Doce armas y casi 2.000 municiones fue el tesoro hallado por Carabineros de Chile cuando descubrieron una cadena de tráfico de armas. La trama es protagonizada por el administrador de un estacionamiento de autos en Maipú llamado “Rápido y Furioso”, un ex GOPE y Mayor en retiro de Carabineros, más un Suboficial del Ejército. El caso se inició tras la detención de un traficante sorprendido con drogas y armas en su poder, quien terminó por confesar quién le proveía de tales pertrechos de fuego.
Es un delito destapado por efecto dominó y que implicó la incautación de 12 armas de fuego y casi 2.000 municiones. Según información del Poder Judicial y la Fiscalía Local de Maipú, un sujeto sorprendido en julio de 2016 con drogas y armas confesó a la policía que éstas últimas las compraba a Nicolás Martínez, quien las obtenía del Mayor (R) de Carabineros, Danilo Rojas. El antiguo uniformado las llevaba a un estacionamiento llamado “Rápido y Furioso”, donde Martínez era administrador e intermediario con los compradores finales. Más adelante, la investigación determinó que la cadena tenía un eslabón superior en Juan Carlos González, Suboficial y armero del Ejército de Chile.
Según un registro del 9º Juzgado de Garantía de Santiago, el traficante gatilló el caso con la siguiente información entregada a Carabineros: “Fui contactado por un sujeto que yo conozco como ‘el Nico’, quien me dijo que tenía una movida de armas, quien me mandó fotos por Whatsapp desde su antiguo teléfono, número que cambia cada dos meses. Solo me llama por voz cuando está la persona que lleva las armas. Cobra en promedio $750.000 por una pistola y $1.000.000 por una escopeta, las 0.45 las vende a $2.500.000, incluso ahora por Whatsapp me están ofreciendo un fusil en $1.600.000”.
Carabineros llegó al número de los involucrados: el ex uniformado Danilo Rojas y Nicolás Martínez, administrador de “Rápido y Furioso”. El 18 de julio de 2016, el 9º Juzgado de Garantía de Santiago autorizó intervenir ambos celulares, cuyas escuchas permitieron determinar que Rojas vendía armas a través de Martínez, quien a su vez las hacía llegar a traficantes como el que detuvieron y que en los informes identifican como un “testigo” que prestó “cooperación eficaz”.
Así, carabineros llegaron “dateados” el 2 de agosto de 2016 al estacionamiento “Rápido y Furioso”. Solo en la mochila de Danilo Rojas, encontraron una pistola Glock .45 y $1.700.000 en efectivo. Luego, en una bolsa que había entregado a Nicolás Martínez, dos pistolas calibre 9 mm, con una de ellas sin número de serie.
El stock no terminaba ahí. Al concurrir al departamento del ex GOPE, hallaron cuatro pistolas con sus respectivos cargadores -dos sin número de serie-; dos escopetas, y una carga de municiones, nada modesta, que sumaba 1.734 cartuchos de diferentes marcas y calibres, guardados en el closet de la pieza matrimonial. Finalmente, también descubrieron una escopeta calibre 12; una pistola Colt del mismo calibre y 12 cartuchos que estaban camuflados bajo el asiento del copiloto. Solo una pistola, entre todas las armas incautadas, estaba debidamente inscrita a nombre de Danilo Rojas Rivera.
Danilo Rojas y Nicolás Martínez fueron inmediatamente detenidos. En la audiencia de control de detención del 2 de agosto, el Fiscal Juan Solís sacó su propio arsenal. Entre otros argumentos, dio cuenta de las escuchas telefónicas del 27 de julio de 2016 que permitieron determinar que el negocio entre ambos era de armas y no otra cosa, gracias a extractos como:
(…)
— Danilo: Nada
— Nicolás: ¿Nada de nada? ¿Ni la Walther? (Marca de pistola).
— Danilo: Voy a llamar ahora
— Nicolás: Bueno ya. Yo igual voy a estar aquí para que conversemos.
(…)
— Danilo: Nada
— Nicolás: ¿Nada de nada? ¿Ni la Walther? (Marca de pistola).
— Danilo: Voy a llamar ahora
— Nicolás: Bueno ya. Yo igual voy a estar aquí para que conversemos.
Luego, el fiscal leyó la transcripción de otro diálogo entre el ex GOPE y una voz masculina, que por esa fecha no se sabía la identidad, y que más tarde se atribuyó a Juan Carlos González, armero del Ejército:
— Danilo: ¿Qué es lo que tiene? Así más o menos, al vuelo.
— Voz masculina: Sipo… los del caballito (Pistolas Colt tienen insignia de un caballo).
— Danilo: Ah ya, ya. ¿Es lo único que hay?
