El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ordenó este martes reforzar la seguridad aérea del país después de que varios drones impactaron durante esta madrugada en territorio ruso, uno de ellos a tan sólo 100 kilómetros de Moscú, causando preocupación entre quienes pensaban que este tipo de ataques eran imposibles y que la guerra estaba sólo del otro lado de la frontera.
El mandatario habló ante la plana mayor del Servicio Federal de Seguridad (FSB, por sus siglas en ruso), donde admitió que lamentablemente hay bajas en nuestras filas y la dirección del FSB debe hacer todo para apoyar a las familias de nuestros compañeros muertos. Siempre vamos a recordar su heroísmo y valentía
.
Sin embargo, todo indica que Putin no se refería a todas las bajas rusas en la guerra en Ucrania, más aún que no reveló ninguna cifra que modifique los poco más 5 mil militares muertos que reconoció hace meses el ministro de Defensa, Serguei Shoigu, sino sólo a los agentes del FSB que perdieron la vida en cumplimiento de sus funciones, sea en el vecino país o en cualquier otro sitio.
Entre tanto, los programas de radio y televisión en al menos cinco regiones de Rusia –Moscú, la región de la capital, Voroniezh, Belgorod y la región de Leningrado– se interrumpieron la mañana de este martes con este mensaje tan inusual como urgente: ¡Atención! ¡Atención! Alarma aérea. Todos deben ir lo más rápido posible a un refugio. ¡Atención! Amenaza de ataque con misiles
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Después del pánico generado, el ministerio de Situaciones de Emergencia aclaró que no había peligro al tratarse de una falsa alarma generada por la intromisión de hackers en las computadoras de las emisoras y los canales de televisión que transmitieron el aviso.
A lo largo del día, se juntaron las noticias sobre caídas de drones, presumiblemente ucranios, en sitios muy distantes de la frontera con el vecino país eslavo. Si esto se confirma, se trataría del mayor ataque con drones en territorio ruso desde que empezó la guerra.
El primer incidente se produjo cerca de una estación compresora de gas en Kolomna, a tan sólo 100 kilómetros de la capital rusa, y luego se supo de otros ataques en las regiones de Belgorod y Briansk, así como en Krasnodar y Adigueya.
El aparato que cayó en Kolomna, a 420 kilómetros de distancia de la frontera con Ucrania, puede volar hasta 800 kilómetros, lo cual es motivo de preocupación para el Kremlin, que constata que la guerra se está extendiendo hacia dentro de Rusia.
En la madrugada de este martes se reportó un fuerte incendio en un depósito petrolero de la compañía Rosneft en la ciudad de Tuapse, muy cerca de un cuartel del ejército ruso en la región de Krasnodar. De acuerdo con la información de dos canales de noticias en las redes sociales, Baza y Astra, cerca de las 2 de la mañana sobre el depósito cayeron dos drones, provocando un incendio en cerca de 200 metros cuadrados.
El gobernador de Belgorod, Viacheslav Gladkov, confirmó a las agencias noticiosas que se encontraron fragmentos de tres drones que durante la madrugada atacaron la sede del FSB en esta ciudad colindante con Ucrania.
La agencia Ap informó que funcionarios dijeron que los drones no causaron heridas ni daños significativos, pero los ataques del lunes por la noche y las primeras horas del martes plantearon dudas sobre las capacidades de defensa de Rusia más de un año después de que se inició la invasión a gran escala de su país vecino.
Las autoridades ucranias no se atribuyeron los hechos de inmediato, pero de igual forma evitaron responsabilizarse directamente por ataques y actos de sabotaje previos, mientras enfatizaron el derecho de Ucrania a atacar cualquier objetivo ruso, añadió Ap.
A fines de enero, el gobierno del presidente Volodymir Zelensky advirtió que el ejército ucranio atacaría Moscú, San Petersburgo y Yekaterimburgo, las ciudades más grandes de Rusia.
En la capital rusa y las afueras, de acuerdo con la prensa local, se instaló un sistema escalonado de defensa antiaérea, de modo que las sedes del gobierno y el Parlamento, así como la residencia oficial del presidente Vladimir Putin en Novo-Ogoriovo están protegidas por sistemas de misiles tierra-aire Pantsir C1 y S-400.
Destruyen base rusa militar en Bielorrusia
Y todo esto, en el contexto de un grupo que se identificó como partisanos bielorrusos
que destruyó en una base militar de Bielorrusia un avión ruso –toda una estación de radares que desde el aire podía controlar los campos de batalla y dirigir los ataques de los cazabombarderos–, uno de los ocho de ese tipo que tenía la fuerza aérea de Rusia y con un costo aproximado de 330 millones de dólares, una pérdida irreparable.
Y en el frente de la guerra, continúa la batalla por Bakhmut, en la cual el ejército ucranio resiste la embestida de destacamentos de asalto del grupo de mercenarios Wagner al tiempo que atacan la aviación y artillería del ejército ruso.
Después de que Denis Pushilin, jefe interino de la llamada República Popular de Donietsk, dijo este martes que los combatientes del grupo Wagner lograron entrar en un distrito de la ciudad de Bakhmut, la viceministra de Defensa ucrania, Hanna Malyar, reconoció que la situación ahí es tensa y difícil
, pero expresó la esperanza de que las tropas de refuerzo enviadas estos días permitan frenar las incursiones rusas.
La presumible caída de Bakhmut, que según Zelensky se seguirá defendiendo pero no a cualquier precio, despejaría a las tropas rusas el camino hacia Kramatorsk y Slaviansk, los principales bastiones ucranios en la región de Donietsk.
Por Juan Pablo Duch
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