Por María Cristina Prudant
 
Nelson Caucoto, el abogado de derechos humanos que defendió a tantos y tantas durante la dictadura, a pesar que las condiciones eran adversas cree que el peor error del gobierno ha sido sacar los militares a las calles “es un riesgo innecesario al que se somete la administración, el gobierno, el Presidente, porque habrá una responsabilidad penal del sujeto que dispara, habrá una responsabilidad civil del fisco para reponer los daños, pero habrá también una responsabilidad política del Presidente, del ministro del Interior de quien dependen las fuerzas”

"Hemos vuelto a los peores tiempos de la dictadura. Hay que decirlo con todas sus letras. Van a pasar estos 8, 9 o 10 días probablemente de agitación social por legítimas demandas de la población, pero va a quedar en el residuo esto que son las violaciones a  los derechos humanos", dice Caucoto.

Agregando que "esto no lo habíamos visto de una manera tan reiterada como lo hemos estado viendo hasta el día de hoy. Afortunadamente, el Presidente de la República ha tomado una determinación, que a mí me parece la correcta y que nunca debió haberla tomado, que era sacar a los militares a la calle y militarizar la sociedad y criminalizar al movimiento social".

 ¿Qué le parece el estallido social que está viviendo el país?
Me parece llamativo, imprevisto, lamentable por las secuelas de muerte, violación a los derechos humanos y me parece que la reacción de la autoridad ha sido errónea.

¿Cuál ha sido el peor error que ha cometido el gobierno?
Creo que el mayor error que ha cometido el gobierno es sacar a los militares a la calle para mantener el orden público en circunstancias que no están preparados para ello. Ellos no usan armas disuasivas, no tienen elementos disuasivos a pesar de que entiendo que sí poseen esos elementos como gases lacrimógenos, bastones retractiles, sino salen simplemente con fusiles  y cuando un militar, y tratándose aún más de gente joven normalmente, puede reaccionar mal, aprieta el gatillo y los resultados son previsibles porque tienen un armamento pesado de guerra, de combate.

Entonces, es un riesgo innecesario al que se somete la administración, el gobierno, el Presidente, porque habrá una responsabilidad penal del sujeto que dispara, habrá una responsabilidad civil del fisco para reponer los daños, pero habrá también una responsabilidad política del Presidente, del ministro del Interior de quien dependen las fuerzas.

¿Pero se están haciendo las cosas por el camino correcto?
Estamos viviendo un momento, indudablemente álgido y en el que pareciera ser que se está dando paso  a la inauguración de un Chile nuevo, distinto, en que no se han puesto los acentos en las cuestiones fundamentales. Para mí lo fundamental tiene que ver primero, con el cambio constitucional, pero la gente a veces no percibe que el tema del medio ambiente, la vivienda, salud y educación tiene que estar reconocido como un derecho al interior de la Constitución si no existe eso como un derecho siempre va a ser tratado como una mercancía. Además, es una Constitución que no permite la intervención del Estado en materias económicas cuando en estas condiciones, en que se necesita garantizar a la gente la mayor cantidad de bienestar, se necesita que sea el Estado el que prodigue ese bienestar, no los privados porque ellos a partir de la política de mercado solo piensan en sus intereses.

Entonces, vamos a seguir tratando como mercancía la salud, la previsión, educación, etcétera. Ahí hay cuestiones que son las cosas estructurales que la gente piensa que hay que cambiar porque o si no vamos a seguir en lo mismo. O sea, vamos a aumentar en $20 mil, probablemente las pensiones de mucha gente, va a ser un alivio pasajero pero sigue sustentándose el mismo neoliberalismo que es el que produce la desigualdad.

¿Y en materia de derechos humanos, qué está pasando?
En el tema de derechos humanos estamos abriendo un tremendo boquerón, afortunadamente hoy día existen muchas cámaras, celulares que graban la actuación de los carabineros y militares, pero qué pasa cuando no están esas cámaras e impera el toque de queda. Nadie sabe lo que está pasando a esa hora cómo se trata a la gente y eso indudablemente que genera una incógnita que, simplemente apunta  a que la gente se sienta más vulnerada en sus derechos.

¿Cómo se entiende que los militares que andan en las calles que son de otra generación estén actuando igual que los que estaban durante la dictadura y que violaron los derechos humanos?
Hay una gran explicación para ello y es que ha sido nula la enseñanza en derechos humanos en la formación de los militares Y hay que hacerlo desde el servicio militar hasta aquellos que son de las escuelas matrices si no incorporamos, si no inoculamos en ellos el respeto a los derechos fundamentales, no les enseñamos en qué consisten los derechos humanos, en qué consiste toda esta teoría que se dice en el mundo entero, indudablemente que vas a tener tipos que están simplemente influenciados por la fuerza, la actividad física y por la destrucción del enemigo. Esos son conceptos que están muy equivocados para la supervivencia de una fuerza armadas en un régimen democrático y de un país que no está en guerra simplemente.

