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viernes, 21 de abril de 2023

OPINIÓN POLÍTICA Navegando en la medida de lo posible

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Jamás pensó Aylwin que aquella mala frase serviría en tantas ocasiones.

De público conocimiento es que quien asumió como presidente de Chile en 1990 fue un golpista, un agente de la CIA encubierto y que junto a su par Sergio Onofre Jarpa ideólogo de RN se dieron la incansable tarea para desestabilizar al gobierno popular. Desde los discursos de Claudio Orrego hasta los dólares que salían corriendo desde la Embajada de los Estados Unidos hacia los bolsillos de parlamentarios, revistas, diarios, radio de los opositores al gobierno de Salvador Allende.

Sucede de vez en cuando alguna autoridad cuando pierde el rumbo, se sale a la búsqueda de razones y argumentos entonces todo lo complejo se diluye en el once mandamiento escrito desde de 1990.

Ni el mejor mago hubiera pronosticado al PPD al mando del ministerio del Interior, al PS en Segpres y en sendos altos mandos y pequeñas porciones instaladas en la política nacional. TODAS  con su pasado concertacionista, periodos que hasta la derecha más recalcitrante lo aplaude.

Chile entregado y encantado del modelo neoliberal. Chile abierto al mundo mientras las calles se llenan de baratijas, zapatillas. Para qué preocuparse si la patria está tranquila, hoy tú mañana yo.

Nada más sorprendente que la aparición de voces, propuestas, gritos y rebeldes en las calles intentado hacer todas las zancadillas al modelo No al neoliberalismo, fin al lucro, educación de calidad/gratuita y por supuesto un nuevo sistema de pensiones. Piñera José había fracasado y era el fracaso de la dictadura, el modelo inventado que se caía como porcelana de mala calidad y una inagotable fuente de ingresos para los grupos económicos.

Hacer notar como lo dijera el actual senador del PS José Miguel Inzulza, los carabineros y los militares se mandaban solos. No había absolutamente ningún control sobre ellos. Los billetes eran sencillos duendecitos que salían de las cajas para entrar a las cuentas personales de la alta oficialidad.

Varios ex comandantes en jefe procesados y encarcelados por robo, boletas falsas, cohecho y una vida fastuosa. Mala foto, personajes a los que hay entregarles el saludo desde la gorra. Y cuando se les pregunta a las autoridades por aquella desatada conducta de lumpen se escucha decir que las cosas en este sector se hacen en la medida de lo posible. Todo sigue igual.

No es verdad aquella historia que los militares obedecen al poder civil. Ellos son deliberantes y políticos serios, todos los altos mandos han sido candidatos a senadores y diputados por la UDI/RN/Republicanos. Se deja constancia que Rosauro Martínez fue diputado de RN y hoy está procesado por el asesinato de 11 militantes del MIR en el sur.

Y la derecha se agarró del cuento que ellos mismos intentaron e instalaron con la ayuda del parlamento y el duopolio, Chile al borde de desaparecer sobre la corrupción, delincuencia, migración y seguridad. El gobierno reaccionó tarde y de rodillas intenta recobrar instalar iniciativas desde La Moneda. Este gobierno es el que más aporte a entregado a la seguridad y carabineros. Piñera fue un coñete, habló de seguridad pero no aportó nada.

Carabineros es una institución deliberante, basta leer la opiniones de su director general cuando pide al parlamento que redacte leyes y quien guarda silencio cuando en su personal hay borrachos, asesinos, actores de violencia intrafamiliar, financistas de narcos y violadores. Se dice que son los guardadores de la paz ciudadana y defensores de la democracia. Esto habría que ponerlo en duda.

La solución que por algún motivo no se ha escuchado es que sean civiles los que estén en el mando de esta institución sencillamente para apagar el rumor que de piedra en piedra va saltando: Esos son los del gatillo fácil se escucha decir en las calles.

Censurar a una periodista es un grave atentado a la libertad de prensa e información. No es una falta de respeto o un enoja a esas horas de la mañana, es sencillamente la conducta que ellos aplican para ejercer la obediencia en el mando, pero sucede que la periodista era una profesional civil.

Recuerden cuando por bando presidencial de la dictadura las revistas y diarios NO podían colocar fotografías. Censura así se llama y la respuesta del gobierno débil, no estuvo a la altura del cuidado de nuestros derechos fundamentales. En la medida de lo posible se hacen las cosas.

Y la seguridad redactada en caliente, varias leyes en unos cuantos días en oscura negociaciones. Varios meses con una cantinela que ya la derecha estrujó hasta el cansancio. Un populismo desbordado y lo pero en manos de parlamentarios.

Estamos salvados de la seguridad se hace cargo el parlamento. Ellos serán los encargados de terminar con la fiesta, de cortar la música y cerrar la puerta corredera. Una caja llena de leyes dará por superado y dará paz a las angustiadas almas inseguras.

Nadie niega que hay una delincuencia desatada pero y qué hicieron los anteriores gobiernos para detenerla, qué leyes redactaron, cuáles fueron las señales para entender lo que llegaría impostergablemente. NADA, algunas cosas en la medida de lo posible.

Lamentable el cuadro a casi un año y medio de gobierno. Gabriel pidiendo una tregua donde nunca ha existido una batalla, todo lo contrario. En este periodo justamente es cuando la derecha ha mostrado su verdadera postura, agresiva, clasista, criminal y negacionistas. Es a ella a la que hay que vencer pero las señales enviadas desde el gobierno son muy débiles, confusas y con voceros poco creíbles para los nuevos que esperan respuestas por tantos años pateadas para que lleguen mejores tiempos, y algunos puntos más en el parlamento. Una vez más aparece en la medida de lo posible.

Se perdió el programa que llevó a la presidencia a Gabriel, la consulta es si fue bajado  o sencillamente la derecha instaló lo que le era para sus intereses y trabó todo. Lo malo en todo esto que hay millones nuevamente esperando, postergados.

A la derecha hay que golpearla donde más le duele, sus AFP, entonces avancemos hacia un nuevo sistema de pensiones pero de manera algo más rápido. Dejar caer a las ISAPRES, sencillamente preocuparse de los que han sido las víctimas de sus engaños desenmascarados por la Corte Suprema.

Los tiempos pasan muy rápido. Posiblemente ya sea tarde para volver a tomar la iniciativa desde el programa pero hay que intentarlo.

No es aceptable que una ministra manifieste que no es bueno un país enemistado y a los partidos de igual forma. La ministra Vallejos olvida que aquella diferencia se llama lucha de clases, no relaciones laborales mal entendidas.

 

Por Pablo Varas

 

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