por Marco Fajardo 23 marzo, 2023
El veterano fotógrafo neerlandés Chas Gerretsen se defendió en medio de una polémica causada por la venta de una famosa imagen suya del dictador Augusto Pinochet, que se vende en forma de postal en el Museo Nacional de la Fotografía de Ámsterdam (Nederlands Fotomuseum), en el marco de una muestra del autor.
"Esta imagen del general Pinochet ha sido usada a nivel mundial para representar el rostro del mal, el fascismo y la opresión. En todo el mundo ha sido usada en manifestaciones para denunciar al dictador chileno y regímenes similares", dijo el autor a El Mostrador.
"Dudo mucho que mucha gente compre esta postal como un souvenir, ni que alguien lo haga para colocar esta postal de Pinochet en la muralla o la puerta del refrigerador, y si lo han hecho, seguramente ha sido para usarlo como tiro al blanco", añadió.
Un grupo de chilenos residentes en Países Bajos se quejó por el hecho y contactó al museo para suspender la venta, sin obtener respuesta. Además destacó que ocurre en un momento especialmente sensible, como es la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado contra el gobierno constitucional del Presidente Salvador Allende.
"Es una foto periodística que tiene el interés del momento. Pero yo conozco el museo de Holanda (Países Bajos), conozco a Chas Gerretsen en persona, sé que pasó por dificultades económicas, pero eso no justifica en absoluto estar vendiendo, frivolizando, la imagen de Pinochet", criticó el veterano fotógrafo Luis Poirot.
"Es como si se vendieran como souvenir fotos de Hitler, de Mussolini o de Franco. Podría ser en algún museo de algún país, pero me parece indigno de ese museo en Holanda (Países Bajos), país tradicionalmente defensor de los derechos humanos. Ahí debe fijar los límites éticos el museo", añadió.
Molestia
La Organización 50 años Chile - Países Bajos difundió en redes sociales un mensaje en que señaló que contactó a las autoridades del museo "para expresarles nuestra molestia y pedirles el término de la venta de las postales con la imagen del dictador Pinochet, pero no hemos recibido una respuesta positiva".
"Entendemos el contexto histórico en que la fotografía fue tomada y valoramos el trabajo de Gerretsen, quien registró un periodo muy oscuro de la historia chilena. También nos parece sumamente importante que sus fotografías sean expuestas para así resguardar la memoria histórica de Chile. Sin embargo, lo que no entendemos es que la foto de Pinochet sea vendida como una postal, como un souvenir más en la tienda de recuerdos del museo", señala la misiva.
"La comercialización de la imagen icónica del dictador, quien fue responsable de asesinar, desaparecer, torturar y exiliar a miles de chilenos durante la dictadura chilena entre 1973 y 1990, como souvenir es un acto violento para todos quienes sufrieron y aún sufren las consecuencias del golpe de Estado (una herida profunda, nunca cicatrizada a nivel nacional). Al mismo tiempo, la obra de Chas Gerretsen se banaliza cuando es sacada del contexto de la exposición, pues no permite al observador reflexionar con detalle sobre lo que esta pieza fotográfica podría aportar. Naturalizar la imagen de un dictador y despojarla de su contexto para que sea comercializado, es grave y cuestionable", acusaron.
Opinión académica
La venta también fue analizada por el artista visual y académico Pablo Chiuminatto.
"Sin duda no me parece recomendable para una tienda de museo. Pero la polémica permite una reflexión en este tiempo de conmemoración que vivimos. Se trata de los límites complejos entre elementos históricos y de memoria junto a aquellos propios de la obra de arte, la autoría y la reelaboración que muchas veces el arte hace de la historia", señaló.
Para Chiuminatto, la fotografía de Gerretsen, en sí misma, representa un momento de la historia mundial y local, y, a su vez, de la historia de la fotografía como parte de las artes visuales.
"El predicamento de que a priori estaría ensalzando la figura de un tirano y, por lo tanto, debiera censurarse, implicaría que no podría existir imagen alguna de ningún fotógrafo o artista donde apareciera no solo la representación de estas figuras históricas, sino tampoco de ninguna en la categoría. Lo mismo ocurriría con las obras de fotógrafos donde aparecen Stalin, Franco o Mussolini, ¿no podrían existir en ningún museo, libro de texto escolar o espacio público, más allá de si forman parte de sus colecciones o en sus tiendas de recuerdos?", analiza.
"Es curioso que cuando se piensa en la memoria, en este sentido, suponga la borradura de sus imágenes más representativas, cuando es ahí donde reside la posibilidad de no olvidar el horror del que fueron capaces, no solo ellos como personas, sino las sociedades que lideraron y que vivieron ese tiempo. Sin duda es paradójico que esta polémica emerja de una tienda de souvenirs, de recuerdos, creo que anuncia en parte lo que viviremos día a día durante este año en que se cumplen 50 años del golpe de Estado: la ambivalencia histórica y la tensión de sus herederos", remató.
Memoria histórica
Para el fotógrafo neerlandés, la mayoría de la gente que vea la imagen recordará qué representaba Pinochet.
"He recibido mensaje de gente bienintencionada, que me pidió no postear imágenes de este período en Twitter, porque no quieren recordar", dice.
Sin embargo, también hay personas "que quieren recordar la dictadura, a Pinochet y todo lo que representaba, para recordarse a sí mismos y a otros que esta parte de la historia de Chile nunca se repetirá".
El fotógrafo también recordó que todo su archivo está en el Nederlands Fotomuseum, y que hace dos años la misma imagen fue seleccionada para ser parte de la "Galería de Honor" de la fotografía neerlandesa, una exhibición permanente de 99 historias visuales, donde es mostrada en su contexto histórico.
"Los compiladores de la Galería de Honor consideraron la cuestión de si debían exhibir la foto de este dictador. Y el museo decidió mostrar la imagen precisamente porque se convirtió en el retrato antidictador a nivel mundial".
"La exhibición de la 'Galería de Honor" está en el museo desde el verano (boreal) de 2021. Tomó casi dos años que alguien protestara. Tras la protesta, el Nederlands Fotomuseum retiró la postal de su tienda", así como los datos sobre cómo se tomó la imagen, el ángulo y otros datos acerca del trabajo fotográfico, añadió.
Finalmente, el fotógrafo dijo no tener injerencia "en qué postales exhibe o vende el museo, ni tengo ganancias financieras a partir de ello".
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