Por María Kovacz
 
La crisis política y social de Chile ha sido un tema recurrente en los medios de comunicación nacional e internacional, especialmente en los de América Latina, debido a la violencia que se ha registrado, la respuesta del gobierno y la imagen que tenía el país, de ser una nación más tranquila en comparación al resto de la región.
 
A Piñera sólo les importan las encuestas. Una tesis que por estos días comienza a tomar cada vez más fuerza. Y es que considerando que hoy mantiene una histórica desaprobación de cerca del 80 por ciento de una encuesta gobiernista como Cadem, el Presidente ha cambiado su discurso luego de las férreas críticas que se hicieron en un comienzo.

“Estamos en guerra”, para luego clamar por la multitudinaria marcha de más de un millón de personas en Santiago, ha sido lo que va sepultando cada vez al Mandatario. Y si bien entregó un paquete de medidas para calmar los ánimos, solo empeoró el descontento aumentando en 20 mil pesos la pensión básica solidaria, o entregando subsidio a las farmacias que estuvieron coludidas para la rebaja de los medicamentos.

Piñera va quedando solo, porque ni siquiera la ex intendenta de la Región Metropolitana, Karla Rubilar quiso avalar su famosa frase de guerra. Sin duda sus reiterados errores hoy se notan más que nunca. Ya no es el líder el internacional que hace unas semanas destacaban sus propios ministros, especialmente su ex vocera Cecilia Pérez. Incluso podría decirse que es un paria a nivel internacional. Y luego de la suspensión de la Apec y de la COP25, su orfandad política es gigantesca.  Es más, el evadir las preguntas y denuncias ciudadanas, ha provocado más el descontento social.

Sin apoyo internacional
Sebastián Piñera y Mauricio Macri

Piñera decidió encargar la seguridad de Santiago a los militares, tras decretar estado de emergencia, con las horas se sumarían otras ciudades como Concepción y Valparaíso. Tras cuatro días, la cifra de muertos en diferentes incidentes llega a 22, más de mil heridos y poco más de 3 mil detenidos.

El estallido llegó en un momento en que Piñera había forjado una imagen internacional, desde liderar el apoyo en América Latina al autoproclamado presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, participando del Concierto por la Paz en Cúcuta, tomando la iniciativa de organizar la COP 25 en Chile, la fundación de Prosur o entregando su respaldo a su “amigo” Mauricio Macri, mandatario de Argentina, que este domingo buscó su reelección, y perdió con el centro izquierdisra Alberto Fernández.

Pese a su protagonismo, Piñera ha recibido muy pocos apoyos explícitos, mientras que sí ha sido muy criticado duramente por el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro y el régimen chavista.

Aunque Piñera ha tenido una agenda activa en política internacional y han pasado pocos días desde el inicio de la crisis, ha recibido pocos apoyos de parte de sus pares sudamericanos, incluso de momento Juan Guaidó de Venezuela es el único “presidente” que se ha hecho el leso. Sólo Trump ha sido proactivo con Piñera.

En entrevista con la cadena TV Venezuela (con sede en Miami), Guaidó -reconocido por solo 50 países como presidente- acusó que el gobierno de Nicolás Maduro estaría involucrado en un plan para sabotear el resto de los gobiernos sudamericanos, especialmente los que han sido críticos con su régimen como Ecuador, Perú o Chile.

“Maduro es un incapaz (…) pero puede financiar y exportar grupos y modelos de saboteo y sabotear a los distintos países (…) El financiar a grupos guerrilleros en Venezuela, lo que sucedió en Ecuador terminó fortaleciendo a Lenín Moreno y no tenemos dudas de que el presidente Piñera saldrá fortalecido y la institución democrática de Chile a pesar de las fuertes protestas”, expusó Guaidó.
Mauricio Morales, académico Universidad de Talca
En Argentina, Piñera también ha encontrado apoyos en el gobierno de Macri, de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que justificó las medidas implementadas por el mandatario chileno

“Piñera está en guerra. ¿Cómo está si no? Si le están incendiando medio país. Chile está actuando en el marco de la ley”, expresó la ministra.

Macri también envió un video por tuiter apoyando a Piñera que lo defendió hace algunos meses, debido a las críticas contra el argentino por su manejo de la economía, debido a la crisis de país trasandino.

“Lo que está haciendo el gobierno y el presidente Macri, a mí juicio, es lo que hay que hacer. Al principio hay mucho sacrificio porque hay que enderezar un barco y ponerlo en la ruta correcta. Todo lo que se ha hecho es lo que se tiene que hacer y va en la dirección correcta y los frutos están a la vuelta de la esquina”, dijo Piñera.

Otros gobiernos de la región que han sido cercanos al gobierno de Piñera, como Colombia con Iván Duque, Paraguay con Mario Abdo Benítez, Lenin Moreno en Ecuador o Jair Bolsonaro de Brasil, no se han expresado sobre lo ocurrido en Chile.

Aunque el que sí se pronunció fue el diputado Eduardo Bolsonaro, hijo del presidente brasileño, quien también aprovechó las crisis en Ecuador, Perú y ahora Chile, para responsabilizar a Cuba y Maduro de desestabilizar la región.

“Ecuador, Perú y Chile, con inestabilidades políticas predeterminadas, Brasil sucio con petróleo venezolano. Para aquellos que pensaban que la izquierda estaba muerta, siguen haciendo diabladas por el poder. La izquierda nunca ha sido democrática”, tuiteó.

