pero
ahora vislumbro algo nuevo inminente: haber llegado a ser, la institución
militar misma en el contexto del mundo moderno, globalizado, una institución
perjudicial.
Es una grave acusación contra la institución
militar misma el de haber llegado a ser negativa para la misma humanidad por lo
que no debe hallar lugar en un mundo de humanos. Podrá haber lugar para la
policía, y deberá haber lugar para una policía, pero no para una institución
militar.
Nuestras fuerzas armadas buscaron justificación en
la teoría de la seguridad nacional. Bajo el pretexto de asegurar la nación
sería lícito que organismos de la institución militar torturaran, asesinaran y
aterrorizaran.
Aquí en la acción colectiva se sustrae de la
responsabilidad personal. El individuo participó como miembro de un colectivo,
alega por tanto que no estuvo en juego su responsabilidad personal.Recibió
órdenes. No podía, no debía someterlas a discernimiento moral. Obró como
miembro de un colectivo.
Van apareciendo publicaciones y relatos de hechos
que estremecen. Las torturas preparadas y ejercitadas en el centro Tejas Verdes
y las ahora reveladas por “el Mocito” que servía en los centros de tortura.Y
son las instituciones militares nacionales y extranjeras las que mantienen en
el mundo este horror de la tortura.Un horror incompatible con la existencia de
la humanidad.
Pongámonos en las situaciones de abusos que bien
conocemos y comprobaremos que sobrepasan todo límite de libertad y humanidad.
Se impone en el mundo de hoy y de mañana la
prohibición absoluta de toda guerra.
Se impone el término absoluto de todo negociado y
tráfico de armas. Nos extraña que, por lo menos las iglesias, no se hubiesen
comprometido a fondo en estas aboliciones. Son las instituciones militares de
todo tipo, legales e ilegales con sus armamentismos los que mantienen las
guerras.
Volviendo a lo nuestro, a los 40 años, estamos
percibiendo más claramente todo el sistema de la institución militar misma. En
último término será la nación la que deberá tomar algunas decisiones
fundamentales respecto a esta nueva situación que desafía a nuestra humanidad.
Si hemos juzgado duramente al gobierno militar que
tuvimos no es que descalifiquemos a priori a toda la institución militar de los
tiempos anteriores.Las instituciones cambian en la historia y estas han tenido
sus momentos honorables tanto en el mundo como en nuestra patria.
Afirmamos que en la actualidad la institución
militar es contraria al humanismo que exigen nuestros tiempos. Y que el
desempeño que ha tenido la dictadura de nuestro gobierno militar lo persuade.
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