El 8 de marzo del año 2017, declaró ante el fiscal Eugenio Campos Lucero el exteniente coronel de Carabineros, Pedro Valenzuela San Martín, sindicado como uno de los cabecillas de la “Mafia de la Intendencia” que, desde 2010 a la fecha, habría extraído más de $16.500 millones desde las cuentas de Remuneraciones y Desahucios de Carabineros.
En su testimonio, al que tuvo acceso The Clinic Online, el personero detalla cómo operaba la red de defraudación al interior de la institución y da cuenta de la cercanía que tenía el General (R) Flavio Echeverría con otro de los líderes de la banda, el teniente coronel (R) del Escalafón de Intendencia de Carabineros, Héctor Nail Bravo. De hecho, en su primera declaración, que publicó este medio, Echeverría reconoce haber obtenido $420 millones en dineros de procedencia irregular, teniendo pleno conocimiento de que estaba cometiendo un ilícito y no haciendo nada durante años para frenar las irregularidades que se arrastraban al menos desde el año 2004.
Al respecto, Valenzuela, que es contador auditor e ingeniero comercial, entrega otros detalles. Asegura que desde 2012 al 2017, ha cumplido funciones en la Dirección de Finanzas, “los cuatro primeros como jefe de Gabinete y el último en el departamento de presupuesto y finanzas de esta dirección”. En su periodo final en Carabineros sus jefes eran el Coronel Jaime Patricio Paz Meneses y el General Echeverría.
“En el año 2014 cuando estaba en la oficina de mi General Echeverría me percataba de situaciones en su oficina un poco raras o sospechosas, como por ejemplo, la situación que el mismo General le mostraba a Comandante Nail y le exhibía su billetera y hacían bromas, como indicando, junto con expresar y mover su billetera ‘que esta estaba flaca’, como que le faltaba dinero, eso pienso yo. En otras, movía el General una bolsa como indicando que estaba vacía, como que entendí que faltaba dinero. Yo no participaba de esto, pero sí había una relación estrecha entre el General Echeverría y el Comandante Nail, de la cual yo no participaba”, detalla Valenzuela.
El imputado agrega que su participación en el ilícito se inició en el año 2014, cuando se percató que tenía “utilidades mayores que no me correspondían”. “De inmediato fui a donde el Comandante Nail y le dije que eso no me gustaba. Él me respondió que había sido un error del sistema, yo le dije que eso era imposible, que no me prestaba para esto, sin embargo, recibí como respuesta: ‘tranquilo, esto está en conocimiento, esto está autorizado por mi general Echeverría y él lo sabe’”.
Según Valenzuela, la mención a Echeverría la sintió como “una intimidación”.
“Debo reconocer que esto es un delito y que estaba metido, no tuve la fuerza suficiente para parar esto y denunciarlo. Fue así que Nail en ese instante me mostró un papel y me indicó que un determinado monto de ese depósito debía entregárselo en forma efectiva, quedando un porcentaje de dinero en mi cuenta corriente, es decir, me quedé con dinero que no me correspondía. Esto eran depósitos que correspondían desde la cuenta de remuneraciones. Esto ocurrió alrededor de unas cuatro o cinco veces y siempre estaba la entrega al Comandante Nail en dinero en efectivo y en otras oportunidades me quedé con el dinero”, precisa Valenzuela.
El otrora Teniente Coronel agrega que entre 2014 y 2015 recibió en promedio $220 millones y que se quedó con $70 millones aproximadamente. “Esa plata me la gasté, pagué Universidades de mis hijos al contado, en la Universidad del Desarrollo en total unos $10 millones, además me compré una station wagon Hyundai Santa Fe del año 2016, con alrededor de unos $20 millones, pagué el colegio de mis dos hijas Colegio Dunalastair comuna de Las Condes, 2014 y 2015 con un valor total de $14 millones aproximadamente. La demás plata me la gasté pagando deudas y créditos que debía, incluso en la misma institución de Carabineros”.
Al momento de entregar su versión ante Fiscalía, Valenzuela aportó $30 millones que guardaba en efectivo en su hogar.
Según explica, en los años en que fue parte del fraude, Nail lo instó a facilitarle, además, el rut de alguna persona de confianza a modo de reclutamiento y que además le entregó dinero en efectivo de estas operaciones al entonces comandante Robinson Domingo Carvajal Leiva. Plantea que para “poder efectuar de esa forma estos pagos llamados irregulares de remuneraciones, es que se debió alterar el sistema computacional, alguien ingresó esos datos y otro los aprobó, en este último caso, aprobó entendiendo que Nail”.
La primera alerta respecto de que la operación quedaría al descubierto fue, explica, en diciembre de 2015, cuando se recibió, de parte del Banco Estado, una llamada por una operación sospechosa: un depósito de más de $40 millones al teniente Felipe Ávila en Punta Arenas.
“A raíz de esto, mi General (Echeverría) le dispuso al Coronel Paz efectuar un catastro de los montos y si habían más. No sé qué pasó con ello. Solo sé que el Coronel Paz en un momento del 2016 me comentó que fue donde Nail a pedirle información de más depósitos y saber qué montos y habría recibido de respuesta sobre su cadáver. Se conversó el tema del capitán Ávila, fue ahí que mi General Echeverría indicó que esto había que ‘encapsularlo’. Se entendió y así dispuso que este oficial debía reintegrar, yo no tenía idea de qué montos estábamos hablando, ni los míos al día de hoy los tengo claros. Pues bien, mi General dispuso ‘reintegro’, encomendado al Comandante Nail una especie de recaudación de fondos, en ese proceso es que Nail se me acercó y me indicó que a mí me correspondía aportar $10 millones. Él andaba con un papelito con nombres y los montos de los que debíamos aportar por el tema de Ávila. Me percaté que aparecían los nombres de mi General Echeverría que debía aportar $50 millones y mi Coronel Paz que debía aportar $40 millones. No vi o no alcancé a divisar otros nombres más”, afirma Valenzuela en su declaración.
