Andrés Figueroa Cornejo
Roxana Miranda es la candidata presidencial de los movimientos sociales en lucha. Viene liderando peleas contra la miseria desde el liceo de un barrio empobrecido de Santiago. Pero donde cobró mayor notoriedad fue en las acciones directas tras la demanda por ‘una vivienda a precio de pobre’, el enfrentamiento contra los bancos y las políticas antisociales de los administradores del Estado en materia habitacional. Se domicilia en una población calificada de ‘peligrosa’ y su candidatura, lejos, es la que cuenta con menos recursos para enfrentar las elecciones presidenciales nacionales del próximo 17 de noviembre de 2013. Su comando de campaña funciona en un solidario sindicato de trabajadores tercerizados. Como tiene cuatro hijos adolescentes, al fin de las largas jornadas en medio de conflictos sociales de todo el país, Roxana llega a ordenar su casa ‘con un sentimiento de culpa grande porque los dejo solos mucho tiempo. Es difícil’.
-A
7 meses de las elecciones presidenciales en Chile no sólo va como
candidata mujer Bachelet. Estás tú. A riesgo de parecer marciano,
¿Cuáles son las diferencias sustantivas entre tu candidatura y la de
Bachelet?
“Ella
representa al empresariado y al capitalismo. Yo soy una pobladora
común y corriente puesta por decisión colectiva en una situación
especial. Más que una candidata del pueblo, nosotros decimos que es el
pueblo y su movimiento concreto el que entra a disputar en el terreno
electoral. Y lo hacemos porque la madurez de los distintos movimientos
sociales y todos juntos, también expresa nuestra vocación de poder a
través de esta forma de lucha. La gran distancia con Bachelet es que
nosotros somos parte de las grandes mayorías excluidas y abandonadas,
los siempre usados como conejillos de indias para las políticas de los
que mandan. Para esos pocos, sólo somos clientes, consumidores todos
los días y cantera de votos cuando hay elecciones.”
-Los
trabajadores y el pueblo de Chile ya tuvieron un gobierno de Bachelet
entre el 2006 y el 2010. ¿Qué puede ofrecer de nuevo ahora?
“Más
que ofrecer, Bachelet es el comodín entre la Concertación y la derecha
tradicional. Bajo su administración profundizó las privatizaciones,
criminalizó y reprimió a los pueblos indígenas, a los estudiantes, a los
que luchamos por una vivienda digna, es decir, a todos quienes
levantaron cabeza para reivindicar sus derechos. Fue el período en que
más termoeléctricas atentatorias contra nuestro hábitat y nuestras vidas
se aprobaron. Se incrementó el precio de las mercancías básicas. Al
final de su administración, ella lanzó un bono único, ridículo y
populista de $ 40 mil pesos (USD 84) por carga familiar, pero no fue
suficiente ni para esmaltar superficialmente la mala vida de los
chilenos.”
-Ante
la crisis evidente de representación y credibilidad del sistema de
partidos políticos, Bachelet aparece como una salvadora caída del cielo…
“Esa
es la estrategia de su campaña. Frente a la simpatía de los liderazgos
latinoamericanos populares, como lo fue Chávez y lo es Evo Morales, que
arrancaron de crisis sociales, grandes luchas y descrédito de los viejos
partidos, los asesores de Bachelet copian la forma.”
-La
derecha tradicional se autodestruye extrañamente, dándose por
derrotada, comportándose, en el fondo, como facilitadora para que gane
Bachelet…
“Exactamente.
¿Por qué la derecha tradicional y sus medios de comunicación no
descargan todos los errores, hechos de corrupción, muertes y políticas
antisociales que ejecutó Bachelet durante su primer mandato? Porque ella
les sirve para sus intereses. En la campaña, probablemente, le harán
algunas acusaciones ‘de cortesía’ para parecer oposición y más nada.
Otro aspecto de su campaña tiene que ver con ligar su imagen pública a
una especie de ‘madre de la patria’, contenedora y acogedora.”
“UNA ALTERNATIVA UNITARIA DESPUÉS DE TANTO TIEMPO DE DISPERSIÓN”
-Como
luchador social y periodista, para mí Roxana, tú eres la Salvador
Allende del siglo XXI en Chile, actualizada e independientemente de las
diferencias formales y contextuales. Tú manifiestas el proyecto político
amplio de muchos que luchan de distintos modos desde el anticapitalismo
y el antiimperialismo para dar los pasos necesarios hacia una sociedad
postcapitalista, una sociedad otra, radicalmente democrática y
humanista. Hace poco, a través de una carta pública, invitaste a otros
candidatos presidenciales del progresismo que están a la izquierda de la
Concertación para saldar en una primaria abierta y democrática al
candidato definitivo que tercie en el duopolio. ¿Cuál ha sido la
respuesta?
