Las imágenes de canal 13 en la Araucanía

escrito por Ricardo Candia Cares

Fuente:El Clarin.

El Director General de Carabineros debería dar de baja a los subordinados suyos que sin mediar provocación, agraden con golpes de pie y puño, a una persona que entra a preguntar por sus familiares en una comisaría. La razón debiera ser simple y escueta: cobardía. Y si no lo hace, la presidenta debería llamar a retiro al Director. Y si no lo hace, debería irse para su casa. Sin mediar provocación alguna, los valientes componentes de un piquete de las fuerzas especiales de carabineros, se ensañan con un hombre que se apersona en la Comisaría de Ercilla.

No sospechan que un equipo de Canal 13 graba las aberrantes escenas. En off, una voz da órdenes para que sean detenidos. No se aprecia en las imágenes el procedimiento que la ley exige para tomar preso a una persona. No se leen sus derechos, no se les revisa, no se le indica la razón de su detención, ni se le ofrece llamar por teléfono. Tampoco es posible apreciar si el hombre comete algún delito, si arremete contra algún funcionario de Carabineros, o si va armado. Sólo se le golpea de la manera más infame. Se le trata como indio. Y, aún cuando el hombre hubiera cometido algún delito, desorden o falta, nada justifica el trato dado, la agresión brutal y cobarde de la que es objeto. A todas luces, lo que cometen esos carabineros es un delito que debe estar tipificado en algunas de las leyes que los fiscales caza mapuches no conocen. Cuando pasaron el curso de Derechos Humanos, esos jueces faltaron a clases. Será interesante observar la reacción de los ministros relacionados con el orden interno. La cámara de televisión muestra un delito. Tanto Pérez Yoma, como el sheriff Rosende, deberán decir su opinión. Por lo menos que a esos funcionarios se les debe procesar por violar las leyes que por juramento están obligados a cautelar. Los que permanentemente salen defendiendo a las víctimas de la delincuencia, aquí tiene una buen motivo. Un delito flagrante cometido mientas las cámaras de un canal de televisión captura las imágenes. Eso carabineros se despachan con patadas y puñetes al famoso estado de derecho. Esos carabineros comprueben que las acusaciones de montajes hechos para criminalizar a los mapuche son ciertas. Que la versión oficial de la muerte de los muchachos asesinados por la espalda, tiene en estos descendientes de Buffalo Bill, a los principales contradictores. Habrán quedado contentos los latifundistas con esta golpiza cobarde. Habrán enviado pizzas y bebidas al bus institucional como recompensa. La declaración de guerra de la CAM contra el estado chileno, tiene en estas brutales imágenes un extraordinario fundamento y legitimidad. Si la policía es capaz de estos ataques en el centro de un pueblo, cómo será conducta en el campo, en donde es más difícil ser observados. Los mapuche tiene razón en desconocer al estado chileno del cual sólo reciben malos tratos, agresiones, montajes y represión. Las autoridades del gobierno están al garete en la zona mapuche. Preocupados de mantener la pega por otros cuatro años, han dejado en manos de locos con carné la situación del conflicto. Cuando levanten la cabeza será muy tarde. Pronto arderá la tierra al sur del Biobío. Las tensiones están llegando a límites insoportables. Al no tener una política clara, para el gobierno es inevitable mantener y escalar los grados de violencia que viene aplicando. Tomando en cuenta las opiniones de los entendidos del ministerio de defensa, de las Fuerzas armadas, de los servicios de inteligencia, el gobierno ha apostado a que un conflicto en la zona mapuche estará limitado en tiempo y espacio. Sacarán la cuenta de la poca preparación de los cuadros mapuche. Habrán estudiado la genealogía de cada unas de las familias como para hacerse una idea de la capacidad efectiva que tendría un levantamiento indígena. Habrían determinado que no hay mando único, ni profundidad estratégica, ni tienen armas, ni dominio del territorio. Sumando y restando, es suficiente la aplicación de la ley antiterrorista, el despliegue de los fiscales caza mapuche, y con la instalación de una fuerza de tarea policial que patee al que se le cruce. Según los cálculos de los ministerios, es cosa de tiempo para que la zona se pacifique. Lejos, muy lejos de ese teatro de operaciones, en Palacio, entre estadísticas y encuestas, se discuten medidas para subir los bonos del alicaído postulante a suceder a la compañera Bachelet. Se ofrece la palabra.