Luis Caroca es un sobreviviente del campo de concentración de Pisagua. Ha sido fundador de los sitios de memoria en Tarapacá y, como militante del Partido Socialista, fue el último hombre de Carlos Lorca en la región.
Luis se acerca a los 70 años y observa con desazón la denegación de justicia en múltiples casos de violaciones a los derechos humanos. Al observar el curso de la justicia ha calculado con desolación que la gran mayoría de las víctimas y familiares no recibirán justicia durante sus vidas. Algunos ministros de la Corte tardarían hasta 270 años en terminar y fallar sus causas.
Esta no es una estimación. Se basa en un cálculo y en una metodología precisa aplicada a un informe publicado por la unidad de derechos humanos de la Corte Suprema sobre el trabajo de los ministros con dedicación exclusiva entre los años 1973- 1990 con el objeto de hacer visible el tiempo que la búsqueda de la justicia y reparación nos está deparando a la fecha de hoy.
El trabajo consiste en definir el tiempo de trabajo que todos los ministros han ocupado para emitir sus fallos y dividirlos por el número de fallos dictados para obtener una media de tiempo por causa que permita multiplicar por el total de causas asignadas y así determinar cuánto tiempo se demoraría en dictar sentencia por todas las causas asignadas a sus personas. Los cálculos son contundentes.
Luis Caroca explica. A unos ministros le faltan 435 causas a una media de tiempo de 6 meses por causa y de acuerdo con su media de 6 meses por causa se demorarán 217.5 años en terminar todas sus causas. Después tenemos a una ministra que ha sido más rápida en su media por causa. Ella tiene 286 causas, a una media de 1,6 mes por causa se demoraría solamente 38,99 años en terminar de resolver todas las causas asignadas. Hay otra ministra de su región con dedicación exclusiva en cinco que años ha resuelto dos causas y tiene asignada 106 causas. Es decir se demoró 30 meses por causa y a ese ritmo se demorara 270 años en terminar todas las causas asignadas a su persona.
El presidente Boric con el libro sobre los prisionaros de Pisagua en sus manos.
“La desesperanza que nos embarga a todos los sobrevivientes tiene que ver con esto, una justicia lenta, pero muy lenta. Nos vamos envejeciendo cada vez más acercándonos al ocaso de nuestras vidas, sin sentir que con cada uno de nosotros, las y los sobrevivientes, se hizo justicia”, escribió la semana pasada en una carta entregada en Iquique al presidente Gabriel Boric.
Por todo lo anteriormente señalado nos permitimos nosotros sobrevivientes de Pisagua, solicitar más ministros con dedicación exclusiva a estas causas, entregar solamente 20 causas por ministro y fijar un plazo máximo de dos años para resolver estas causas.
Militante PS desde hace más de 50 años, es un activo trabajador por la memoria. Durante el viaje del presidente Boric a Inquique le entregó un libro sobre Pisagua y una carta a nombre de la Corporación de expresos de este campo de concentración para la transformación del local de la sexta división de ejército en un museo para la memoria y en un centro que albergue a las organizaciones de derechos humanos de Iquique.
“En este lugar funcionaba el comandante en jefe de Tarapacá. Aquí tenían que presentarse todas las personas que eran convocadas a presentarse a través de bandos militares. Aquí funcionaba la CNI y era también este lugar, un gran centro de tortura, la antesala de la gran maquinaria de la tortura como lo fue el Regimiento Telecomunicaciones”, explica.
PW
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