Por: Sebastián Reyes | Publicado: 29.06.2022
El secretario general del PS está preocupado por la tensión que provoca el Plebiscito en la centro izquierda. En conversación con El Desconcierto, Camilo Escalona habla sobre la pugna interna que atraviesa a la DC y reflexiona sobre el silencio de Ricardo Lagos. «Su opinión tiene trascendencia y espero que esté por el Apruebo», dice.
— Usted ya se ha mostrado arrepentido varias veces por haber dicho que llamar a una Asamblea Constituyente era «fumar opio»…
— Pero no una nueva Constitución, ¿eh?— se apresura a aclarar Camilo Escalona, quien tras una década fuera de cargos administrativos resultó electo hace dos semanas como nuevo secretario general del Partido Socialista (PS).
Si bien desde el primer gobierno de Bachelet estuvo fuera del reflector político, el exsenador siempre se mantuvo militando y atento a la contingencia. Naturalmente, cuenta, porque desde que se aprendió el himno del PS, la frase que más le quedó en la cabeza es esa que dice «jamás desertar».
Ahora muestra una pequeña parte de su carácter, molesto porque siempre le recuerdan la aciaga frase que lanzó en 2012. Cuestiona que los medios puede ser «muy caprichosos» y solo se quedan con declaraciones rimbombantes, como la que dijo hace 10 años.
«El otro día en un artículo pusieron que yo estaba contra la nueva Constitución y es al revés. A propósito de la declaración de los expresidentes de la DC, puedo recordar ahora que con Andrés Zaldívar fuimos los únicos parlamentarios que hicimos una proposición concreta sobre cómo avanzar hacia una nueva Constitución», reclama.
Con todo, el sueño opiáceo de Escalona está a punto de hacerse realidad el próximo 5 de julio. La Convención Constitucional celebró su última sesión y solo resta la ceremonia final de entrega de la propuesta definitiva de la nueva Carta Magna al Presidente Gabriel Boric.
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— Pero en este caso, viéndolo en perspectiva y tomando en cuenta su frase, ¿cómo evalúa el trabajo de las y los convencionales en este último año?
Bueno pero esa declaración mía es del 2012, hace 10 años y siete años antes del estallido social.
— ¿Y qué ha cambiado desde ese entonces hasta hoy? ¿Qué puede decir del trabajo de una Convención vigente y funcionando?
Yo apoyo todo el esfuerzo que se ha hecho para avanzar hacia una nueva Constitución, creo que Chile tiene una oportunidad histórica y que la incertidumbre no está del lado del Apruebo, sino que del Rechazo. ¿Qué va a pasar en el hipotético caso de que el Rechazo tuviera un voto más? Estaríamos en una situación institucional sumamente compleja, porque el 80% de los chilenos votaron por la superación de la Constitución del ’80. El interés del país aconseja que seamos capaces de aprobar la nueva Constitución.
Apoyo «sin vacilaciones» al Apruebo
– Paulina Vodanovic sostuvo que el acuerdo más importante del PS es «apoyar sin vacilaciones la campaña del Apruebo», ¿adhiere a esta postura?
Sí. Yo expresé que la síntesis de mi posición eran tres puntos: bregar por la nueva Constitución, apoyar el gobierno de Boric y recomponer la orgánica socialista. Así que coincidimos plenamente. Ahora bien, tenemos un acuerdo unánime de concurrir al entendimiento de todas las fuerzas por el Apruebo, pero también hacer un esfuerzo en lo que a nosotros corresponde como socialistas.
– ¿Cómo está la relación de la nueva directiva con los socialistas en el Congreso? Porque hay diputados y senadores que no estaban conformes con que la presidencia del partido no fuera parte de la bancada, argumentando que el partido perdería relevancia en el escenario político nacional.
