por Natalia Espinoza C 26 abril, 2022
Hace tan solo dos semanas se comunicó en nuestro país el sensible fallecimiento de Mireya Baltra, socióloga, reportera, suplementera y política. La destacada profesional, fue la primera mujer en convertirse en ministra del Trabajo y Previsión Social, rol que desempeñó en 1972, durante el gobierno del expresidente Salvador Allende.
Entre 1950 y 1953, Baltra fue columnista del diario “El Siglo”, a través del cual buscó reivindicar el rol de las mujeres en la sociedad, y la importancia de una participación equitativa en la política, de hecho, el primer artículo que fue publicado en el citado medio, se titulaba “La mujer como fuerza política” .
Por esto, en un nuevo Mujeres Inolvidables, el especial semanal en donde destacamos las importantes hazañas de mujeres chilenas de la historia y el presente, visibilizamos el impacto de Mireya Baltra, quien abogó por los y las trabajadoras durante toda su trayectoria.
La socióloga siempre mantuvo un fuerte compromiso con los derechos laborales, por lo que tuvo una larga experiencia liderando y formando parte de movimientos sindicalistas. De hecho, luego de su periodo en el diario “El Siglo”, ingresó al Sindicato de Suplementeros, donde fue elegida encargada del Departamento femenino. Más tarde, fue dirigenta de la Central Única de Trabajadores (CUT).
Durante los años 60’, la reportera asumió la presidencia del Comando Nacional de Jardines Infantiles, proyecto que dio origen a la Junta Nacional de Jardines Infantiles, JUNJI, creada por la Ley Nº 17.301.
En la siguiente década, específicamente en 1971, participó en la creación del Frente de Mujeres de la Unidad Popular, desempeñando el cargo de secretaria general.
La primera ministra del Trabajo
Tras su destacada trayectoria en los sindicatos y organizaciones femeninas, durante el gobierno de Allende ejerció el cargo de ministra titular del Trabajo, convirtiéndose en la primera mujer en dicha posición.
Después del Golpe Militar, pidió asilo en la embajada de Holanda durante 9 meses, junto a los también parlamentarios(as) Gladys Marín, Orlando Millas y Julieta Campusano.
Recién en julio de 1974 partió al exilio a Holanda, luego de un año, se fue a Praga (la entonces Checoslovaquia), en donde permaneció nueve años trabajando en la Federación Sindical Mundial, organismo que representaba a los países socialistas y a otros movimientos sindicales de América Latina.
En 1987 regresó a Chile de forma clandestina acompañada por Julieta Campusano, a través de la Cordillera de Los Andes.
Entre sus principales reconocimientos, la biblioteca del Congreso Nacional destaca que el 30 de octubre de 2008 fue premiada por el Servicio Nacional del Adulto Mayor, Senama, por su “Trayectoria a la Mujer Mayor”, ceremonia celebrada en el Museo Histórico Nacional.
Luego en mayo de 2015, en una ceremonia en que participó la expresidenta Michelle Bachelet , recibió el "Premio Manuel Bustos Huerta", el cual se creó para destacar a dirigentes sindicales que han luchado por el mejoramiento de las condiciones de vida de los(as) trabajadores.
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