— Voz masculina: No, hay dos de las mismas, o sea distintos modelos, pero la del caballo y la 22 p.38.
(…)
— Voz masculina: ¿Cómo está ahora usted?
— Danilo: Yo estoy a 5 minutos
— Voz masculina: Yo voy altiro pa’ allá entonces, no me demoro nada, unos 20 minutos llevo las cuestiones. ¿Con píldoras o no? (Píldoras como pseudónimo de municiones).
— Danilo: Sipo, saca a ver si llegamos a un acuerdo.
— Voz masculina: Sipo… los del caballito (Pistolas Colt tienen insignia de un caballo).
— Danilo: Ah ya, ya. ¿Es lo único que hay?
— Voz masculina: No, hay dos de las mismas, o sea distintos modelos, pero la del caballo y la 22 p.38.
(…)
— Voz masculina: ¿Cómo está ahora usted?
— Danilo: Yo estoy a 5 minutos
— Voz masculina: Yo voy altiro pa’ allá entonces, no me demoro nada, unos 20 minutos llevo las cuestiones. ¿Con píldoras o no? (Píldoras como pseudónimo de municiones).
— Danilo: Sipo, saca a ver si llegamos a un acuerdo.
El juez decretó prisión preventiva para ambos. Nicolás Martínez fue enviado al penal Santiago Uno, y Danilo Rojas a la Subcomisaría de Pudahuel Norte, ya que es funcionario en retiro de Carabineros. La institución por su parte ha dejado todo en manos del Ministerio Público, ya que a tratarse de un Mayor en retiro, no les corresponde aplicar medidas administrativas ni interferir, según afirmaron a The Clinic Online.
LOS PECES GORDOS DETRÁS DEL EX GOPE
El administrador de “Rápido y Furioso” permanece recluido hasta hoy, a pesar de que sus defensas han solicitado modificar la medida preventiva un par de veces. El ex uniformado del GOPE corrió con un poco más de “suerte”, ya que el 10 de agosto la Subcomisaría de Pudahuel Norte solicitó al 9º Juzgado de Garantía que lo trasladaran al Centro de Detención transitoria de Carabineros, ubicada en Ñuñoa: “(Rojas) es víctima de rechazo por parte del resto de la población penal, no pudiendo interactuar con estos durante los horarios de esparcimiento, lo que le ha provocado un desequilibrio emocional al sentirse discriminado por los demás internos”.
Con dos meses de prisión preventiva, Rojas cambió su defensa. El 18 de octubre hizo llegar al juzgado una notificación indicando sus nuevos fichajes. Los nuevos abogados, vigentes hasta hoy, son Camilo Cereño, abogado del bufete Far y Cía. , firma especializada en derecho penal. De la misma procedencia, el segundo defensor de Rojas es Vinko Fodich Andrade, abogado que fue jefe de la Fiscalía Local de Ñuñoa, y jefe de la División de Control y Sanción del Ministerio del Interior durante el gobierno de Sebastián Piñera.
El tercer defensor de Danilo Rojas es el ex jefe de la Fiscalía Metropolitana Sur, Alejandro Peña. Reconocido por encabezar redadas y allanamientos en La Legua contra el narcotráfico, también pasó por la División de Estudios del Ministerio del Interior. Antes trabajó como relator en la Corte de Apelaciones de Santiago y fue parte de la implementación del Ministerio Público durante el año 2000, en medio de la Reforma Procesal Penal.
Danilo Rojas actualmente está libre pero bajo arresto domiciliario. Tras una solicitud en el Tribunal Constitucional (T.C.), sus abogados lograron que la medida cautelar fuese reemplazada por arresto domiciliario y “caución hipotecaria”, que es básicamente garantizar su arresto con la hipoteca de una propiedad.
Según el abogado Fodich, lo que ha hecho el T.C. es básicamente reconocer la igualdad ante la ley. Explica que cuando un inculpado arriesga una pena inferior a los cinco años y, además, tiene conducta anterior irreprochable, puede acceder a beneficios, como el arresto domiciliario, por ejemplo. Con la Ley de Armas no es así. Ésta dice que, aunque cumpla los requisitos mencionados, no se puede acceder a los beneficios, por lo que la defensa del ex GOPE reclamó. “Lo que se decretó con el T.C. es que si hay una ley que dice que, cuando una persona tiene penas bajo los cinco años y con irreprochable conducta, tiene derechos distintos en el caso de Ley de Armas, lo que es una desigualdad ante la ley”, dice Vinko Fodich.
