Decidimos escribir este artículo, frente a la amenaza del gobierno de que va a instalar el 5G sin demora, a pesar de la pandemia. Con esto se pretende además ser el primer país en Sudamérica en contar con la tecnología 5G. En general, hay gran desconocimiento de lo que implica este hecho por parte de la población, por eso es importante llamar a la conciencia y entender los fenómenos para después actuar de acuerdo a ellos.
¿Qué son los campos electromagnéticos (CEM) de radiofrecuencia?
Los campos electromagnéticos se producen como una mezcla de radiación eléctrica y magnética, que se llama radiofrecuencia y proviene de los aparatos inalámbricos. Los campos electromagnéticos son producidos por ondas, que tienen una amplitud y una frecuencia determinados. A menor amplitud y mayor frecuencia, las ondas electromagnéticas tienen mayor penetración biológica y, por lo tanto, producen más daños en la salud.
Las ondas de radiación electromagnética se dividen en ionizantes y no ionizantes. Las ionizantes incluyen los rayos X y los rayos gamma y parte de los rayos ultravioleta y no hay duda de que producen efectos nocivos sobre la salud. Las radiaciones no ionizantes incluyen la electricidad, las ondas de radio, las ondas de celulares, las microondas, el infrarrojo y parte de las radiaciones UV del sol. A su vez, las radiaciones no ionizantes tienen efectos térmicos y efectos no térmicos, que son biológicos.
¿Qué es la tecnología 5G?
Esta tecnología tendrá una enorme capacidad para transferir datos por aparatos inalámbricos a una altísima velocidad y con mínima fase de latencia. Por lo tanto, habrá gran interconectabilidad entre las cosas, dando lugar a lo que se llama internet de las cosas (Iot). Es decir, va a haber vehículos autónomos, ciudades inteligentes, etc.
El 5G no es simplemente que vamos a tener otro número distinto sobre el teléfono, sino que implica toda una infraestructura nueva. Al principio se van a usar las torres 4G y 3G, pero después se va a instalar una red muy densa de torres 5G en una segunda fase. Las torres 4G, por ejemplo, tienen un radio de acción de entre 2 y 15 km. Las torres 5G tienen un radio de acción entre 20 y 150 mts. Eso implica que puede haber hasta 800 antenas para cubrir 1 km².
Además, utilizar las ondas que usa la tecnología 2G, 3G y 4G, generará ondas de altísima frecuencia, lo que tiene mayor penetración en tejidos biológicos y también ondas milimétricas. Por el hecho de que estas son muy sensibles a variables exteriores, como por ejemplo una pared, árboles o aire húmedo, se requiere una densidad altísima de antenas.
Sabemos muy poco sobre el impacto que producen las ondas milimétricas sobre la salud. Mucho menos si estamos expuestos 24 horas al día, siete días a la semana. Lo que sí se sabe es que son utilizadas por los militares en Estados Unidos como arma de disuasión para dispersar multitudes. Las glándulas sudoríparas actuarían como antenas y pueden generar calentamiento y dolor.
Valores límite
A pesar de las evidencias de los daños sobre la salud, que genera la exposición a los CEM, se dice que no se han traspasado los valores límite, por lo tanto, no puede haber daño por ese motivo. La forma en que se han fijado los valores límites es una en extremo primitiva, que data de 1955 y que prácticamente no ha recibido ninguna modificación hasta hoy. Se puso un molde lleno de agua, representando a un cuerpo humano, se le adosó un medidor de temperatura y se lo expuso a un CEM. Cuando aumentaba en 0,5° Kelvin (o Celsius) se determinaba que esa era la frecuencia de radiación límite. Además, se mantenía durante 6 minutos esa radiación, porque se considera que a los 6 minutos se equilibra la temperatura. Además las pruebas se hicieron con ondas continuas, no moduladas. Se sabe que el 5G usa ondas moduladas (pulsadas), no continuas. Luego se comprobó esto en cadáveres humanos en el instituto de investigación austríaco Seitserdorf.
