El estallido social del 2019 fue una movilización soberana del pueblo que instaló una contundente crítica al sistema político de la dictadura que estuvo custodiado por los partidos legitimados por el sistema binominal. Algo se ha dicho ya del pacto Longueira-Lagos que culminó con la firma de éste último Presidente continuando la del Dictador.
Esta es la Constitución que permitió acentuar el régimen económico neoliberal. No es casual que Lagos haya instalado un férreo sistema de licitaciones y que haya fortalecido el endeudamiento en educación, salud, vivienda y otros productos de consumo. Piñera no estaba equivocado cuando dijo que en Chile todo se pagaba.
Por años fuimos viendo como aquellos que se iban convirtiendo en líderes políticos iban gozando de un acceso mayor a los privilegios. La cúpula de los partidos políticos obtenía grandes dividendos sirviendo a dos señores, entre ocupar un cargo en algún ministerio y asesorando a las grandes corporaciones económicas se llenaban los bolsillos, estamos hablando de saqueadores.
El daño que causaron a la política, a sus partidos y a la ciudadanía no fue capaz de contener su interés por el dinero. Lagos expresaba que en el espacio del poder había llegado sin amigos, pero que al término de sus periodos se retiraba con varios amigos. Seguramente, hoy está al lado de esos amigos, a los que sirvió lubricando la Constitución pinochetista y dándole soporte al neoliberalismo.
Los sospechosos de siempre por su ambivalencia han sido los Demócrata Cristianos, varios de ellos cómplices del Golpe de Estado. Fuerza conservadora que hoy vemos vigente en varios miembros de su cúpula que hoy con fiereza desacatan los acuerdos de sus bases: es grave la postura pública de Eduardo Frei Ruíz-Tagle. ¿Serán expulsados del Partido o su “pluralismo” les seguirá dando un espacio?
Otros traidores merecen ser nombrados por su actividad a favor del rechazo, operadores políticos de medio pelo, que con cara dura abandonan al pueblo al que alguna vez le dijeron que los representarían, ellos de distintos partidos de la ex concertación. Pepe Auth que además de estar haciendo propaganda para el rechazo votó en contra de la acusación a Piñera, Fulvio Rossi a quién en algunas marchas populares se le lanzaron monedas, Ximena Rincón, Matías Walker, Fuad Chahin y Carlos Maldonado. Todos estos políticos que han usufructuado de su Partido y desde ahí del Estado.
La Nueva Constitución ya está trayendo algunos cambios políticos, por lo menos está colaborando a transparentar posiciones ideológicas. Los que están con la democracia real y los que defienden una postura de control a la democracia. Es claro que la oligarquía no sólo cuenta con el apoyo de los Partidos Políticos de la derecha sino que también tiene algunos aliados camuflados en otros Partidos Políticos, los cuales tienen un fiel servilismo que les hace traicionar los acuerdos de las fuerzas políticas que les dieron un lugar.
Esta Nueva Constitución que está siendo opacada por los mercenarios ideológicos, no sólo operadores políticos, también por grupos como los “amarillos por Chile”, trae no sólo nuevos contenidos que contribuyen a la democracia, fortaleciendo el Estado de Derecho, reclamando un cuidado por la naturaleza, reconociendo la importancia de nuestros pueblos, buscando mayores beneficios para restitución de los bienes comunes, tratando de superar los males del racismo y el clasismo, fortaleciendo los Derechos Humanos. Y en esto me detengo, tenemos por primera vez en nuestra corta historia una Constitución que reúne un pluralismo que le otorga mayor legitimidad democrática, estamos frente a una Constitución que instala un nuevo orden político en el cual la oligarquía y la élite no tienen un poder absoluto.
Desde mi perspectiva estamos en un proceso político que nos abre a un escenario de mayor profundización de la democracia, sin duda es una batalla en el campo del poder que merece ser ganada por la clase popular y por los jóvenes que desafían el orden político vigente.
Por Alex Ibarra Peña
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