La caída histórica de Piñera

La evaluación de la gestión del gobierno del presidente Sebastián Piñera se desplomó en medio de su manejo de la crisis social y política que atraviesa Chile. Así lo confirma la encuesta gobiernista Cadem, desde donde dan cuenta de cifras históricas.

Según la medición, la imagen de Piñera se desplomó completamente: con solo un 14% de apoyo a la gestión del mandatario y un 78% de desaprobación, los números son los más negativos desde el regreso a la democracia, superando la marca que la misma encuestadora había registrado en marzo de 2016, cuando el respaldo a Michelle Bachelet llegó a un mínimo de 18% (y un 68% en contra), durante el caso Caval.

La medición fue tomada entre miércoles y jueves de la semana pasada, previo a la multitudinaria “marcha más grande de Chile”, luego del anuncio del primer paquete de medidas y antes de que levantara toques de queda y pidiera la renuncia del gabinete.
Entre los motivos del desplome, Cadem identificó que el 78% de desaprobación se descompone en “mal manejo de las protestas”, “mala gestión en general”, “bajas pensiones por las AFP”, “desigualdad y abusos”, “no escucha a la gente”, “gestión de educación y salud”, “bajos sueldos”, “no cumple sus promesas”, “protege intereses de empresas y elites”, “elevado costo de servicios básicos”, “mal gabinete y asesores” y “falta de seguridad”, entre otros.
 
Mauricio Morales, académico y director del Centro de Análisis Político de la Universidad de Talca aseguró que “el Presidente por si solo jamás podrá salir de este embrollo por la sencilla razón de que sus ministros siguen cometiendo errores en un contexto insensible., No es posible que Jaime Mañalich haya dicho que por una marcha se tenga que cambiar la ley, con eso se está ninguneando nuevamente a la sociedad”.
 
Además en conversación con Cambio21 planteó que “la única solución que tiene el gobierno para salir, no es solo las soluciones parciales que le ha implantado a la sociedad, es realizar una convocatoria mucho más general para promover un pacto social económico, y porque no un llamado a escribir una nueva constitución para Chile. Si bien seria de un gobierno de derecha seria poco comprensible que el Presidente llamara a escribirla me parece que es una solución”.
“El Presidente es tozudo. La hipótesis del gobierno, es que esta es una manifestación social de carácter generacional, y que al ser un capricho generacional irá pasando rápidamente”, puntualizó el académico
Por último dijo que “las encuestas están mostrando a un Presidente con niveles históricos de desaprobación, por lo único que resta esperar que la aprobación siga bajando. Este gobierno ya se terminó porque el próximo año vienen elecciones. Pero como lo mencionaba antes, pese a que Piñera presente un cambio a la constituciones, este gobierno pasará sin penas ni glorias”.
A través de una carta, dirigida al Presidente Sebastián Piñera, más de 300 cientistas políticos plantean que “Chile experimenta una profunda crisis para la que no existen soluciones fáciles ni inmediatas”.

Añaden que “la solución no puede reducirse a proponer un conjunto de medidas entre cuatro paredes”, por lo que “es imperioso construir un vasto acuerdo entre actores provenientes de distintos ámbitos”, para lo que ofrecen su colaboración.

“En nuestra calidad de académicos y académicas de las ciencias sociales, desde hace tiempo muchos/as de nosotros/as hemos venido trabajando (e incluso advirtiendo) acerca de las tensiones en el tejido sociopolítico y de posibles formas de recomponerlo. Creemos que es momento de reafirmar nuestro compromiso con ponernos a disposición del país para contribuir, desde nuestras fortalezas, a construir un país más justo, inclusivo y democrático”, finalizan.
Hasta predijeron el estallido

Una columna escrita el año 2017 por el cientista político Fernando Duque salió a la luz en los últimos días, ya que en ella vaticinaba una crisis del modelo neoliberal que terminaría con la caída del gobierno de Sebastián Piñera. Si bien esa situación no se ha concretado, llaman atención sus palabras sobre todo porque anteriormente ya previó la crisis del subprime y que Donald Trump ganaría las elecciones en Estados Unidos.

“Hay una crisis sistémica en plena gestación, que se precipitará a partir de los próximos dos años”, dijo el doctor en Ciencia Política y Relaciones Internacionales por la Universidad de California. El artículo se publicó en diario El Llanquihue, antes de la segunda vuelta electoral a fines de 2017 que terminó con Sebastián Piñera como presidente electo.

La columna de Duque está escrita en pasado, como si contara la historia años adelante. En ella analiza la historia de Chile desde el siglo XIX en adelante, incluyendo como hito la agitación social en el país producto de la Gran Depresión de 1929 y que culminó con la toma de la Universidad de Chile por parte de estudiantes que fue la semilla para que el entonces presidente Carlos Ibañez del Campo renunciara a su cargo el año siguiente, y partiera al exilio en Argentina.

Este hecho es mencionado por el analista como el fin de la “mal llamada república parlamentaria” o Segunda República Liberal, como prefiere denominarlo. De esta forma, el actual gobierno formaría parte de una Tercera República Liberal, que según el cientista político tendría fin el año 2020.

De hecho en ese artículo Fernando Duque señala que el verdadero izquierdista debería, en esa segunda vuelta del 2017, votar por Sebastián Piñera, pues la posterior crisis que se generaría tiene que ser con el liberalismo en el poder.