Sabado 30 de enero 2021.
A mi gente de Tarapacá; de Iquique, Alto Hospicio, Pozo Almonte, Pica, Huara, Camiña y Colchane. A las funcionarias y funcionarios de la Cámara de Diputados. A las diputadas y diputados de la República. Hoy realizo antes ustedes mi último discurso desde este lugar y me despido con la plena confianza de que esta institución, así tal cual es hoy, dejará de existir prontamente. Tengo la más absoluta certeza que el Chile que viene sustituirá esta instancia parlamentaria por una Asamblea Legislativa, verdaderamente democrática, unicameral, rica en diversidad, profundamente pluralista, multicultural, plurinacional y con plena paridad de hombres y mujeres. Dejo atrás estos rincones palaciegos en los que se fraguó por mucho tiempo la componenda, el maquillaje y los portonazos a los pueblos de Chile. Pasillos en los que por años transitó CORPESCA, CAMANCHACA, SQM, la CPC, la Sociedad Nacional de Agricultura, las grandes corporaciones transnacionales extractivistas y los grandes grupos económicos nacionales soplando en la oreja y en otros casos, más graves, escribían de su puño y letra, la ley y los tratados de libre comercio. Por suerte o devenir histórico, aquello cambió o al menos se minimizó. Fueron tantos los escándalos, las colusiones y los contubernios, que estos terminaron por desmoronarse y en algunos casos lograron salir a la luz. Junto a mi equipo parlamentario fuimos los primeros en denunciar estos casos de corrupción y de arreglines entre en el poder económico y algunos representantes del poder legislativo. Al mismo tiempo, en materia de derechos humanos avanzamos en legislar sobre temas que llevaban pendientes más de 25 años; como lo fue la tipificación del delito de tortura y otros tantos más en materia de derechos humanos. Iniciamos la lucha contra la ley de pesca por su anulación y que aún está pendiente su votación en esta sala. Antes del acuerdo del 15 de noviembre propuse junto a otros diputados y diputadas la realización de un plebiscito el día 12 de diciembre de 2019 para que el pueblo declarara su voluntad a favor o en contra de una nueva constitución política y de una Asamblea Constituyente para Chile. No proliferó, fue el grito mismo de la calle la que impuso un camino para dar a Chile una nueva constitución. Dejo presentado un proyecto patrocinado por mi bancada y otras bancadas, que establece la reforma del capítulo V de la Constitución con la finalidad de desatar los nudos y romper las cadenas que están en el proceso Convencional, el que en muchos aspectos sigue atado a la añeja lógica de la democracia restringida y la tutela de la Constitución del dictador. Se debe insistir en la institucionalización de la participación democrática de la ciudadanía en el proceso constitucional para hacerlo más constituyente. No basta con solo marcar un voto, el pueblo debe ser quien escriba la Nueva Constitución política. El paradigma de la representación está agotado y parece que tiene graves limitaciones. Así las cosas, la derecha y los maquilladores del neoliberalismo corren con ventaja para la redacción de la próxima Constitución. Lo más ejemplificador es que la nueva Constitución comenzará a regir a expensas de un presidente y un poder legislativo electo este mismo año bajo los principios de la vieja Constitución de la dictadura que pretendemos superar, corriendo el peligro de que borren con el codo lo que el pueblo y los convencionales hayan podido escribir con la mano. Se que en estos años incomodé a varios y varias, y como pueden ver lo seguiré haciendo. Por eso me postulo a Convencional porque quiero estar allí cuando los llamados políticos de la elite comiencen a fraguar su gatopardismo, sus cenas, sus reuniones y sus acuerdos, sus lobbies, para llegar juntos a los 2/3 y dejar mucho de lo viejo y muy poco de lo nuevo. Chile y sus regiones deben prepararse para seguir luchando desde fuera y desde dentro de la Convención Constitucional, por ahora tratar de lograr los 2/3, lo que será difícil, y el día de mañana, conformar una bancada antineoliberal que con 1/3 más uno, pueda frenar la constitución de maquillaje o derechamente, continuar siendo una constitución neoliberal. Allí estarán los y las comunistas, allí estarán los y las ciudadanas cual sea el resultado de la votación para ser de Chile un país más justo, libre y soberano. El 18 de octubre fue el instante en que hubo que estar con lo que llaman la elite política o con el pueblo en las calles. Y como muchas veces durante varios años de mi vida estuve con mi gente y con el pueblo. Esto llevó a que me acusaran de haber incendiado un regimiento, de haber agredido a funcionarios de carabineros y de instar a la desobediencia civil e intentaron sacarme de este parlamento. Hoy me voy por mi propia voluntad. Dejo esta sala para ponerme a disposición de la voluntad de las masas ciudadanas, para seguir incomodando sin duda, para decir las cosas como son. Para continuar en la batalla por un Chile justo, libre y soberano y por una Tarapacá de pie, por una Tarapacá que posea las garantías y derechos necesarios, para ser cada día más grande y más digno el sueño de una vida buena para todos y todas. Es lo que espero por lo demás para todas las regiones de mi país. Muchas gracias, gracias a todas y todos. HUGO GUTIERREZ GALVEZ Valparaíso, 29 de Enero de 2021
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