Por: El Desconcierto | Publicado: 29.01.2021
Coronavirus en Chile, imagen referencial | Agencia UnoConsiderando que durante la primera ola a nivel local, el peak de contagios se produjo en invierno, y dada la evolución de la pandemia, «el actual contexto hace pensar que, durante los meses fríos de este año, el número de contagios fácilmente cuadruplicará la cifra de julio 2020», destaca un estudio liderado por el gremio trabajado en base a distintas variables que intervienen en una crisis sanitaria de larga data en nuestro país.
Este viernes el Subdepartamento de Investigación de la Federación Nacional de Asociaciones de Enfermeras y Enfermeros de Chile (FENASENF), entidad liderada por los directores nacionales María Toro y Mateo Galleguillos, oficializó su trabajo “Chile en Pandemia: Análisis para enfrentar una posible catástrofe en el otoño- invierno 2021″.
El trabajo aterriza la crisis sanitaria que afecta al país a causa del coronavirus desde marzo del 2020, alertando respecto de que «Chile se expone a una catástrofe sanitaria de proporciones con un colapso del sistema sanitario inédito, considerando que el comportamiento que nuestro país ha tenido, se asemeja a lo vivido por países europeos, que han aumentado entre cuatro a seis veces las cifras de contagios en la llamada segunda ola o rebrote. Si no se cambia la estrategia, tendremos una catástrofe sanitaria con 40.000 contagiados en unos meses más”, dice Toro intentando llamar la atención de las autoridades a cargo del complejo escenario en el que nos encontramos.
Los resultados del trabajo responden a un análisis exhaustivo de información nacional e internacional disponible que ponderó variables diversas, como es el caso de número de casos nuevos, tasas de mortalidad, valor del Re, las características de la segunda olas en Europa, manejo de las autoridades y los procesos de vacunación.
Contagios y alta letalidad COVID-19
En este sentido, uno de los primeros aspectos que releva el estudio es la diferencia de los países europeos, que han presentado un rebrote de la enfermedad tras descender a tasas de contagios mínimos, lo que no es precisamente nuestro caso. «En Chile nunca hemos logrado disminuir la incidencia por debajo de los 1.500 contagios diarios (promedio). A eso se suma que tenemos una letalidad comparativamente más alta, lo que nos deja en una situación muy vulnerable en esta segunda ola», destacan el documento con las conclusiones del trabajo.
Paralelamente y en base a la contingencia más cercana, el análisis apunta a la situación de las últimas tres semanas, donde se constata «un aumento sostenido de los contagios, con sincronía en todas las regiones, lo cual nos acerca rápidamente a las cifras que observamos en junio-julio de 2020».
Considerando que durante la primera ola a nivel local, el peak de contagios se produjo en invierno, y dada la evolución de la pandemia, «el actual contexto hace pensar que, durante los meses fríos de este año, el número de contagios fácilmente cuadruplicará la cifra de julio 2020, pudiendo alcanzar a los 40.000 casos positivos diarios», destaca el estudio que toma como referencia lo que actualmente sucede en el hemisferio norte, con un rebrote de la pandemia de mayor magnitud que la primera ola.
Inoculación demandará casi íntegramente el año en curso
De esta manera y en virtud de estos antecedentes, se corrobora «que nuestro país podría enfrentar un escenario similar o peor», asegura el documento enviado a nuestra redacción en el que se releva el hecho de que pese a que estamos en verano, «estación que mitigaría la expansión del virus, eso no ha ocurrido».
Por otra parte, el trabajo ahondó en el ítem vacunación, llamando la atención respecto de que esta no implica un proceso instantáneo. «Probablemente, necesitará de todo el 2021 para aspirar a una inmunidad de rebaño», concluyen en línea con diversos sectores sociales, llamando la atención en relación a que la inoculación debe alcanzar a un gran porcentaje de la población para lograr los efectos inmunitarios deseados.
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Otra de las variables que tomó en cuenta el análisis es la significativa merma de los equipos humanos que se encuentran ad portas de completar un año afectos a una inédita situación laboral, con las consecuencias propias que esta adversidad representa para ellos. Tanto así que actualmente, asegura el documento con las conclusiones del estudio, «hay menos personal de la salud disponible (cerca de un 25%), ya sea por licencias médicas, agotamiento o vacaciones aplazadas».
