La dictadora boliviana no pudo escapar de la justicia: ha tenido que enfrentar dos juicios en los Tribunales, el golpe de Estado 1, por el cual se le acusa de crímenes y robos durante su gobierno, y el golpe de Estado 2, en que se le acusó por la forma en que se apropió del poder; en el caso del golpe de Estado 1, se requiere que dos tercios de los miembros del Congreso, (hasta ahora los parlamentarios del Partido MAS, de Evo Morales), número de congresales que aún no cuenta el Partido MAS; en el golpe de Estado 2, se le juzga por la forma de usurpación del poder en esa nación.
La ex dictadora Añez, (muy cobarde por cierto), niega haber cometido los delitos del libelo acusatorio, y su defensa ha pedido aplazar el juicio, pretextando graves enfermedades de su defendida, (también su hija sostiene que su madre no podrá resistir el juicio).
Áñez es responsable de 37 muertos, 800 heridos y 1.500 detenidos ilegalmente, y de haber dado la orden para la ejecución de la masacre desatada en Sankata, en el Alto La Paz. Los militares obligaron a renunciar al Presidente constitucional, Evo Morales, hecho que precipitó también la dimisión del Vicepresidente García Linera , como también los presidentes del Senado y de la Cámara, a quienes correspondía, en ese orden, la sucesión en el poder. El ex General en Jefe del Ejército, William Calibán, hasta ahora ha escapado del brazo de la justicia. Jeannine Áñez, senadora por el Departamento de Pando, era la tercera vicepresidenta del senado, y en una sesión en que se impidió la entrada de los mayoritarios senadores del Partido MAS juró como presidenta del país, con biblia en mano e invocando el poder de Dios. Ya en el mando de la nación desató su furia racista contra la mayoría de los ciudadanos de pueblos originarios que, en manifestaciones, rechazaban el poder de facto.
Los ex Presidentes de Bolivia Carlos Mesa y Tuto Quiroga, han escapado de la justicia, como responsables del golpe de Estado contra el gobierno legítimo de Evo Morales; en el caso de Tuto Quiroga, se le acusa de ser responsable de dar la orden para impedir la salida de Morales y, posteriormente, autorizar la entrada de un avión mexicano, a fin de conducirlo a la capital de este país, en calidad de refugiado; el Secretario General de la OEA, el uruguayo Luis Almagro, que tejió la trama al sumarse a la acusación de fraude en las elecciones presidenciales en que Morales era el ganador en primera vuelta elecciones; (hoy, el delincuente Almagro tuvo que soportar la condena de los ciudadanos honestos de América Latina, en Los Ángeles, con motivo de la reciente Cumbre de las Américas, cuya ceremonia de clausura tuvo lugar el 10 de junio último).
El Presidente de Argentina, Alberto Fernández, con mucha lógica ha criticado rotundamente a la OEA, al considerar esta Institución como seguidora de su único patrón, Estados Unidos, por consiguiente él y otros de los Presidentes, participantes de la Cumbre, proponían reformas de base a esta Institución.
Los sectores de derecha de Bolivia, principalmente ubicados en el Departamento de Santa Cruz, se han manifestado a favor de Áñez, acusando al gobierno, y a la justicia en particular de desatar una persecución en contra de Áñez – según ellos – la única legítima Presidenta interina de Bolivia.
La condenación de Jeannine Áñez a 10 años de prisión es una pena relativamente baja dados crímenes y robos perpetrados durante su mandato, en que con base en la fuerza represiva pudo involucrarse en el robo el dinero destinado a la compra de vacunas, durante la pandemia del Covid-19. En el caso Áñez, el fiscal había pedido 30 años, posteriormente rebajados a sólo 10 años.
La condena de la ex Presidenta de facto es un ejemplo para un Continente donde predomina la impunidad, especialmente para los dictadores que, o bien huyen de la justicia, o mueren en su cama.
Rafael Luis Gumucio Rivas, (El Viejo)
11/06/2022
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