Robinson Pérez: el asesor clave de Bachelet que combatió a mano armada el 11 de Septiembre
Cientista político, es
actualmente uno de los hombres más cercanos a la ex Presidenta, con
quien coincidió en el exilio en la RDA. y tiene un pasado vinculado al
brazo armado del Partido Socialista. El día del Golpe estuvo junto a
Miguel Enríquez (MIR) y Arnoldo Camú –alias Agustín y jefe del aparato
militar del PS–, en Indumet, desde donde intentaron organizar la
resistencia. Sin embargo, el cerco policial que se formó adelantó los
enfrentamientos y terminó con la huida de Pérez, junto al grupo armado
PS, hacia La Legua. El episodio es narrado en el libro Martes once, la
primera resistencia (LOM, 2013), del periodista Ignacio Vidaurrázaga, el
cual reproducimos.
Por El Mostrador:
Es
uno de los hombres del círculo más estrecho de la candidata de la Nueva
Mayoría, Michelle Bachelet, ese donde sólo se entra con
incondicionalidad absoluta a la líder, bajo o nulo perfil público y
hermetismo a toda prueba. Por esas y otras razones, Pérez ha pasado a
ser parte del anillo más estrecho en torno a Bachelet, junto a Rodrigo
Peñailillo, Paula Walker y la “Jupi” Álvarez.
Pérez, quien durante la primera
administración bacheletista trabajó junto a Juan Carvajal en la Secom,
fue parte del diseño de la estrategia con la que Bachelet enfrentó la
primera vuelta del 17 de Noviembre. Una que contemplaba restricciones a
la prensa, férreo control de las vocerías, reducción de errores y manejo
de expectativas, entre otras cosas.
Robinson Pérez es cientista político de
la U. de Chile y conoció a Bachelet en Alemania Oriental, durante su
exilio tras la Cortina de Hierro. Durante el gobierno de Allende, Pérez
renunció al PC y se integró al aparato militar del PS, partido que lo
expulsó en 1984 por sus posturas radicales.
A continuación, el extracto del libro de Ignacio Vidaurrázaga Martes once, la primera resistencia, donde Pérez es parte de quienes decidieron hacer frente al Golpe tomando las armas:
Cerca de las once de la mañana, desde
diversos puntos de Santiago, se movilizan representaciones partidarias
del PS, el MIR y el PC hacia la industria Indumet. El Golpe ya estaba en
desarrollo y esa reunión era un último y desesperado intento por actuar
unidos. Según Enérico García (MIR), en la industria había mucha gente y
armamento. Además de todos los que tenían fusiles, estaban disponibles
sesenta AK con sesenta tiros cada uno. En esos momentos, desde la
dirección del MIR hubo una comunicación telefónica con Carlos Altamirano
y acordaron juntarse a las 10:00 en la industria Indumet.
Miguel, junto a un grupo, irá a ese primer encuentro con Altamirano,
pero este no llegará. Ahí esperaran muy poco y partirán a una casa de
enlace cercana, para hacer hora y retornar a las 11:00 al mismo sitio.
Sería en esa casa donde estará León, Eduardo Ojeda Disselkoen, y será
Miguel quien le dirá que lo acompañe, dando por seguro que sería un
aporte por su preparación. León viajará en otro auto, un Fiat 125 de
color amarillo, y llegarán en caravana a la industria.
“Deben haber sido como las 10:30 cuando
viajábamos la segunda vez hacia el Indumet en dos autos mini Austin. El
color mostaza que usaba Miguel y que conducía el Tito Sotomayor y el
otro de color blanco donde irían Coño, el Juancho y Pascal. Yo iba junto
a Miguel. En ese momento disponíamos sólo de armas personales, de puño.
León iba en otro vehículo. Al llegar ya estaban Agustín (Arnoldo Camú) y
Rolando Calderón, por el PS, y José Oyarce, miembro de la CP del PC.
También había trabajadores y ese era ya el punto de concentración del
aparato militar del PS, fundamentalmente los Elenos. En Indumet había
armamento, pero en ese momento no estaba a la vista. Miguel habló con
Calderón y le pidió que le preguntara a Oyarce si el PC iba a resistir.
Entre ellos no se hablaban, supongo que por todos los resquemores que
había entre el MIR y el PC. La respuesta del representante del PC fue
que esperarían a saber si cerraban o no el Congreso” (Enérico García).
El diálogo en ese momento es tenso,
Agustín y Rolando Calderón hacen de coordinadores para establecer
mínimos puentes entre el MIR y el PC. El balance de la reunión era
magro.
Se contaba con la columna del aparato
militar del PS, que se había movilizado desde el estadio de la CORMU. La
posición del PC estaba expresada y el MIR, según Miguel, necesitaba de
algunas horas más para convocar una fuerza de cuatrocientos combatientes
y, de ellos, sólo cincuenta con dotación completa de armamento y
municiones.
