Tal como senadores y diputados hacen y deshacen en el Congreso sin consultar para nada el pueblo, en la Convención Constitucional se está actuando con el mismo sistema que ha sido repudiado por todos: contubernios entre quienes se decían de izquierda y la derecha. Al aprobar normas del proyecto de Reglamento en la comisión respectiva, se está aplicando la política de los acuerdos y los convenios, que no son para lo que fueran mandatados los convencionales. El pueblo que salió en octubre a las calles para reclamar una Asamblea Constituyente, lo que reclamaba era una Constitución para las grandes mayorías, no una Constitución acordada entre quienes se dicen de izquierda con la peor de las derechas. Pues ahora, la señora Marcela Cubillos, que siempre se ha opuesto a todo, declaró que esta es una buena señal, aplicando el conocido principio de que “La derecha y la izquierda unidas, jamás serán vendidas”
Por su parte, el vicepresidente, don Jaime Bassa, expresó que “Las fuerzas políticas detrás de los 2/3 están trabajando juntas” Más claro, echarle agua.
Las constituciones no pueden dejar conforme a todo el mundo, pues se deben elaborar para las grandes mayorías y para resguardar los intereses populares. La derecha, que no tiene el tercio necesario para paralizar y vetar toda medida democrática, ahora puede confiar en que con los aliados que ha conseguido en la Convención, puede hacer lo que le convenga.
Los señores Ricardo Montero (Partido Socialista), Fernando Atria (que se las da de independiente) y quizá cuantos otros más, se doblegaron ante los cantos de sirena de la derecha, volvieron a las andadas y ratificaron los dos tercios que se van a necesitar para modificar el sistema de seguridad social, para recuperar el dominio de la nación sobre el cobre, el litio y quizás hasta sobre el agua. Vaya a saber si se aprobarán las reivindicaciones de las mujeres y otras cosas que siempre la derecha ha rechazado.
¿Para cambiar los quórum de la Convención se requiere una modificación constitucional? No señores, no es así. La Convención tiene pleno derecho a modificar sus quórum aunque el gobierno diga que no, pues los convencionales son representantes del constituyente originario, que es la mayoría del pueblo de Chile. El gobierno y el Congreso no son nadie para dictarle normas de procedimiento ni nada sus a los representantes del constituyente originario, pues nadie ni nada está por sobre el pueblo soberano. Pero los convencionales en sí mismos no son soberanos, son meros mandatarios que tienen que seguir instrucciones de quienes los eligieron o, si no tiene instrucciones precisas, atender a los intereses de sus mandantes, que son obvios.
Si no lo hacen, llegó la hora de que quienes han elegido a los señores Bassa, Atria y compañía, procedan a revocarles el mandato. ¿O se creerán ellos tan intocables, que se han puesto de acuerdo con la derecha? Pues no, se equivocan medio a medio.
19 Agosto, 2021
Margarita Labarca Goddard
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