“Nosotros
continuamos impulsando esta propuesta y convergencia, pese a los egos
tremendos que hemos debido enfrentar lamentablemente (yo los llamo
‘ombligos con piercing’). Me parece que algunos de ellos simplemente no
están preocupados de los intereses de las grandes mayorías y por eso no
les interesa ir a unas primarias populares e incluso pretenden bajar
candidatos ‘por secretaría’, acudiendo a las clásicas políticas pequeñas
que tanto mal le han hecho a la sociedad chilena. ¿Cuál es el temor de
medirse a nivel nacional, masiva y participativamente?”
-Si tú perdieras esas internas, ¿estás dispuesta a abandonar tu candidatura?
“Por
supuesto. Sin embargo, hasta el momento, las reacciones han sido
egoístas. Si queremos que el pueblo mande en el país, naturalmente
queremos que el pueblo en lucha, protagónicamente, construya su programa
y elija a su candidato. Más allá de la propia izquierda, en términos
convencionales, deseamos que el conjunto de los luchadores y luchadoras
sociales, trabajadores, pobladores, estudiantes y pueblo hagan propio
este proyecto para enfrentar al duopolio dominante. Mi candidatura en
ningún caso se restringe a los miembros del Partido Igualdad, que ya es
un compuesto de organizaciones diversas. Por eso mismo, cada día que
pasa siento una responsabilidad mayor y no es posible ni políticamente
ético farrearse la creación de una alternativa unitaria después de tanto
tiempo de dispersión.”
LA CONSTITUYENTE SOCIAL
-¿Cuáles son los pilares centrales que tú encarnas hacia la creación de una sociedad nueva?
“La
transformación de la Constitución de la dictadura mediante una
Constituyente Social, donde la gente la discuta, elabore y sancione. Y
las propuestas elementales son el fin al lucro en la educación y
establecer su gratuidad y excelencia; el fortalecimiento y superior
presupuesto para una salud pública de calidad y el fin de las Isapres;
una seguridad social solidaria que le permita vivir a nuestros jubilados
con dignidad y, por tanto, el fin de las AFP; la condonación de la
deuda habitacional social; un transporte colectivo económico y amigable;
la democratización de los medios de comunicación; la regulación y
supervisión de la propia gente. Derechos sociales garantizados y un
salario mínimo de $ 450 mil pesos (USD 950) ya son un inmenso avance
frente a tantas desigualdades e injusticias. Por lo menos para no vivir
angustiado ( http://alainet.org/active/39525&lang=es ) como se vive ahora producto del endeudamiento, la inseguridad laboral y la incertidumbre.”
-¿Y qué ocurre con otros ámbitos que caracterizan la actual fase del capitalismo del despojo y la especulación financiera?
“Una
Constituyente Social, sin duda, cautelaría los recursos naturales hoy
arrasados por las transnacionales. Existen en Chile muchas agrupaciones
de ambientalistas consecuentes. El especialista Héctor Kol (http://www.mapuexpress.net/content/publications/print.php?id=3345
) ha dicho que quedan peces para pocos años más porque los empresarios
de la pesca de arrastre ni siquiera se han preocupado de renovar las
especies. Lo mismo ocurre con los bosques nativos y el agua, que usada
para el relave de la gran minería se está convirtiendo dramáticamente en
un bien escaso. Y está pendiente una reforma agraria de acuerdo a las
necesidades alimentarias de todos y las formas que demanda la no
destrucción del suelo.
Ahora
bien, yo me imagino un país de personas que no buscan el lujo, sino que
quieren dejar de sufrir enfermedades de salud mental y otras devenidas
de la explotación y la desesperación. Una población que quiere vivir
tranquila y con dignidad.”
“ESTAMOS DISPUESTOS A DAR LA VIDA POR NUESTRA CAUSA”
-Al
interior de las izquierdas hay todavía debates que contraponen la lucha
electoral a las luchas sociales directas y a la construcción del poder
popular. Entre las fuerzas que te acompañan, muchas vienen de las que
hace un tiempo sostenían ese aparente antagonismo y otras fuerzas son
eminentemente de base, locales, comunitarias. Y están las políticas.
¿Cómo se resuelve esa vieja discusión en torno a tu candidatura?
“Yo
me formé en la lucha directa. Ya olvidé la cantidad de veces en que me
golpearon, estuve presa y procesada. Obtuvimos conquistas parciales
dadas las relaciones de fuerza que existen en Chile. Siempre desde
abajo, ahora queremos disputar en el territorio político de los
poderosos, pero sin transar nuestros intereses, principios y propuestas
como mayoría vapuleada. La legalidad es un puño más de lucha para
nosotros. Las distintas formas de lucha se potencian entre sí, no se
anulan. Si ganáramos y fuéramos por la renacionalización del cobre, ¿tú
crees que los dueños de todo cederían el principal recurso del país así
como así? Jamás. Eso se logra con enormes fuerzas sociales en lucha. Hoy
el movimiento social tiene política y autonomía; independencia de los
poderosos y vocación de poder. Ya no nos conformamos con migajas. Y
estamos dispuestos a dar la vida por nuestra causa, porque sólo el
pueblo es capaz de defender sus propias conquistas.”
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