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sábado, 30 de enero de 2021

Opinión

 

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Paula Narváez, ¿crónica de una victoria no anunciada?

por  30 enero, 2021

Paula Narváez, ¿crónica de una victoria no anunciada?

Interesante la proclamación unánime de Paula Narváez como candidata del Partido Socialista.

Es interesante por la forma en que apareció. Misma razón por la que es injusto que digan que Bachelet la ungió.

Habiendo solo hombre precandidatos, un grupo de mujeres militantes del PS –diciendo nunca más sin nosotras—, desde las bases y no desde la directiva o de un grupo parlamentarios, la propuso el 26 de diciembre. Eligieron hábilmente a una mujer que puede representar la “nueva política” por parte de su partido, y no una que podría haber sido algo así como Isabel Allende.

Le pidieron “asumir su deber militante” y ser precandidata. Ella aceptó y movió en pocos días las piezas del tablero: Insulza y Elizalde se bajaron. Tal vez lo hicieron hábilmente, para dejar a la única que podría tener posibilidades en un escenario caracterizado por la ausencia de candidatos en su coalición, una inexistencia del Frente Amplio, y una derecha incomprensiblemente fuerte, que no paga los platos rotos. Una derecha en la que resucitan militantes históricos y aparecen con fuerza nuevos rostros.

La carta de las militantes reunió más de 500 firmas en 24 horas. Recién dos días después Bachelet la suscribió. Al día siguiente lo hizo Isabel Allende y a la semana más de 2.000 personas la habían suscrito.

Es interesante también porque es una candidata de región, con trayectoria política en regiones, y con un máster en economía y gestión regional –además de uno en estudios latinoamericanos en Georgetown—, en tiempos en que incluso (algunos) en Santiago piden descentralización.

Interesante porque intenta aparecer de entrada con una propuesta de discurso político –que puede ser más o menos acertado— de la “política de lo necesario” para superar “la política de lo posible”. El guiño a la DC y a los derechos sociales pueden andar, y un relato es siempre necesario. Algo así como “los niños primero” de Felipe Kast, que luego se apropió Piñera, quien no tenía ninguno en su candidatura, y que incluso no pudo responder cuál era su "proyecto político" cuando –no casualmente y algo paradójicamente— el propio Kast se lo preguntó.

Además, es psicóloga, una carrera lamentablemente poco habitual dentro de nuestra política, y una profesión más necesaria que nunca, ante una crisis de salud mental nunca inaudita. También suele ir a un templo hindú, ubicándose bastante lejos de las creencias hegemónicas.

¿Quién sabe cómo le irá? Tal vez termine siendo la crónica de una victoria no anunciada. Ya veremos, pero de seguro animará las elecciones.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.

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