Yo creo que esa crítica es completamente infundada. El partido había perdido protagonismo hace rato, lo que se reflejó en la derrota de Paula Narváez, cuando el partido no fue capaz de sostener su postulación. Después apoyamos a Yasna Provoste y fue un desastre electoral completo, llegamos quintos, como nunca antes había ocurrido. Entonces, es una crítica infundada, los datos dicen otra cosa.
Ahora bien, la presencia que ha tenido la presidenta del partido en estos últimos 10 días ha sido muy elevada, muy buena, de primer nivel. Pero nosotros no tenemos ninguna inclinación a excluir a los parlamentarios, muy por el contrario. Hicimos reunión de Comisión Política y afortunadamente, los principales legisladores que tenemos participaron muy constructivamente, agradeciendo el espacio. O sea, nosotros estamos haciendo lo que hacía falta hace mucho tiempo, que se generaran espacios institucionales de conversación y debate político. Y son muchas horas.
– Los llamados de «aprobar para reformar» o «aprobar para mejorar», ¿le hacen sentido?
Mira hace unos días escuché a Marcos Barraza en la radio y hace tiempo que no coincidía con él, pero en esta oportunidad sí coincido. Dijo que todos los apruebos son positivos, y me hago parte de ese criterio. Es muy diverso el Apruebo. Yo me acuerdo del «No hasta vencer» de los comunistas (en el plebiscito del 88), hasta personas tan deplorables en su conducta histórica como Gustavo Leigh, el que inventó el término del «cáncer marxista», quien había llegado a la conclusión de que el país no podía seguir con Pinochet.
Entonces el ancho es muy grande, y eso pienso que es un ejercicio que no se ha hecho ahora y que se tiene que hacer: convocar una diversidad que permita tener mayoría nacional.
El «desgaste innecesario» de la Convención
– ¿Le gusta cómo quedó el borrador?
Hay cosas que no me gustan, pero creo que son secundarias. Por ejemplo, no me gusta la reelección del mandatario. Esas cosas se pueden modificar con el tiempo. Pero a mí no me gusta, en América Latina no creo que sea una buena idea. Si queremos luchar contra los fenómenos de apego al poder y mal uso de los recursos públicos, lo más desaconsejable es establecer la reelección presidencial. Yo estoy completamente en contra de esa cláusula. Pero estoy con el cuerpo, con la columna vertebral de la nueva Constitución, que es establecer un Estado social de derechos.
– Entonces, ¿cómo evalúa lo hecho por los convencionales de su partido?
Los convencionales de nuestro partido se lograron instalar con trascendencia, teniendo en cuenta que su número no es muy alto. Dicho de otra manera, el Colectivo Socialista logró influir mucho más de lo que su peso numérico indicaría a simple vista.
La idea principal del Estado social y democrático de derechos nos pertenece a nosotros, es una señal de nuestra identidad, de entender que la institucionalidad le puede otorgar a cada persona y a cada familia los derechos fundamentales de su condición de ser humano. En el grado actual en que se encuentra la civilización, se le pueden otorgar. Así que soy de los que aplaude el trabajo del Colectivo Socialista.
– ¿Qué le parecen las críticas que hacen senadores de su partido a los convencionales?
Hay dos tipos de críticas. Las que descalifican por la edad, yo no las comparto. Hay personas muy mayores que cometen errores terribles y personas menores que también. Ahora bien, hay otras críticas. Por ejemplo, yo creo que la Convención sufrió un desgaste innecesario por protagonismos artificiales, que hieren la sensibilidad de personas que son necesarias. No tenía ningún sentido, por ejemplo, esta última polémica con la participación o no de los expresidentes. Eso a mí me parece un costo completamente absurdo, un autogol con mayúscula.
Hay opiniones y opiniones, pero lo que importa es que asumamos que el Estado social democrático y de derechos, que establece la nueva Constitución para reemplazar el Estado subsidiario que dejó Pinochet, debiese reunir una amplísima mayoría de las y los chilenos. Pero no estamos seguros de que así ocurra porque se han cometido errores en cuestiones subalternas, que se podían evitar.
