María Cristina Prudant

 “Juré nunca mantenerme en silencio cuando los seres humanos soportasen sufrimiento y humillación. Siempre debemos tomar parte. La neutralidad ayuda al opresor, nunca a la víctima. El silencio  alienta al torturador, nunca al torturado”.

Son las palabras de Elie Wiesel, escritor y Premio Nobel de la Paz en 1986 que reflejan una realidad que se ha vivido en Chile y en el mundo, pero que vuelve a estar presente cada día, aunque los años pasen: porque hay heridas que aún  no cierran, porque cada cierto tiempo aparecen personas en nuestro país sin principios ni moral que cuentan sus aventuras durante la dictadura.
Por eso hoy más que nunca siguen estando presentes en nuestras vidas los derechos humanos que fueron violentados  bajo la dictadura de Pinochet, una de las más crueles del mundo. Lo que se ha ido confirmando  con los años a través de valientes testimonios  de quienes fueron las víctimas. 

Sin embargo, hay quienes poseen información sobre el destino de los detenidos desaparecidos,  presos políticos y no entregan la información. Lo que es peor, se jactan de lo que le hicieron a quienes pensaban distinto  o simplemente por existir porque también los inocentes sufrieron vejámenes y la muerte.   

“Los derechos humanos establecen las condiciones indispensables para garantizar la dignidad humana y hacer posible que las personas vivan en un entorno de libertad, justicia y paz. Hablan del principio de igualdad, del derecho a la vida y a no sufrir torturas, del asilo, de la libertad de expresión y de conciencia, pero también de la educación, la vivienda y del acceso a la salud y a la cultura”, según Aministía Internacional. En Chile eso se olvidó durante 17 años y tal vez continúan olvidados.

Autor confiesa crímenes

Hace uno días Adolfo Rojas Bustamante, militar en retiro que fue candidato a concejal y es seguidor de José Antonio Kast, escribió a través de Twitter algunas afirmaciones que fueron rápidamente viralizadas y repudiadas por los usuarios de la red social.

La más alarmante es probablemente aquella en donde reconoce haberle quitado la vida a otras personas. “No asesinamos a nadie, combatimos contra valientes y fusilamos a los que tenían que morir”, dijo, ironizando con que -“en todo caso”, como escribió- los muertos serían “menos que los niños del Sename en “Democracia””.

Al ser interpelado por esta declaración, en términos de que si participó de acciones como esa debe entregar la información que tenga, el capitán (r) del Ejército se burló de la siguiente forma: “En las morgues, en los ríos, en los cementerios, donde cayeron muertos por dispararnos, otros al mar como maracos en la época de Ibañez, pero la mayoría en el Patio 29 o los dejábamos en las embajadas o frontera para arrancar de la bruja (sic)”.

Cabe señalar que en un texto enviado a El Ciudadano por Adolfo Rojas este insiste en lo expresado por la red social, señalando que “lo que dije por Twitter y que originó mi eventual fama de asesino lo reafirmo”.

En el año 2016 este capitán en retiro fue candidato a concejal por la comuna de La Cruz, en la provincia de Quillota. Como era de esperar, fue por Chile Vamos y la UDI quienes apoyaron su carrera como representante popular en dicha municipalidad.
De nuevo aparece Krassnoff

Otro caso distinto es el del suboficial en retiro de Ejército, Juan Guillermo Orellana quien  entregó testimonio en una causa sobre "vuelos de la muerte" ocurridos en dictadura, en particular en la investigación que busca esclarecer la muerte de Ceferino Santis, Luis Norambuena y Gustavo Farías.

En el testimonio del exmilitar, que participó de la operación en calidad de mecánico del helicóptero en que se cometieron los asesinatos que consistían en el lanzamiento de personas al mar, asegura que vio a tres personas amarradas, quienes posteriormente fueron empujadas hacia el oceáno Pacífico, lo que fue consignado por El Dínamo.

 "Me encontré en el piso con tres personas vivas, que estaban atadas de pies y manos y con la vista vendada", aseguró, recalcando que tenían "un pedazo de fierro amarrado a los pies, por lo que nunca escuché sus voces".

Además del mecánico y los prisioneros, en la aeronave también estaba el mayor Emilio Robert de la Mahotiere y el capitán Richter Nuche Sepúlveda, además de un capitán de Ejército vestido de civil, el que fue apuntado como Miguel Krassnoff.

"El capitán de Ejército procedió, solo, a tomar a las personas. En primer lugar tomó a la persona más adulta de los pies; lo giró hacia la puerta y lo empujó con las manos hacia abajo, hacia el mar", indicó el exsuboficial, señalando que el mismo modus operandi fue utilizado con otros dos prisioneros.

