No resulta difícil identificar la citada frase en boca de políticos de derecha en el país. Destacan por su uso el ministro Alberto Espina y, de manera especial, el senador Andrés Allamand, quien a contar de ahora estará de nuevo junto a Marcela Cubillos, su actual mujer, en la “primera línea” por la defensa de la Constitución de la dictadura y al servicio de los dueños de Chile, a saber, un reducido grupo de grandes empresarios y sus operadores políticos distribuidos en todos los niveles de la sociedad, especialmente en el aparato del estado.
Si algo constituye una característica en la derecha es la inconsecuencia que se advierte entre discurso y la manera en que ejecuta las cosas. Este fenómeno no es de manera alguna producto de un descuido ocasional o fortuito. Es algo que reside en la esencia misma de la derecha en Chile, que de otra manera no podría defender sus verdaderas intenciones en público y mucho menos los deleznables hechos que realiza en el acontecer político, social y económico, los que a todas luces les resultaría indefendibles, SI SE DIJERAN LAS COSAS COMO SON.
Algunos ejemplos de cómo la derecha NO DICE LAS COSAS COMO SON y sobre todo de cómo la campaña del terror ha sido una constante en su propaganda para engañar a la ciudadanía.
-En los meses previos al golpe de Estado de 1973, la derecha difundió que el gobierno había paralizado la producción en el país y al día siguiente del golpe los negocios aparecieron con las estanterías llenas de productos que ellos mismo habían escondido.
-Dijeron que el golpe de Estado lo daban por el bien de Chile y la resultante fue que un grupo pequeño de empresarios se quedó con las riquezas del país.
-Dijeron que los detenidos desaparecidos en Chile no existían, hasta que la verdad comenzó a brotar desde el fondo de la tierra en forma de cadáveres.
– Dijeron que la libertad estaba amenazada y ellos la secuestraron por muchos años.
-Dijeron que las denuncias de violaciones a los Derechos Humanos era producto de la campaña del comunismo internacional, cuando el 98% de las naciones condenaba al gobierno de Chile por esos crímenes en la Asamblea General de Naciones Unidas durante todo periodo de la dictadura.
– En 1981, el ministro de la dictadura Sergio de Castro dijo: “Chile bajo la conducción de S.E. el presidente de la República…ha emergido con éxito sentando las bases de una de las economías más sólidas del mundo”. A los pocos meses llegó la debacle.
-Se dijo que si ganaba el NO en el plebiscito de 1988 se desataría el caos y no fue así. Al menos no para los dueños de Chile. Al contrario, los empresarios nunca ganaron tanto dinero como entonces.
-La Franja del SI en 1988 apostó por la campaña del terror y perdió entonces. Y volverá a perder en abril de 2020.
– El senador Allamand y la ex ministra Cubillos fueron férreos opositores al divorcio en Chile. Se divorciaron. Se casaron entre ellos. La familia no se desintegró en la sociedad chilena.
– Otros derechistas se oponen al aborto. Están por la vida, afirman. Al igual que frente al divorcio terminan haciendo lo contrario.
– Se declararon defensores de la vida, mientras felicitaban a Pionochet por aniquilarla.
-El presidente Piñera declaró: “Estamos en guerra contra un enemigo poderoso, implacable y sostenido por potencias extranjeras”. Al final sólo pudieron señalar a algunos jugadores de fútbol, cantantes y en último término “alienígenas”.
-En medio de la explosión social la derecha acorralada aceptó convocar a un plebiscito para el 26 de abril de 2020. En menos de 40 días ya se habían arrepentido y comenzaron a crear un clima de terror ante la posibilidad de los cambios.
-Un parte de la derecha no se atreve a decir Rechazo y en su lugar inventaron una fórmula (propia de ellos) “Rechazar para Reformar”. Típico ejemplo de decir las cosas como no son.
-De nuevo volvieron los anuncios apocalípticos para Chile, en caso de tener una Nueva Constitución. Regresó el fanstasma de “Chile-Zuela”, mientras miles de Venezolanos vuelven a su vilipendiado país. Al parecer, Chile tampoco era tan bueno.
-La derecha sostiene que una Nueva Constitución equivale a “un salto al vacío”, mientras ellos nos impusieron la Constitución de la dictadura a sangre y fuego.
-Piñera afirmó, con su acostumbrada arrogancia: “CHILE ES UN OASIS”. Se olvidó que en Chile sus amigos se roban el agua.
-La derecha manifiesta que no es necesaria una Nueva Constitución. Se olvidan que ellos reemplazaron la de 1925 por la propia. La afirmación se desploma por el peso de la prueba.
-La derecha afirma que la Constitución no cambiará la situación de vida de los chilenos. La pregunta entonces es: ¿por qué les preocupa tanto?
– Lo que la derecha no puede reconocer públicamente es que: la Constitución de Guzmán y Pinochet les aseguró el saqueo de las riquezas del país y les permitió instaurar un sistema económico que permitió la instalación de la maquinaria del despojo ciudadano.
Corolario:
La frase “digamos las cosas como son” en boca de cualquier militante de derecha equivale a decir “las cosas como no son”.
Por Higinio Delgado Fuentealba
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