A mediados de junio, el gobierno de Boric anunció el cierre de la fundición Ventanas de CODELCO, una medida supuestamente motivada por la salud socioambiental de la población de lo que se ha conocido históricamente como ‘la zona de sacrificio Quintero-Puchuncaví’, pero lo que no se ha dicho al respecto, es que a la base de esta decisión primó un criterio más económico que una real búsqueda de impacto sanitario-ambiental ya que según los estados financieros de CODELCO, la fundición Ventanas anotó sólo pérdidas desde 2009.
Como ya es de conocimiento público, en la zona de Quintero-Puchuncaví se ha establecido con la ayuda activa del Estado de Chile, un parque industrial que concentra 19 empresas de grandes capitales nacionales e internacionales de los rubros de la minería, energía y químicos entre las que se encuentran ENAP, AES GENER, GASMAR, OXIQUIM, Cementos Bio Bio, GNL, entre otras, las cuales han generado millonarias riquezas para sus dueños.
A pesar de las promesas de progreso y beneficios para la comunidad que por más de 60 años hicieran empresarios y políticos desde la instalación de la primera planta en la zona, ha quedado demostrado que este cordón de industrias contaminantes, lejos de traer riqueza a sus habitantes solo ha dejado una huella de pobreza y contaminación, que además ha afectado a las actividades productivas que tradicionalmente se desarrollaban en los rubros de agricultura, pesca y turismo.
Prueba de esto es que Quintero y Puchuncaví son las comunas con los porcentajes de pobreza multidimensional más altos, 23% y 26% respectivamente, en comparación al promedio de la región de Valparaíso (18%). Incluso, el acceso promedio al agua potable es muy desigual, mientras la región promedia una cobertura del 95%, en estas comunas apenas se llega al 70% de accesibilidad.
La presencia de estas empresas ha generado tal daño a la salud ambiental que a nivel del agua y suelo se han detectado metales pesados no sólo en las cercanías del complejo industrial, sino que también en las escuelas de Puchuncaví, en las hortalizas que se producen en la zona o los moluscos que se extraen de la bahía como lo describe un estudio publicado en la revista Cuadernos Médicos Sociales en 2019.
En el caso particular de la contaminación del aire, vale la pena mencionar que los estándares chilenos para material particulado son mucho más bajos que los recomendados por la OMS y que no existe una adecuada red estatal de vigilancia y monitoreo. Aun así se ha declarado a la zona saturada en múltiples oportunidades, así como con niveles de compuestos orgánicos volátiles, arsénico y peaks de SO2 considerados dañinos para la salud humana.
Toda está falta de control y contaminación acumulada ha generado daño a la salud humana con aumento de la prevalencia de cáncer en la población adulta, trastornos cognitivos en la población infantil y diferentes episodios de intoxicaciones masivas que han afectado a toda la población, en los cuales se suspenden las clases cada vez que los tóxicos rebasan las ya altas emisiones pero las empresas no dejan de funcionar.
Mucho se ha recalcado que el cierre de la fundición de Ventanas reducirá en un 62% las emisiones de SO2, sin embargo, como hemos planteado, este no es el único elemento tóxico detectado en el aire y en muchos de los episodios de intoxicaciones han sido otras empresas privadas las sospechosas de ser responsables, pero los intereses de estas nunca se tocan y se sobreponen siempre a la salud del pueblo de Quintero-Puchuncaví.
Respecto al balance y proyecciones económicas de CODELCO, desde hace años se cuestionaba la viabilidad de invertir en tecnologías para mejorar la fundición de Ventanas y su anuncio de cierre por Piñera ya era una posibilidad para la COP25 en el 2019, ¿se hubiera tomado una decisión diferente si la fundición estuviera generando números azules?
Es más, la necesidad de invertir en una nueva fundición para agregar valor al cobre extraído en Chile ha sido reafirmada por parte del directorio de CODELCO y del subsecretario de minería del gobierno, la cual se busca que tenga “credenciales verdes” para su mayor rentabilidad y no se descarta que pueda operar con la habitual alianza con privados.
Es por ello que desde Profesionales ConVocación creemos que esta medida no es más que un “eco blanqueamiento” efectista, ya que pretende impresionar de manera engañosa sobre su motivación ambiental cuando los beneficios económicos y políticos para CODELCO y el gobierno son los que realmente han inclinado la balanza.
Lejos de sumarnos al concierto de aplausos creemos que es necesario ser críticos y denunciar esta medida de lavado de imagen ambiental, que de ninguna forma resolverá la profunda degradación de la salud socioambiental y la pobreza que se ha acumulado por años en la zona de Quintero-Puchuncaví. Para ello se requieren profundas transformaciones al modelo de desarrollo económico y un plan integral de recuperación de la salud del territorio y sus habitantes.
Por Profesionales Con Vocación
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