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Hemos recibido una carta abierta suscrita por usted y dirigida a la sociedad civil en representación de la oficina de participación ciudadana en el actual proceso constitucional, llevado adelante por el parlamento a pesar y en contra de la voluntad del 82% de los chilenos expresada en un plebiscito vinculante.
Por regla general toda invitación debe agradecerse pero en esta ocasión esto no me resulta procedente en mi calidad de ciudadano de la República de Chile que cómo se sabe adopta la democracia como forma de gobierno.
En efecto usted nos está invitando a un proceso que no es democrático, que solo tiene la legitimidad, escasa, que la casta política puede proporcionarle y que se lleva adelante en beneficio de este sector, parasitario, de la sociedad chilena.
Una constitución democrática solo puede provenir de delegados Constituyentes elegidos directamente por la ciudadanía y que conforman una Asamblea Constituyente.
Este proceso es en lo esencial una usurpación de la soberanía popular que contradice nuestra historia, los principios democráticos y el sentir de la inmensa mayoría de los chilenos.
Las instancias más importantes de este proceso que algunos llaman, jactanciosamente, constitucional son antidemocráticos
La comisión de expertos no tuvo otra legitimidad que aquella que pudiera proporcionarle el parlamento que, como se sabe, es la institución más desprestigiada del Estado de Chile y que por expresa disposición de la ciudadanía debería abstenerse de cualquier participación en eventos de esta naturaleza.
Los consejeros constituyentes fueron elegidos en un proceso amañado por los partidos políticos y en el que se registraron más de 2 millones de votos nulos que expresaron el repudio de la ciudadanía hacia esta usurpación.
A mayor abundamiento Esta última instancia carece de facultades reales y por si esto fuera poco existe otra instancia, antidemocrática, autodenominada comisión de admisibilidad que le dará redacción definitiva a lo que llaman proyecto constitucional.
Se obliga a los ciudadanos a ir a votar en este proceso antidemocrático bajo amenaza de multas y el poder punitivo del Estado. En estas circunstancias solo nos es posible anunciar que votaremos en contra y que llamaremos a todos los chilenos a rechazar este proceso antidemocrático.
Por todo lo anterior no me es posible aceptar ni mucho menos agradecer su invitación.
Se despide.
ROBERTO AVILA TOLEDO.
Abogado U de Chile.
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