Martínez, por otro lado, lleva siete meses detenido y sus defensas han solicitado tres veces revocar la prisión preventiva y reemplazarla por otra medida. No han tenido éxito, y a juicio de Fodich, la diferencia entre las penas preventivas de Martínez y Rojas se explican por algo simple: “Tienen diferentes abogados. Ellos (la defensa de Nicolás Martínez) no recurrieron al T.C., y este tribunal tiene efecto solo sobre quien alega”.
Sin embargo, para Eugenio Talep -abogado defensor del administrador de “Rápido y Furioso”-, resulta “un misterio” el por qué Rojas puede permanecer bajo arresto domiciliario y su cliente no: “Mi representado se encuentra en mejor condición jurídica que el señor Rojas: nunca se encontraron armas ni en el domicilio de Nicolás Martínez Perot ni en su automóvil”, explica, agregando que, además, su representado también cuenta con conducta anterior irreprochable, al igual que el ex GOPE. “Tras conocerse la decisión que cambió la cautelar del señor Rojas, mi parte ofreció caución hipotecaria y arresto domiciliario total”, dice el abogado Talep en una misiva enviada a The Clinic Online, pero en el juzgado y la Sexta Corte de Apelaciones lo rechazaron. Para él no es tan simple como no haber recurrido al T.C.: “Si fuese como dice mi colega, la resolución del T.C. estaría en los fundamentos de la Corte de Apelaciones”, dice el abogado, refiriéndose a las veces en que se ha rechazado quitar la prisión preventiva a su cliente.
UN SUBOFICIAL DE CONDUCTA INTACHABLE
Danilo Rojas (56) es un ex funcionario del Gope que en enero de 1988, sufrió una lesión por “un ataque extremista” con un explosivo, quedando con un trauma auditivo y fracturas expuestas. Un pre informe de Orden de Investigar de Carabineros, emitido en julio de 2016 -tras el testimonio del testigo, y antes de la autorización de intervenir los teléfonos-, tomó este capítulo como precedente del vínculo con el miembro del Ejército: “Se puede presumir que Rojas podría contar con algún tipo de contacto con alguna persona relacionada a las Fuerzas Armadas o de Orden, desde donde podría obtener las armas de fuego que ofrece”.
La suposición de Carabineros en el pre informe escrito el 4 de julio fue cierta en parte, o eso parece hasta ahora. Rojas, en una de sus declaraciones, confesó: “Las armas que yo vendía las compré a Juan González. Nunca supe ni pregunté de dónde sacaba las armas”.
Juan Carlos González resultó ser un Suboficial y armero del Ejército, el mismo que en la audiencia de detención del 2 de agosto identifican como “voz masculina”. Con 32 años de trayectoria, condecorado cuatro veces y sin antecedentes penales, es apuntado como el proveedor de armas que iban a parar a manos de traficantes. y fue detenido el día 30 de noviembre de 2016, tras haber mantenido su teléfono celular interferido.
Canal 13 grabó el momento en que Fiscalía fue a buscarlo a su lugar de trabajo por participación en calidad de autor de tráfico de armas. En la nota se muestran imágenes de la audiencia, donde el Ministerio Público expuso nuevamente, la conversación telefónica ya citada en que hablan de “las del caballito” y “las píldoras”. Además, el fiscal exhibe una captura de pantalla del Whatsapp de Nicolás Martínez con un cliente, donde ofrece: “Un (fusil) Steyr 762 con 40 tiros de guerra, más un cañón de intercambio con 22 a 40 tiros más. Sale una luca, de ahí pa’ arriba”. Dicha pieza figuraba ingresada en los Arsenales de Guerra, según afirmó el Fiscal Solís en la audiencia, por lo que pertenecía al Ejército, quienes a su vez lo confirmaron pero agregando que actualmente no la tenían en su poder. El Suboficial fue enviado a prisión preventiva, la que cumple hasta hoy en el Batallón Militar.
Por su parte, la institución castrense también tomó sus medidas, pues cursaron el retiro de González y, por ende, ya no recibe remuneraciones. Eso sí, aseguran que tras la detención del ahora ex Suboficial, revisaron el inventario del del regimiento logístico nº 2 “Arsenales de Guerra”. “Una vez finalizada la revisión, se concluyó que ninguna de las especies que se encontraban en investigación, estaban de cargo en la unidad militar. Además, se realizó otro control de la totalidad del armamento de dicha unidad, definiendo que todas las especies consideradas en sus inventarios se encontraban debidamente almacenadas”, afirman desde el Ejército.
El tráfico de armas que logró destaparse por el testimonio de un traficante, aún se encuentra en investigación, con dos de los involucrados en prisión preventiva y uno bajo arresto domiciliario. Acto seguido a la detención del Suboficial González, el caso fue traspasado a la Fiscalía de Delitos de Alta Complejidad.
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