La medida significa que todo el territorio continental de Chile y la Antártida quedarán con una diferencia de menos cuatro horas con respecto a la hora del meridiano de Greenwich, en lugar de las tres horas que rigen durante el horario de verano.
En el territorio insular occidental, que abarca la Isla de Pascua e Isla Salas y Gómez, en el Pacífico, también deben adelantarse los relojes una hora y quedarán con una diferencia de 6 horas menos sobre Greenwich.
Tradicionalmente el horario de invierno se extendía en Chile desde el segundo sábado de marzo hasta el segundo sábado de octubre, pero desde hace más de dos años se ha acortado su duración y se ha prolongado el horario de verano para un mejor aprovechamiento de la luz solar, según las autoridades.
“El ahorro que se logra ampliando el horario de verano y acortando el de invierno equivale a abastecer de energía eléctrica a una ciudad de 80.000 personas durante todo un año”, afirmó el subsecretario de Energía, Sergio del Campo.
La medida adquiere mayor relevancia en el contexto de la sequía que atraviesa Chile por las escasas lluvias que han caído en la zona centro y sur.
“La principal razón para impulsar esta medida es que el país está enfrentando el cuarto año de sequía (…) Lo que busca esta medida es lograr ahorros necesarios que permitan mitigar esta sequía”, afirmó el subsecretario.
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