La Organización de Trabajadores Judiciales, en representación de varios funcionarios, expresó su descontento por el traslado de Matus, argumentando que lo mejor era que “fuera alguno que no estuviera salpicado por una investigación o sumario”.
El retorno del ministro de la Corte Suprema, Jean Pierre Matus, a la Tercera Sala del tribunal desató críticas y reacciones diversas entre funcionarios del Poder Judicial y otros sectores. La decisión, tomada en las jornadas de reflexión anual de la Suprema de este jueves y viernes pasado, responde a la reorganización interna del Máximo Tribunal, actualmente en crisis tras la destitución de los ministros Sergio Muñoz y Ángela Vivanco.
La salida del Poder Judicial de estos magistrados, sumado al cambio del ministro Mario Carroza a la Primera Sala, dejó a la Tercera con solo dos miembros titulares: Adelita Ravanales y Diego Simpertigue. En este contexto, el ministro Matus solicitó su traslado desde la Segunda Sala a la Tercera. Esta última es donde el magistrado inició su función en la Suprema en 2021. La petición fue aprobada el 25 de octubre por los 17 jueces del pleno, quienes tomaron en cuenta su experiencia en temas constitucionales y la necesidad de reforzar una sala con importantes vacantes.
Sin embargo, la Organización de Trabajadores Judiciales, en representación de varios funcionarios, expresó su descontento por el traslado de Matus.“Nos parecería que lo más afortunado y lo mejor era que el ministro que integrara la Tercera Sala, que es muy importante porque ve constitucional, fuera alguno que no estuviera salpicado por una investigación o sumario”, aseguró el presidente de la organización, Marcelo Acevedo, en Radio Cooperativa.
Ante estas críticas, la vocera de la Corte Suprema, María Soledad Melo, defendió la decisión del tribunal, argumentando que la investigación en curso sobre Matus no afecta directamente los temas que la Tercera Sala aborda y que se tomaron todas las medidas para garantizar el buen funcionamiento de la corte.
En cuanto a su desempeño en la Segunda Sala, fuentes cercanas señalaron que la permanencia de Matus generaba dificultades en ciertos casos, especialmente en procesos vinculados a violaciones de derechos humanos en dictadura, donde enfrentó repetidas recusaciones debido a su previa asesoría al Ejército en su rol como abogado.
La Tercera Sala, tradicionalmente orientada a temas constitucionales y que suele abordar asuntos complejos de carácter patrimonial, podría ver cambios en su dinámica interna con la llegada de Matus, quien se ha mostrado crítico de algunas posturas de sus predecesores. Expertos en la materia sugieren que su incorporación podría generar un contrapunto significativo en una sala anteriormente marcada por el legado de Muñoz y Vivanco. Esto podría derivar en la revisión de algunos criterios ya establecidos y en la búsqueda de nuevas mayorías que definan futuras decisiones en temas constitucionales de gran impacto.
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