40 horas: pacto social necesario y contingente
por Rodrigo Bon 26 noviembre, 2022
El proyecto de ley que reduce la jornada laboral de 45 a 40 horas semanales se votó en el Congreso, y desde PROPYME y otras organizaciones gremiales del sector observamos positivamente, considerando los beneficios que conlleva para el contexto país; pero que sin embargo presenta ciertos bemoles entre las mismas empresas de menor tamaño.
Si bien para las Mipymes el 2022 ha sido un año especialmente duro, dado los niveles de inflación, delincuencia, alza del salario mínimo, una reforma tributaria en trámite y una situación económica país e internacional de importante inestabilidad, entendemos que el proyecto de ley que disminuye las horas laborales es un tema socialmente pendiente para el escenario nacional de cara a mejorar la convivencia entre las empresas, sus equipos de labores y la sociedad en general. En el mismo contexto, en años anteriores se escucharon frases como “no es bueno hacer cambios ahora, porque estamos bien” o “no es bueno hacer cambios ahora, porque las cosas andan mal”, entonces nace la interrogante del ¿cuándo es el momento indicado para realizar cambios?
Como preámbulo al tema es bueno resaltar lo que significa el empleo. Tal como señala nuestro Código de Trabajo “es una convención por la cual el empleador y el trabajador se obligan recíprocamente, éste a prestar servicios personales bajo dependencia y subordinación del primero y aquél a pagar por estos servicios una remuneración determinada”.
Lo anterior es de relevancia precisar, ya que en ocasiones escuchamos que “el trabajo se da”, como si fuera un regalo o un favor; y lo cierto es que hablamos de un pacto social que aporta a ambas partes, ya que sin empresas no hay trabajadores (as) y sin trabajadores (as) no sería posible hacer empresas.
Dentro de este concepto se inscribe la reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales, la cual se basa en experiencias internacionales que demuestran que con mejor calidad de vida de trabajadores y trabajadoras se avanza en la productividad de las empresas. Es decir, todas y todos ganan.
Desde nuestra organización aportamos siendo parte activa de la discusión del proyecto de ley ante el Ejecutivo, el Parlamento y las distintas mesas de trabajo que propiciaron el debate de la iniciativa de gobierno, la cual si se implementa tendrá una gradualidad de 5 años, además de considerar un acompañamiento para las Mipes durante este proceso. Me es importante destacar que nuestro aporte a la conversación siempre fue expuesto con una mirada levantada desde nuestras empresas adherentes, lo cual también nos hace posible hacer presente a la autoridad, que elementos tales como: el considerar la cultura laboral en regiones, sus diversos rubros productivos, gradualidad y adaptabilidad; deben ser analizados con mucha cautela para proteger el empleo formal, la productividad de las empresas y que -en el fondo- el nuevo contexto laboral no se transforme en un búmeran que atente con los objetivos que se persiguen en el proyecto 40 horas.
- El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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