La Universidad de Chile cuenta actualmente con más de 10.500 trabajadores/as a honorarios, que prestan servicios a la institución pública. Su relación contractual queda establecida en un convenio donde se explicita en una glosa las tareas a realizar, además de otros apartados que establecen las horas trabajadas y la forma de pago, entre otras cosas. Este convenio debe ser elaborado por funcionarios/as, aprobado por la jefatura directa, las jefaturas de estas, autoridades, y por la Contraloría Universitaria, por lo que el flujo burocrático para la aprobación de convenios demora aproximadamente un mes (para hacer más amable la lectura de esta declaración se omiten algunos pasos).
Desde siempre, las personas responsables han señalado la lentitud o trabas de este proceso administrativo como excusa para el retraso de pagos de remuneraciones, a lo que se suma la inexistencia de un control de gestión. En este contexto, una tarea permanente y constante que asumimos como sindicato es la de demandar el pago de sueldo de trabajadores a honorarios que inician su trabajo sin tener aprobado su convenio.
A lo anterior se suma el Dictamen de Contraloría de la Republica del presente año, que establece que las tareas permanentes no deben ser realizadas por trabajadores/as a honorarios, sino por profesionales que se encuentren a planta o contrata, señalando la importancia de traspasar trabajadores/as a honorarios que realizan funciones permanentes a contrata para el 2023.
Durante 2022, en repetidas ocasiones esto ha generado que la Contraloría Universitaria rechace diversos convenios por señalar en sus glosas funciones permanentes. Ello impacta de forma inaceptable en las remuneraciones de las y los trabajadores/as, atrasando sueldos en 2, 3, 4 hasta 5 meses, primando la burocracia por el derecho al pago por trabajo realizado.
Durante los últimos meses, hemos buscado activamente el diálogo con autoridades universitarias de distintos niveles, participando de múltiples reuniones para visibilizar nuestros problemas y demandas frente al proceso de traspaso a contrata, así como en relación con el escaso cumplimiento del Reglamento de Contratación a Honorarios. Sin embargo, a pesar de diversas declaraciones de buenas intenciones, los resultados concretos de estas conversaciones han sido escasos. Por el contrario, constatamos que, en gran parte de la Universidad, el proceso de traspaso a contrata se ha desarrollado de forma poco transparente. De igual manera, hemos sabido de muchas/os trabajadoras/es a honorarios que serán despedidas/os con el inicio del nuevo año, a pesar de las obligaciones de traspaso que determina el Dictamen de Contraloría. En ausencia de una dirección clara de parte de Rectoría, varias autoridades locales (Decanos/as, Jefaturas locales) han indicado que no se contratarán más trabajadoras/es a honorarios en sus unidades.
En relación con el Reglamento de Contratación a Honorarios, hemos percibido que en muchos casos no se están haciendo convenios para enero, y en varias unidades continúan los atrasos de pagos y de elaboración de convenios para el año que viene. Al parecer, no existe voluntad de pagar cotizaciones y respetar el derecho a vacaciones de las/os trabajadoras/os a honorarios, manteniéndolas/os en una situación inestable e incierta.
Si bien la Contraloría debe velar por el funcionamiento de la universidad, no puede frenar el compromiso adquirido por esta con las trabajadoras y los trabajadores. Por lo que exigimos la continuidad de éstos sin atrasos de pagos ni ambigüedades. Los y las trabajadores no somos responsables de la excesiva burocracia, el poco control y la negligencia de la Universidad.
Como sindicato nos parece inconcebible que para la Universidad este tema no sea prioritario, que no comprenda que sin sueldo en esta sociedad no se puede adquirir ningún bien, no se come, no se paga el techo bajo el que vivimos, ni se puede hacer uso del transporte público.
Sindicato de Trabajadorxs a Honorarios de la Universidad de Chile
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