Quiero partir sin ambigüedades, el Neoliberalismo es incompatible con la idea de una Democracia plena y este debate es esencial para separar aguas a la hora de pensar los roles y fines del Estado en esta nueva constitución para Chile.
La instalación del neoliberalismo por medio de la Constitución de 1980 (y consagrado por medio de la del 2005) asignó al Estado un papel subsidiario en la economía y de simple regulador en áreas tan importantes como la seguridad social, la salud y la educación, la vivienda, nuestros recursos naturales, etc. Cada uno de estos ejes elementales siguen en disputa desde que el pueblo estalló en la revuelta de octubre y dio paso a la apertura constituyente que hoy estamos viviendo. Sin embargo, parece que la ex Concertación agrupada en la “Lista del Apruebo” aún no le toma el peso al hecho de que las demandas del pueblo movilizado se engloban bajo una crítica rotunda al modelo económico neoliberal.
Aún hoy, cuando todas las fuerzas políticas, incluida la derecha, están haciendo gala de un gatopardismo notable –basta recordar al socialdemócrata Lavín-, en el programa de la ex Concertación para la Constituyente llamado “Bases y fundamentos de una propuesta constitucional progresista” no se proponen la superación del modelo neoliberal sino a “adoptar varias medidas que podrían hacer que ese modelo económico y social sea menos extremo”. Con esto, confirman mantener su política de reformar para mantener el modelo instalado en dictadura, en vez de promover las transformaciones estructurales que nos saquen del atolladero de crisis social, política y económica en que nos encontramos.
El pueblo pobre y precarizado, como también el sector consciente del origen de la desigualdad en nuestro país, deben apostar por candidatos y candidatas que no tengan un doble discurso al momento de responder frente a qué modelo de economía y desarrollo queremos. Debemos apostar a un nuevo modelo de desarrollo que termine con la subsidiaridad y que genere los mecanismos para garantizar derechos sociales, económicos y políticos que han sido negados a nuestro pueblo. Esto junto con resguardar un medioambiente protegido, donde seamos soberanos para escoger y de cómo administrar los bienes comunes de nuestra patria.
La invitación es a fortalecer la unidad anti-neoliberal para la construcción de un Chile verdaderamente democrático, paritario, plurinacional, multicultural e inclusivo. Con ese objetivo estamos trabajando quienes, bajo el pacto y la lista Apruebo Dignidad, vivimos y sentimos una coalición de izquierda que confía en la clase trabajadora como sostén para construir dignidad y soberanía, desplegándose a lo largo y ancho de nuestro territorio llevando adelante el pliego popular.
23 Enero, 2021
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