Ayer se difundió
por primera vez en prensa que el Área Social de la cárcel Santiago 1 se
encontraba en huelga legal.
Hoy iniciamos el 7°
día de huelga y el tema que proponemos es: “Colusión entre gobierno y concesionaria”.
La cárcel Santiago
1 fue diseñada para cumplir con los más altos estándares de seguridad y de
respeto por la dignidad y DDHH de los internos, apegada a estándares
internacionales y modernos de trabajo penitenciario.
Fue diseñada para
albergar hasta 2568 internos; sin embargo ya pernoctan allí 4000 internos y,
como resulta natural, ya nadie quiso hablar más de estándares de ningún tipo ni
menos de DDHH. Para qué si es una cárcel…
Pero cómo es
posible que hayamos llegado a este punto?
La respuesta no es
tan complicada: simplemente porque ha sido extremadamente funcional tanto para
el gobierno –decimos gobierno porque definitivamente no podría serlo para el
Estado- y para la Concesionaria CompassGroup, porque ha ganado tanto dinero que
al mirar las cifras uno duda incluso de cómo leerlas…
En palabras
simples: para sostener la campaña de la derecha conocida como “la puerta
giratoria” convirtieron a Santiago 1 en un “vertedero humano”, sin la menor
preocupación por las condiciones a las que someterían a esas personas y sin el
menor cuidado por las consecuencias que conllevaría para los trabajadores que
allí laboramos: trabajadores del área social y también funcionarios de
Gendarmería. He ahí porqué ha resultado funcional para el gobierno.
Por qué la
Concesionaria no ha hecho nada en todos estos años? Porque mientras más
internos haya en Santiago 1 más dinero ganan por concepto de provisión de
servicios. Y, como si fuera poco, reciben un pago extraordinario de UTM 100
diarias. No queremos poner cifras porque dan ganas de ponerse a llorar.
Ahora qué supone
semejante sobrepoblación para nosotros que somos los que laboramos en Santiago
1? Evidentemente tener muchísimo más trabajo, además de tener que laborar en un
medio cada día más peligroso y hostil pues son estas situaciones asociadas de
suyo al hacinamiento provocado por la sobrepoblación. Donde dormía 1 hoy
duermen 4. Gendarmería debe redoblar sus esfuerzos para evitar y controlar las
riñas que se multiplican y evitar además los destrozos a la infraestructura de
una cárcel que a estas alturas no refleja lo joven que es sino un deterioro deplorable.
En síntesis, el
gobierno gana al disponer de un recinto donde mandar y mandar gente presa para
luego mostrar su “éxito” en el control de la delincuencia. La Concesionaria
CompassGroup recibe gustosa esas decenas de ingresos diarios con calculadora en
mano mientras a nosotros, los trabajadores del área social, nos “duele la
guata” al ver lo que han hecho de esta cárcel y, cabeza gacha, debemos aceptar
asumir la sobrecarga laboral que supone una sobrepoblación completamente
inmoral.
No debe entonces
sorprender que seamos nosotros, los trabajadores del área social de la cárcel,
quienes levantemos estos temas. No el gobierno ni la concesionaria CompassGroup
cuyo compromiso definitivamente no está en la rehabilitación de los internos
sino que parece estar en la ganancia política en el primer caso y en la
económica en el segundo.
Viviana Chavez Lagos
Romina Abarca Rodríguez
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