– ¿Usted cree que esos errores podrían hacer que gane el Rechazo?
Bueno, hay un 50% de chilenos que están indecisos, entonces la lucha por abrirle paso a una nueva Constitución es una tarea histórica de las próximas semanas. No se puede menospreciar la capacidad de manipulación de los estados de ánimo de la población que tiene la derecha: generar, por diferentes subterfugios, el temor.
Uno de los factores importantes que influyeron en el triunfo del NO contra Pinochet, y después en la elección presidencial en la que Büchi fue derrotado, es que el centro político estaba estable, en una alianza con la centro izquierda. En cambio, ahora se ve completamente disperso e inestable, y las fuerzas de ultraderecha están manipulando los estados de ánimo y llevándose agua al molino del Rechazo, de personas que no tendrían por qué irse para allá.
Ricardo Lagos y la DC
– Ricardo Lagos ha dejado en suspenso su decisión de aprobar o rechazar. ¿Cree que su opinión va a ser gravitante?
Sí. Yo creo que, a pesar de que el año 2017, en su último esfuerzo electoral para la Presidencia, no tuvo éxito, la figura de Ricardo Lagos ha tenido un reposicionamiento significativo. Y en un contexto donde hay confusión, dudas, afirmaciones que se desmienten, en el clima que se ha generado, creo que la opinión de Lagos tiene trascendencia y espero que esté por el Apruebo.
– Uno de los pilares políticos de la Concertación fue la inclusión de la DC. ¿Qué pasó con esa alianza?
Yo creo que no hay que golpear en el suelo de la Democracia Cristiana, eso claramente es un error, porque todo el esfuerzo de la derecha está en llevarse a la Democracia Cristiana al Rechazo.
– ¿Cree que eso sea posible? ¿Ve a la DC dando un giro a la derecha en este nuevo ciclo político?
Bueno, nosotros conversamos con su mesa, y el presidente Felipe Delpin, la senadora Provoste, la secretaria general Cecilia Valdés y su vicepresidenta de la Mujer, nos señalaron enfáticamente que ellos van a la Junta Nacional con el propósito de respaldar al Apruebo.
Pero es una mesa que está asediada por la campaña comunicacional de la derecha. Pocas veces he visto a la derecha desestabilizar tan profundamente a una mesa democratacristiana. Ni siquiera en los años de la dictadura.
Todo el peso comunicacional de la derecha está por quebrar la relación entre la Democracia Cristiana y las fuerzas de la centro izquierda y de izquierda. Y como yo quiero derrotar a la derecha no estoy por hacerle el juego. Creo que a la DC deberíamos tratarla con más cuidado y convocarla.
«Las reformas son más difíciles de lo que aparentan»
– ¿Cómo ha visto al gobierno en estos primeros 100 días?
Creo que el gobierno tiene un problema en su matriz. Las reformas estructurales son más difíciles de hacer de lo que aparentan. Las cosas desde el primer día iban a ser mucho más difíciles y, por lo tanto, creo que hubo figuras clave que actuaron con desaprensión. Como la ministra Siches cuando, sin una preparación mínima, fue a Temucuicui, generando una derrota en el primer día hábil que estaba como ministra, y abriendo la posibilidad de que la derecha acusara falta de experiencia. Se le dio al adversario el material para que hiciera su juego. Creo que en eso hubo descuido.
– ¿Qué me dice de la figura del Presidente Gabriel Boric? Siempre fue muy crítico con los gobiernos de la Concertación…
Él se ha superado como líder político. El paso que dio en su entrevista con Ricardo Lagos lo confirma. He leído que hay personas que consideran que fue simplemente un tema de la contingencia, pero yo creo que es mucho más. El Presidente Boric está tomando decisiones de Estado, muy difíciles de tomar, como la de instalar Estado de Excepción en la Macrozona Sur. Esa decisión no es fácil para nadie, menos para un Presidente de izquierda. Entonces es una figura que va creciendo.
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