Una periodista que resultó detenida de manera ilegal durante una manifestación por Camilo Catrillanca en Temuco, denunció que fue obligada a desnudarse dos veces
La profesional, identificada como "Javiera", se encontraba participando y cubriendo el comportamiento de los policías en medio de una marcha, oportunidad en que fue detenida violentamente. Según la profesional, carabineros busca "dañar psicológicamente a las personas que estamos movilizadas".

La situación ocurrió el pasado jueves, cuando la periodista -que es la encargada de DDHH de la Universidad La frontera-, participaba de una manifestación en Temuco por el asesinato de Camilo Catrillanca. En esos momentos, un grupo de Carabineros irrumpió en la plaza y comenzó a realizar detenciones. La profesional optó por graficar el actuar policial, siendo detenida.
De acuerdo al relato de Javiera, vio cómo un uniformado golpeaba a una mujer mayor con su escudo, quien estaba preguntando por su hijo y andaba acompañada de un niño pequeño. La joven le pidió que se detuviera, le dijo que no podía hacer eso y la respuesta del carabinero fue: “Ya, arriba”.

Cinco fueron los funcionarios que la detuvieron, oportunifdad en que la golpearon la espalda y uno de ellos la tomó por el cuello y la asfixió con su brazo. La profesional se identificó como periodista y que estaba trabajando en registrar las detenciones, lo que no importó a los carabineros, señala.
Ya arriba de la micro policial, los funcionarios la amenazaron con romperle el teléfono si seguía intentando filmar.
Al mejor estilo de la dictadura
La periodista y otras 6 mujeres fueron trasladadas a la 2da Comisaría de Temuco, fuertemente esposadas, para luego llevarlas a constatar lesiones. Ahí, Javiera comentó que estaba menstruando y necesitaba cambiarse y pidió algo para el dolor. Le pasaron un ibuprofeno y luego las llevaron a la 8va Comisaría.

“Ahí nos hacen el proceso de desnudamiento. Eran carabineras de apellido Romero, Muñoz y Amigo. La carabinera que me llevo a constatar lesiones y que me trató de manera violenta era de apellido Romero. Ella me apretó el brazo, tengo un moretón todavía, me dijo ‘camina más despacio, tal por cual'”, relató la joven.

Según la declaración de Javiera, los funcionarios policiales decían que era parte del procedimiento, al mismo tiempo que les aseguraban que no se encontraban detenidas, por lo cual le negaron la lectura de sus derechos.
Lo brutal, fue cuando una de las carabineras la revisó y le ordenó "demostrar que está menstruando".
Vejatorio
“Me saco la parte de arriba, me tapo, luego me bajo los pantalones. Después me pasan a una celda junto a las 6 chicas con las que estaba. En ese proceso una de ellas comenta que la obligaron a hacer cuchillas desnuda. Ahí nos hacen firmar una serie de papeles y repetían que no estábamos detenidas porque el fiscal a la 1 dio la orden de liberar a todos”, relató la profesional.

Luego habría aparecido otro carabinero, para decirles que aún no estaban en libertad y que las trasladarían de regreso a la 2da Comisaría para darles “el visto bueno”. Las mujeres fueron trasladadas nuevamente en una micro policial donde iban hacinadas y con dificultades para respirar, relató Javiera. Según cuenta la periodista, los conductores frenaban a propósito para provocar que se golpearan adentro.

“Carabineros busca dañar psicológicamente a las personas que estamos movilizadas y activas”
“Cuando llego a la 2da comisaría me dicen que tengo que firmar y hacer el proceso de desnudamiento otra vez. Nunca dieron razones pero insistían que debían seguir, que lo que pasó en la 8va no tenía nada que ver y que por lo tanto yo debía cooperar con lo que se estaba realizando”, relata Javiera.

Al oponerse a desnudarse por segunda vez, las uniformadas le advirtieron que si no colaboraba no la dejarían salir. Resignada, Javiera tuvo que acceder. Pese a haber pedido el baño para cambiarse a las 11 de la noche, recién a las 4 am, después de mucho insistir, pudo ocuparlo y tomar un ibuprofeno para el dolor menstrual.

“Era un baño sucio, indigno, al lado de las celdas de los hombres y con una puerta minúscula”, describe. Les dieron la libertad recién a las 7.30 de la mañana: “Nuevamente me hicieron firmar papeles que tenían un domicilio que no corresponde a ninguno de los domicilios que tengo”, dijo.

Para Javiera, lo que busca Carabineros con este tipo de detenciones “es dañar psicológicamente a las personas que estamos movilizadas y activas. La gente ya no denuncian estos casos por miedo, porque los procesos son largos y de exposición mediática. Hay que denunciar estas cosas porque Carabineros hace y deshace, han visto que tienen esa facultad para hacer lo que quieran”.

Diez horas estuvieron detenidas. “Acá en la región es demasiada la violencia y represión. Yo trabajo en la Universidad de La Frontera y es impresionante cómo hay helicópteros todo el día dando vueltas”, denunció la profesional.