Es un tema de educación, de formación en derechos humanos, que entiendan que el tipo que se manifiesta es una persona que tiene derechos, que puede protestar, que hay un principio en la Constitución política que se llama principio de servicialidad y eso significa que el Estado está al servicio de la persona humana no al revés y ese Estado está constituido por las fuerzas armadas también, por los jueces, ministros, el Presidente de la República de manera que cuando haya un derecho constitucional que se ejerce como el derecho a la protesta, a  la manifestación pública, ese derecho tiene que estar siendo protegido y servido, precisamente por estos funcionarios estatales, que en este caso, le dan  la obligación de resguardar el orden público. Es decir, el carabinero tiene que resguardar a los manifestantes para que ellos ejerzan libremente, su derecho establecido en la Constitución y si son los militares a quienes les entregan el orden público también tienen que proteger a las personas que se manifiestan, no deben agredirlas.

Eso no pasa en Chile porque falta una educación en ese sentido, es decir, el principio de servicialidad,  explíquenselo a los militares, no van  entender nada si no se hace seriamente al interior de los cuarteles, etcétera.

Lo que está pasando en el país, que se están violando los derechos humanos como en la dictadura ¿está reflejando que aún no hay reconciliación entre los civiles y las fuerzas armadas?
Diría que hoy más más del 60% de los chilenos no vivió el golpe de Estado. Ese es un dato duro. Pero el resto de los que vamos quedando sí vivió el golpe de Estado y sí entendemos lo que está pasando. Me imagino los familiares de víctimas a quienes les llevaron sus hijos los militares, lo que debe estar significando, la perturbación sicológica, hasta estomacal de ver a los  militares en la calle, porque esto trae miedo, temores, es decir, es muy delicado.

Yo ahí concuerdo con lo que decía el ex Presidente Lagos que “parece que no se meditó mucho las consecuencias de sacar los militares a la calle” porque es rememorar todo lo peor que vivimos en tiempos de la dictadura. Hay mucha gente que sufre, que está siendo revictimizada por el hecho de tener los militares en la calle a cargo del orden público. Eso es como muy delicado y eso no lo tuvieron en cuenta las autoridades, aparte de que existen carabineros que es una fuerza que está entrenada, precisamente para enfrentar  el conflicto social interno, no los militares. Ahí tenemos otra gran crítica al por qué se llama a los militares a salir a la calle.


Hay que enseñarles a los niños que existen derechos humanos

Pero, los carabineros tampoco han avanzado mucho en materia de derechos humanos y queda demostrado cuando hay marchas estudiantiles sobre todo. ¿Qué pasó con la enseñanza para respetar los derechos humanos como se dijo?
Lo que pasa es que carabineros viene de todo un período de militarización durante el régimen militar y no todo puede ir siendo superado paulatinamente y gradualmente. Creo  que hay que hacer un doble esfuerzo en carabineros, investigaciones de Chile, y por supuesto, en el mundo militar, por efecto de la formación en derechos humanos, si eso está ordenado por el Informe Rettig, en las conclusiones de este aparece, pero  no se ha llevado a la práctica. Incluso, se habla que la enseñanza de los derechos humanos debe ser desde la más tierna edad formativa, desde el jardín infantil hay que enseñarles a los niños que existen derechos humanos  inalienables que nos pertenecen a todos y que hay que respetarlos.

Obviamente, que eso está demostrando detrás de la fuerza policial, del abuso policial, que no han aprendido nada que seguimos con las mismas prácticas del pasado y eso es serio porque además, se agrega un problema anexo; el comportamiento de la nueva justicia porque el nuevo Sistema Procesal Penal, es bastante poco eficaz respecto de la vulneración de los derechos humanos que ocurren cotidianamente. Yo me alegro cuando veo que hace poco en Estación Central (Caso del “paco nazi”) se aplicaron sentencias por tortura y creo que son las primeras en el nuevo Sistema Procesal Penal.
Que bueno que el nuevo sistema esté dando algunas respuestas positivas como eso de ir a constituirse en el Metro Baquedano donde se denunció que habían torturado a algunos manifestantes. Eso es un avance para lo que existía porque antes no movías a los fiscales o jueces para una diligencia de esa naturaleza. Es bueno que estemos despertando también en el aspecto judicial  y de las investigaciones, que le den importancia a los delitos cometidos por funcionarios públicos que tienen que ser tanto o más vigilados, comprobados como los que cometen los delincuentes.