Es decir, se consideran únicamente los efectos térmicos como dañinos y no los efectos biológicos de las ondas no ionizantes, para determinar los valores límites de seguridad de los CEM. Con esto se trata al ser humano vivo como si fuera parte de un sistema termodinámico muerto.
Además, el físico experto en 5G, Prof. Klaus Buchner, demostró en estudios científicos que se producían malformaciones en animales de granja, cuyas madres habían estado expuestas a la radiación de CEM. Estas malformaciones se produjeron con el 1,6% de los valores de radiación límites de Alemania. Por lo tanto, está claro, que los valores límites actuales, con su criterio de solo considerar los efectos térmicos, no protegen a nadie. En Chile se está tomando como referencia a los valores de la Unión Europea. Aunque se dice que los valores límites de nuestro país son 10 veces menores, aún es un valor tremendamente alto, según los estudios disponibles.
Efectos de los campos electromagnéticos sobre la salud
Todo lo que concierne al 1G, 2G, 3G y 4G aplica al 5G. Expertos internacionales han publicado trabajos tipo Peer Review, que resumen las evidencias científicas de que la radiación de radiofrecuencia, y consideran que debería ser clasificada como un carcinógeno humano conocido (como el cigarrillo y el asbesto).
El NTP (National Toxicology Program) de USA llevó a cabo un estudio en que sometió durante dos años a ratas a radiaciones 2G y 3G y se demostró claramente el riesgo de producir cáncer al corazón (schwanomas malignos). Sobre la base de este estudio, la OMS categorizó a la radiofrecuencia como carcinógeno 2B en 2011. Advierte, a través del IARC (Academia internacional de investigación para cáncer) que la radiofrecuencia puede generar tumores cerebrales (gliomas malignos) y neurinomas acústicos en seres humanos.
Además se ha identificado a personas con electrohipersensibilidad, que presentan signos que son inespecíficos, como cefalea, dolor, fatiga, rash, pérdida de la memoria y mareos y por eso los médicos se han negado aún a clasificarlo como una entidad patológica per se. Pero estas personas disminuyen claramente los síntomas cuando se alejan de una fuente emisora de radiofrecuencia y estos reaparecen al acercase a ella.
Acá sirve la idea puesta en un trabajo científico que busca probar que el paracaídas puede prevenir de riesgos de un paracaidista sin paracaídas, que se lanza al vacío desde un avión a gran altura. Si ya está demostrado que el 2G, 3G, 4G son nocivos para la salud y se sabe que el 5G usa ondas de mayor penetración biológica, como a las ondas milimétricas, que es 100 a 200 veces más potente, entonces, ¿por qué se quiere experimentar esta tecnología, si se sabe a ciencia cierta que va a dañar la salud de los seres humanos y del medio ambiente?
¿Estamos dispuestos a asumir los costos humanos que implica la instalación del 5G?
Tanto Ginebra como Bruselas estaban escogidas para ser ciudades modelos de 5G y las dos se negaron a la instalación de esta tecnología. La ministra de salud de Bélgica dijo: “Los habitantes de Bruselas no son ratas de laboratorio cuya salud yo esté dispuesta a vender por ganancias. Ahí no hay ninguna duda”, porque sería subir el valor de la radiación permitida para instalar el 5G.
¿Qué es ser modernos de verdad?
Chile se ha propuesto ser el primer país con 5G en Sudamérica. ¿Queremos imitar a ciertos países por su cultura desechable, chatarra, a cambio de comodidad? ¿Por qué no querer ser los primeros en cultura, en consciencia, en responsabilidad del cuidado de la salud de las personas y del medio ambiente? ¿Por qué no imitar a Ginebra y a Bruselas? ¿Cómo podemos permitir que se instale el 5G sin tener pruebas de su seguridad?
- El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
No hay comentarios:
Publicar un comentario