comunicaciones cgt
Los trabajadores, con
cada cosa que logran ver en los diversos medios de comunicación, cada
vez tienen más claro que la justicia de nuestro país es clasista.
Clasista,
porque no hay igual sanción ante igual delito, porque al pobre lo
discriminan, lo exponen, lo exhiben como trofeo de caza, mientras que el
que tiene recursos, es mencionado cuando el delito es muy notorio,
aunque luego se olvidan de él y termina siempre recibiendo garantías y
beneficios que al limitado en ingresos le son vedados.
Y
si eso no es cierto ¿como entender las razones del juez que condenó al
hijo del ex senador de derecha Carlos Larrain, a 540 días de pena
remitida y la suspensión de su licencia de conducir por 2 años, luego de
haber matado a un hombre que tuvo la desgracia de cruzarse en el camino
del jeep que el criminal manejaba ebrio?.
¿O
el caso de otro hijito de papa de apellido Montero que mató con su
camioneta a un joven a la vera del camino?. Seguramente recibirá una
pena similar a Larraín.
En
un caso similar, un borracho apellidado Pinochet que mató a una
muchacha en Santiago, está preso y continuará en la cárcel mientras
continua la investigación.
¿Cual es la razón para que la justicia actúe diametralmente distinto ante hechos
similares?
Es
claro que la razón no es el hecho en si, pues habrían estado todos
presos durante lo que durase la investigación. Ha corrido plata, de eso
hay testimonios irrefutables.
Los
criminales en su mayoría abandonaron la escena del crimen y luego se
presentaron ante la justicia (cuando se les pasó la borrachera), los
medios de comunicación le dieron color un par de días y luego pasaron a
otras cosas: Los ciudadanos van olvidando y se sigue corriendo el riesgo
de quedar bajo las ruedas de un vehiculo, sin la certeza de que el
culpable pagará, como debieran pagar cada uno de los que quita la vida a
otro, cualesquiera sean las razones para ello.
Los
criminales que asolaron el país durante 17 años, reciben penas
irrisorias, disponen de cárceles de lujo y hasta hoy día no son pocos
los que les rinden tributo porque salvaron al país de la hecatombe.
Lo
concreto y claro, mas allá de muchos elementos que se escapan de un
análisis como este, es que todo eso y mucho mas es posible porque existe
una justicia clasista, que tiene como primer objetivo posibilitar los
caminos para que los criminales con cuello y corbata puedan hacer y
deshacer sin que se les castigue como corresponde por ello.
Para
eso cuentan con expertos que han hecho de la interpretación de la ley
una razón de vida. No importa si estafó, robó, mató o engañó a miles.
Hay salidas para todo y solo deben contar con recursos económicos para
una buena defensa.
En
lo laboral los patrones pueden hacer lo que quieran y lo hacen. Privan
de derechos mínimos a sus trabajadores, pagan los sueldos cuando
quieren, se roban las platas de las imposiciones, no cumplen con las
normas de higiene y seguridad. Que importa, hay amigos, un sistema de
fiscalización y sanción lento y malo.
Si
a este peligroso coctel le agrega el temor de los asalariados por
reclamar sus derechos, las amenazas y castigos a las que son sometidos
los que reclaman, la imposibilidad incluso de negociar en forma real por
la carencia de elementos tan básicos como los papeles contables de las
empresas, tendrá como resultado un pueblo que no reacciona y soporta
estoico lo que se le viene encima.
Razón
tiene este señor Zaldivar y otros de su calaña. Las cosas se cocinan
entre pocos, entre los que de verdad cortan, esos que están ubicados
socialmente en la clase que manda, esos que o tienen recursos
suficientes o se entregaron a los dueños de los recursos.
La
justicia es clasista, la sociedad es clasista, y solo la explosión
popular que de tanto en tanto se expresa ante cosas concretas asusta a
los amos, pero apenas el tiempo suficiente para que sus protectores
actúen. Luego todo seguirá su curso normal.
Es sobre esta enorme
desproporcionalidad que hay que educar a los trabajadores y al pueblo,
mostrándole el verdadero camino. Y esa es una tarea que no puede seguir
relativizándose, sino seguiremos teniendo figurines que aparecen de vez
en cuando hablando de los derechos del pueblo, encabezando algunas
jornadas de protesta con nuestras banderas, hasta que se pasen al lado
oscuro, a ese sistema que dispone de suficientes recursos para comprar
lo que sea necesario.
Por
eso es que destacamos el trabajo de nuestra gente CGT, de compañeras y
compañeros que tienen asumido que la tarea primaria, la más grande, es
educar. No son necesarios discursos bien construidos, lo importante es
hablar con el corazón y con el ejemplo. Es lento, claro que si, pero no
debe preocuparnos eso, solo hay que seguir perseverando, corrigiendo
errores, asumiendo responsabilidades, entendiendo que esto es una pelea
de largo aliento y tenemos que estar muy preparados para ganarla.
Así
lo entendieron en el extremo austral, cuando recién comenzamos la
siembra en 1988. Pese a que nos auguraron corta vida, ahí vamos
avanzando, peleando, perdiendo y ganando, pero seguros de que es lo que
hay que hacer.
Bien
Punta Arenas en este invierno del 2014: Entre frío y nieve,
insuficiente para apagar el calor humano irradiado por cientos de
trabajadores y dirigentes comprometidos con la organización, se
iniciaron las asambleas de base con las que damos comienzo a nuestro XII
Congreso Nacional, que culminará a fines de Abril del 2015.
Y
partió el Congreso junto a negociaciones colectivas, apoyando marchas,
naciendo desde la base sindical las primeras propuestas de candidatos al
directorio nacional, que se unirán a otras para culminar con una
elección universal, un trabajador un voto, establecida desde el 2010 en
nuestro estatuto.
Un abrazo a todos los que hacen CGT por esas tierras y a seguir dándole que aún nos queda mucho por hacer.
Aquí
en Santiago y regiones aledañas tampoco lo hacemos mal pero estamos aún
faltos de fuerzas. Todavía nuestras huelgas no reciben la visita y el
apoyo de todos los que debieran. Aunque no falta, es aun insuficiente y
debemos esforzarnos más.
Todos
tenemos problemas de tiempo, nuestras propias preocupaciones, pero
estar junto a esos que contra viento y marea se ponen de pie para
enfrentar al capital, es de verdad una de las principales obligaciones
de todos los que nos sentimos parte de la clase trabajadora.
Lo
digo de verdad. Menos consignas y mas contacto con los trabajadores de
carne y hueso, con los desheredados, con los parias que siguen ahí
esperando que lleguemos con nuestra palabra y nuestra acción.
Es
esta convicción la que nos hará grandes. Podrá demorar, ser lento el
crecimiento, pero cada acción en la dirección correcta nos irá
preparando para el momento en que enfrentemos a nuestro adversario
histórico y lo podamos vencer.
MANUEL AHUMADA LILLO
Presidente C.G.T. CHILE
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