Verdad Ahora
Temístocles Gajardo es el protagonista de una nueva historia que destapa las sucias operaciones clandestinas acaecidas durante el régimen de Pinochet. Como escolta del dictador, Gajardo sufrió en carne propia una traición sin precedentes: fue víctima de un “autoatentado” que pretendía persuadir al jefe máximo de la Armada, José Toribio Merino, para que apoyara a Pinochet.
En julio de 1986, adscrito a la CNI como guardaespaldas del dictador, Gajardo sufrió un brutal atentado en la comuna de Estación Central. Un comando del Ejército liderado por el teniente Pedro Fernández Dittus – el mismo que sería condenado por la muerte del fotógrafo Rodrigo Rojas de Negri y las quemaduras contra Carmen Gloria Quintana – atacó el departamento de la familia Gajardo con armamento militar, hiriendo gravemente a la esposa del marino.
El ataque, que procuraba ser adjudicado a grupos terroristas de izquierda, tenía el objeto de sensibilizar al jefe máximo de la Armada, a quien Gajardo había prestado escolta en el pasado. Con ello Pinochet deseaba instalar un clima de terror que le permitiera justificar su permanencia en el poder frente a sectores disidentes de las ramas castrenses.
Tras pedir asilo político a Estados Unidos y radicarse en ese país por más de 20 años, el ex sargento Gajardo ha regresado a Chile con intenciones de reabrir su caso y perseguir a los responsables.
El ex funcionario de la Armada llegó este miércoles hasta la Comisión de DD.HH. de la Cámara de Diputados acompañado por el abogado de la CUT, Rubén Jerez, el ex oficial de inteligencia naval y también jurista, Humberto Palamara, y el delegado de la CUT para la PDI, José McLean. Allí explicó su situación a los parlamentarios.
El abogado Palamara, figura emblemática en la lucha por reformar la Justicia Militar, dio crédito a la denuncia del ex agente de la CNI y confirmó la participación del Ejército en operaciones terroristas. Por su parte, como antiguo funcionario de la PDI, el ex detective McLean entregó detalles sobre otro atentado de “bandera falsa” ocurrido en Punta Arenas en octubre de 1984, el cual provocó la destrucción de la parroquia Nuestra Señora de Fátima. El bombazo terminó con su autor, el teniente de ejército Patricio Contreras Martínez, muerto en el sitio del suceso.
Luego de destaparse la participación de Contreras a la opinión pública, una orden fue emanada a todas las unidades de la PDI para que, en caso de existir identificaciones militares en las víctimas de bombazos, éstas fueran retiradas de los cadáveres y entregadas a las autoridades correspondientes. De tal forma se esperaba encubrir la participación de agentes del Estado en atentados terroristas.
La acción fue perpetrada en Punta Arenas por el Destacamento Especial de Inteligencia Nº5 del Ejército, organización con la que Fernández Dittus tenía cercanía.
Rubén Jerez, abogado que patrocina al ex sargento Gajardo, conectó el atentado sufrido por su representado con el caso de los jóvenes quemados, ocurrido el mismo día de julio y protagonizado igualmente por Fernández Dittus. La tesis del abogado es que Quintana y Rojas de Negri serían imputados como autores del ataque, producto de lo cual morirían oficialmente en un “falso enfrentamiento” con el Ejército.
Temístocles Gajardo iniciará acciones legales para perseguir a los responsables y no descarta permanecer en Chile hasta que su caso sea esclarecido por la justicia, pese a que tenía pasajes para abandonar el país este domingo.
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