En la parte final de su relato, Orellana asegura que "quiero hacer presente que el oficial de Ejército que lanzó a las personas que se encontraban amarradas, vendadas y vivas, dentro del helicóptero, me parece que correspondería a Miguel Krassnoff".

De esta manera están presentes en nuestro quehacer diario los derechos humanos que nunca pierden vigencia, aunque hay quienes piden dar vuelta la página.

Cambio 21 consultó a dos de los abogados que siempre han estado al servicio de los derechos humanos y conocen todo lo que ha pasado en el país.

El abogado Héctor Salazar respecto de la vigencia de los derechos humanos dijo que “es evidente que el tema de los derechos humanos siga presente en nuestro país porque aquí hay deudas que no se han saldado y responsabilidades que no se han asumido. Se ha barrido bajo la alfombra, bajo la excusa de la transición,  reconciliación, no mirar más para el pasado, un montón de fórmulas para  escabullir esta obligación moral que tiene esta sociedad. Y por eso está quebrada en su cimientos fundamentales.

Respecto de la gente que le molesta el tema de los derechos humanos señaló que “se ha encontrado con gente así en su camino y voy a decir algo bien brutal porque les he dicho: mira traéme un alicate  y déjame apretarte un testículo por 5 minutos  y después hablamos”. 

“Y por otro lado está la incomodidad que genera en esos sectores, que hicieron vista gorda, que miraron para el lado, que se hicieron los que no sabían y que avalaron la dictadura, porque el reproche va para ellos también”, manifestó el abogado.

Añadió: “lo que dijo el Presidente Piñera la otra vez, los cómplices  pasivos que les dolió tanto”.

Mucha gente de rango inferior en las Fuerzas Armadas eran los autores materiales de los hechos, porque los de más arriba sólo impartían las instrucciones “y no se van a ensuciar las manos”.

Sin embargo, el suboficial Orellana dijo en su declaración que Krassnoff era quien los tiraba al mar desde el helicóptero. 

“Por eso lleva acumulado como 200 años de cárcel. Pero el fenómeno digno de estudio en el caso Krassnoff es que él no asume, sigue negando, igual que Manuel Contreras. No sé si lo de ellos está en lo patológico, pero el día que todos ellos asuman la verdad , asuman lo que hicieron cómo van a seguir viviendo para adelante con su conciencia. Entonces, la negación pasa a ser un recurso para sostenerse”, aseguró Salazar. 

Por su parte el abogado Nelson Caucotto parte por confesar que “me llamó la atención  que fuera un ex militar el que hiciera la declaración sobre los cuerpos que lanzaban al mar y acusara a Krassnoff. Ocurre que todo eso efectivamente ocurrió dentro del exterminio y se contemplaba lanzar gente viva desde los helicópteros y también en tierra”.

Sobre la vigencia de los temas de derechos humanos detalló que “hay que decir que el tema de los derechos humanos tiene que ver con la memoria histórica, que es algo que no se puede borrar ni en el presente ni a futuro. Y esta memoria es inquisidora, inquisitiva  en el sentido que siempre va a estar preguntando qué hicimos en el pasado, qué actitud adoptamos y eso es muy importante porque los pueblos que no tienen memoria, dicen, vuelven a repetir la misma historia”.

En cuanto a que hay gente que le molesta que hablemos de derechos humanos dijo que “claro que les va a molestar porque es enfrentarse al horror y a nadie le gusta leer todos los días horrores y este relato de los vuelos  de la muerte no es primera vez que se habla y están identificados hace mucho tiempo. Ahora, es dramático el relato de este suboficial y es un tema con el cual vamos a tener que convivir diría por mucho tiempo más. Hay otros mecánicos del comando de aviación que declararon. Hay muchos testimonios. Además está lo que ocurrió con Marta Ugarte que tiene mucho significado porque es el primer caso que se descubre que fue lanzada  desde las alturas, pero con mal cálculo porque cayó en las rocas en la costa chilena”.

“Ese es el horror que se vivió, al que estuvo expuesto todo chileno entonces, más que les gustó o no a algunos hay que asumir lo que ocurrió y hay que refortalecer las investigaciones que quedan porque estos hechos no pueden quedar en la impunidad”.

 También dijo que “todos estos relatos son la historia de Chile que pasa por muchos expedientes judiciales donde hay muchas confesiones porque es un fenómeno de los tiempos. Desde el año 2010 a la fecha se han producido muchas confesiones. Los integrantes de los aparatos de seguridad ya no dudan en contar  los horrores a los cuales sometieron a la gente. Es una característica de una época en que se debilitaron las bases de este hermetismo militar, que no hablaban, no contaban , eso ya se desnudó porque la historia tiene que seguir”.