“Estaba en desarrollo aún la reunión y
se sienten fuertes golpes en el portón metálico de la industria, que era
de entrada de vehículos y tenía además incluida una puerta pequeña para
el ingreso de las personas. Toda la construcción era muy alta, como de
tres metros de altura los muros perimetrales. El que abrió fue Rafael
Ruiz Moscatelli y se encontró con un carabinero a boca de jarro que le
dice que tiene instrucciones de allanar. El Rafa de inmediato cerró la
puerta y avisó que eran los pacos que querían ingresar para allanar. En
ese momento las jefaturas estaban reunidas viendo mapas y pronto nos
íbamos a separar. Yo estaba cuidando fuera de la reunión y tenía el
revólver de Pascal con seis tiros; también estaba León, que había
permanecido arriba del auto. En ese momento apareció un helicóptero con
una ametralladora punto 30 apuntándonos; era de la FACH. Ese fue el
minuto en que Miguel le pidió a Camú que nos pasara armamento y él de
inmediato dio la instrucción y un compañero nos pasó unas armas y me
pidió el nombre para poder recuperarla. Cada uno de nosotros tomó un AK
con dos cargadores. Todos menos León. La idea de Miguel era que
tratáramos de sacar los autos hacia fuera para mantener la unidad del
grupo y además movilizarnos” (Enérico García).
El tiempo se les acabó antes que
acordaran un plan de operaciones en común. En un comienzo, luego de la
alerta de allanamiento, la idea fue “salir en un grupo compacto, contar
con vehículos para poder movilizarnos, llevar adelante el gran proyecto
que era ir al centro a rescatar a Allende a La Moneda, pero se dilataba
la toma de decisión” y en ese momento Miguel habría dispuesto que el
grupo se retirase con premura.
Entonces comenzaron los enfrentamientos
entre los ocupantes de la industria y los destacamentos de Carabineros
que llegan al lugar. Socialistas y miristas buscarán salir en el menor
tiempo posible porque saben que, según pasen los minutos, ese cerco
tendrá mayores refuerzos por tierra y también por aire. Los planes
originales han quedado truncos, ahora lo que se inicia es un desesperado
repliegue.
UNA SECCIÓN DE CARABINEROS A INDUMET
En otro lugar de Santiago, en las
proximidades de la Estación Central, se encuentra un bus policial
vigilando lo que pudiera ocurrir con cerca de medio millar de
estudiantes, funcionarios y profesores que se han estado concentrando
esa mañana en la Universidad Técnica del Estado, UTE. Este vehículo
pertenece a la segunda sección del 1er Escuadrón del Centro de
Perfeccionamiento de Suboficiales, al mando del teniente Sergio Jiménez
Albornoz, y será este oficial quien reciba la orden para dirigirse a
reforzar el enfrentamiento que se iniciaba en Indumet.
Cuando llegan a la industria ya había
muerto el carabinero Manuel Cifuentes. En el lugar estaban las tanquetas
Mowag que pronto derribarían el portón, allanarán y tomarán prisionero
al grupo que había permanecido allí. Al principio, el inesperado cerco
policial produjo desconcierto entre los grupos presentes. Para los
cercados, lo favorable era que tenían un buen armamento, eran una fuerza
significativa, y las industrias en ese lugar estaban todas vecinas.
Luego, en el recuento de la balacera en Indumet, la segunda sección
resultaría con dos bajas, heridos de gravedad, que después fallecerían:
los carabineros Ramón Gutiérrez Romero y Fabriciano González Urzúa.
Rompiendo el cerco a la industria
Indumet saldrán arrancando dos grupos diferentes. El más numeroso era el
del aparato militar del PS, encabezado por Agustín y que posteriormente
quedará fragmentado en La Legua de camino a la industria Sumar. Y el
otro, el MIR, sustancialmente más pequeño, que encabezara Miguel
Enríquez y que optará por salir por San Joaquín, sin entrar a La Legua,
pero que deberá necesariamente pasar frente a un retén ubicado en la
esquina de Las Industrias.
En Indumet permanecería Celsa Parrau
junto a un compañero que quedará herido de bala, un grupo de
trabajadores, además de un puñado de combatientes conteniendo al
destacamento de Carabineros para así impedir la persecución a los grupos
que ya habían salido.
“Tengo entendido que se separan los grupos y el del PS se va hacia La Legua. Allí estaban Robinson Pérez,
Renato Moreau, Aguilera –que le decían milico–, Francisco Cattani, que
después morirá en La Legua y que según contaba Arnoldo fue uno de los
que disparó contra la micro de Carabineros que volaron de un bazucazo”
(Celsa Parrau).
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