Y el existente, ya significativamente mermado, «no tiene la misma energía física y mental que tuvo en los meses anteriores», detallan. «El desgaste de los equipos de salud es dramático. A ello se suma que la red privada está presentando inconvenientes en la prestación de camas críticas, ya que algunas entidades, han acusado incumplimiento del Estado en los pagos correspondientes a ello. El Ministerio de Salud ha instruido a los hospitales a aumentar la capacidad de camas críticas para evitar el colapso, lo cual no resulta ser una medida eficaz, ya que agrega estrés a estos servicios, ya sobrecargados», releva a continuación el documento con los resultados del estudio.
«Cifras alentadoras» tropiezan con la adversa realidad
FENASENF destaca luego que las autoridades mantienen una estrategia reactiva que pone el foco en atención de los enfermos, no así en una estrategia de prevención de los contagios. «En este plan, las cuarentenas dinámicas, parecieran ser la medida más eficaz considerada por el gobierno, lo cual ha quedado demostrado que no es así», asegura la entidad.
En otro ámbito de la crisis sanitaria, abordan el tema de los mensajes emanados desde la autoridad. «Hablar de ‘cifras alentadoras’, como lo hizo el Ministro de Salud el lunes 18 de enero, ante una leve mejoría en los contagios, es altamente preocupante. Las autoridades, y probablemente también la población, han naturalizado la muerte por COVID y solo se refieren a cifras, olvidando que cada una de ellas significa una persona y miles de familias destrozadas», cuestionan.
Control de las fronteras y trazabilidad real, una urgente demanda
Considerando las diversas variables analizadas, desde la federación relevan la necesidad perentoria de algunas medidas como un control real de las fronteras, con test de PCR antes y después de la llegada al país, además de cuarentena posterior obligatoria, mantención de la tasa de testeo, que se retome el control de la trazabilidad y que se materialice un aislamiento efectivo de los contagiados y su correspondiente seguimiento de ellos y sus contactos.
Adicionalmente, FENASENF propone una serie de nuevas medidas que se desprenden del análisis de las acciones implementadas en otros países, como la materialización del trabajo en los territorios, donde cada comuna lidere una labor colaborativa y vinculante.
Otra de las propuestas es que el Estado/Municipalidad/Comunidad Civil organizada, identifique a las personas contagiadas para aislarlas, lo que demanda un testeo eficazmente activo. «Se debe identificar a los contactos estrechos y probables, a los cuales se debe hacer seguimiento. Para ello, las municipalidades deben ejercer un rol principal y el alcalde contar con recursos y atribuciones especiales. La comunidad debe sentirse partícipe de este proceso. El objetivo de estas acciones apunta a la eliminación del virus en la comuna o bloques de comunas», postulan desde el colectivo profesional.
«La autoridad sanitaria debe comprometerse a resguardar el territorio a través de cierres perimetrales, una vez recuperado el control de la trazabilidad y el aislamiento de contagiados y sus contactos», agrega el estudio.
Cerrar las comunas, otra alternativa para paliar la crisis
También en el ámbito del aislamiento, se propone un cierre de los perímetros comunales, esto es que ninguna persona entre o salga de la comuna sin una autorización respectiva. «Para ello, se deben identificar los puntos de salida y entrada» de ella y establecer en estos lugares puestos de control a cargo de Carabineros y Fuerzas Armadas, con efectivos que dispongan de una base de datos nacional de contagiados y sus contactos. Una vez que identifiquen a través de su RUT, «no podrán ser autorizados para entrar a la comuna».
«Si la comuna ha logrado hacer la trazabilidad y aislamiento de las personas contagiadas, así como un efectivo cierre perimetral, puede mantener su funcionamiento sin la necesidad de cerrar el comercio, manteniendo las medidas de uso correcto de mascarillas, lavado de manos /uso de alcohol gel y distanciamiento físico», proponen.
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Por último, apuntan a la relación entre comunas libres de virus, asegurando al respecto que una vez asumido el control de la enfermedad por la comuna esta podrá interactuar con otra que haya logrado el mismo resultado. «Así se ampliará el cierre perimetral al conjunto de estas comunas y, progresivamente, se podrá lograr el control del virus en toda la región, permitiendo que el cierre perimetral sólo abarque a la región», plantean.
Una excepción a la propuesta se establece al momento de especificar que el modelo de cierre perimetral «no es recomendable para ciudades densamente pobladas, constituidas por muchas comunas, por lo que la sugerencia se orienta a considerar bloques pequeños, de dos o más comunas colindantes, cuya geografía permita tratarlas como un bloque y sobre el cual se instalará el cierre perimetral», aclaran.
«En el caso de las grandes ciudades, deben considerarse todas las comunas como un gran bloque, al que también se le aplicará un gran cierre perimetral una vez alcanzadas las condiciones para ello», agrega el colectivo de profesionales de la salud.
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