El personero acota que se acercó a Echeverría indicándole que también tenía depósitos espurios y que deseaba una solución similar a la que había tenido el capitán Ávila.
“Ya esto estaba complicado, entiendo que los fondos reunidos no se si se reintegraron, yo no vi boletas de depósitos y menos que haya existido ‘oficios valor’ para su reintegro. Creo que esto se escapó de las manos, ya no había control. A Nail se le había encargado determinar qué montos eran pero nunca hubo resultados”.
En la indagatoria administrativa, Valenzuela recibió la orden de Paz de entregar la versión de que había recibido estos recursos, pero que los iba a reintegrar. “Después de que yo declaré el viernes pasado, me fui directo a la oficinas de mi Coronel Paz y le expliqué lo que yo había declarado en sede administrativa, que me había gastado el dinero y que iba reintegrar, eso se lo dije directamente a mi Coronel Paz como habíamos acordado el día anterior. En esos instantes se sumó en la oficina mi General Echeverría y también escuchó de mí lo que había declarado en sede administrativa, asintiendo con ello, también a ambos les dije que debían cooperarme en el reintegro, a lo cual ambos no me dijeron ni sí ni no. Como no me lo negaron, quien calla otorga, por lo que pensé que no me iban a dejar botado”, cuenta.
Posteriormente, el 4 de Marzo de 2017, se fijó una reunión en el Costanera Center a las 10 de la mañana, con Paz, Nail, Carvajal y Valenzuela. “Se habló del tema, les recrimine que no me podían dejar solo que tenían que apoyarme, fue ahí que Nail indicó que ya no tenía más plata, que el grueso de Ávila lo había puesto él. Paz indicó que era mejor preparar una ‘sábana’ con todos los datos y montos para tomar un curso de acción y en un futuro cercano no íbamos a volver a reunir, lo que nunca ocurrió. El Coronel Paz también indicó que así como Nail indicó que ya no tenía plata, Paz indicó que él también tenía que reintegrar, que tenía que devolver dinero”, relata.
El lunes 6 de Marzo, “Echeverría dio a conocer este gran problema, refiriéndose a modo general del tema” ante coroneles de la Intendencia. Esa misma noche, el general director de Carabineros, Bruno Villalobos, convocó a una conferencia de prensa donde dio cuenta de un “importante fraude fiscal” cometido en la institución.
LA DECLARACIÓN DEL ECHEVERRÍA
El viernes 24 de marzo, ante el Ministerio Público, Echeverría, el participante de mayor grado jerárquico del fraude, situó su participación en el fraude en 2008 y no en el 2011 como se presumía. El general, contó al Ministerio Público que en su primera incursión recibió cerca de $30 millones y que fue receptor de fondos irregulares hasta el 2012. El cálculo total es una cifra millonaria -$420 millones- en dineros de procedencia irregular. Con pleno conocimiento de estar cometiendo un ilícito sin hacer nada para evitarlo. Echeverría, a diferencia de otros involucrados que solo se quedaban con la comisión que establecía el sistema, se quedó con el 100% de los dineros. En 2009, con parte de los dineros se compró un Jeep Grand Cherokee negro.
En su declaración, Echeverría sostiene que en los años 2011 y 2012, cuando asumió como jefe de Tesorería, intentó finalizar con las prácticas anormales, pero que no hizo denuncia alguna porque formaba parte de la maquinaria y que en 2015, cuando recibió el aviso del Banco, instruyó a Paz Meneses, quien también era parte de la operación fraudulenta, que investigara. En paralelo, señala que recibe consultas de los generales Gonzalo Blu, de Inteligencia; y Julio Pineda sobre la indagatoria y que estima que no es necesario dar información sobre estas gestiones al general director.
Además Echeverría intentó -sin consulta previa- meter un nuevo tema en la investigación. Habló de los gastos reservados y explicó que le correspondió el control y distribución de éstos y que se trata de alrededor de $600 millones. De ellos, el 50% se destina a la dirección general del inteligencia, Dipolcar, el 40% a generales de la institución y el 10% a gastos varios. También se dispone de 90 mil dólares anuales, que son para gastos de viaje en el extranjero que ocurren en distintos países. Aquí es donde señala que dentro del 10% discrecional ($60 millones en total) se usaron recursos para comprar regalos de cumpleaños para los generales y sus cónyuges y que tales presentes también se otorgaron en navidad. Además destaca la compra de relojes cuando los generales pasan a retiro, lo que correspondería, señala, a un destino distinto al fijado por la ley.
Ayer, en tanto, el fiscal Campos, que dirige la investigación, informó en una nueva audiencia de formalización que el número de imputados podría llegar a 60 y advirtió que a algunos imputados se les estaba presionando para que modificaran sus declaraciones. Campos dijo que no podía entregar más detalles, pues se trata de una investigación que está con secreto. Otra de las revelaciones del fiscal Campos es que la cifra del fraude llegó a $16.500 millones.