El escenario de combate entre la sociedad limeña y los ciudadanos de la Sierra, el Amazonas y la Costa cada día se radicaliza con más fuerza, a raíz de la prisión de Pedro Castillo y a la ofensiva de la derecha APRO-fujimorista-militarista. La guerra civil larvada entre el Congreso, el Ejecutivo y el Poder Judicial, alcanza su cénit con la aprobación de la vacancia del Presidente Castillo, seguida de su prisión, (en la misma cárcel donde se encuentra el ex dictador Alberto Fujimori). El juez, nominado para indagar los motivos de la prisión del ahora ex Mandatario, acaba de rechazar la petición de libertad, presentada por sus abogados defensores. Todo indica que la Fiscalía logrará mantenerlo por meses en prisión preventiva, acusado de delitos de rebelión y conspiración, entre otros.
Perú es un país invertebrado, (para usar la frase de José Ortega y Gasset, cuando se refería a España), por un lado, están Lima y Callao, virreinal y aristocrático, donde predomina la derecha, hoy representada por el fuji-aprismo, y una pseudo izquierda que los peruanos denominan “caviar”; (en Chile la whisky-izquierda). En la sierra de Los Andes, la selva amazónica y la costa del norte y del sur, el Estado nunca ha estado presente: campesinos y obreros viven y mueren padeciendo el desprecio de la Lima aristocrática y de las clases medias arribistas y de emergentes.
Los distintos Congresos – sean bicamerales o unicamerales – han terminado por representar a esta derecha implacable, clasista y racista. El uso de la figura de la “vacancia” por incapacidad moral permanente ha sido el arma utilizada para destituir a los Presidentes, y nombrar a sus reemplazantes que, en la mayoría de los casos se ven forzados a dar el “amén” a la mayoría parlamentaria, (así ocurrió con el Presidente Martín Vizcarra, ante la renuncia de Pedro Pablo Kuczynski, y su inminente vacancia, y hoy, la reemplazante de Castillo que se encuentra preso, recae en Dina Boluarte, quien carece de partido político, pues fue expulsada de Perú Libre, Partido dirigido por una especie de “Lenin y Che Guevara”, de la provincia de Junín).
La actual Presidenta Boluarte carece de capacidades políticas, y no tiene otro camino que el de someterse al corrupto Congreso peruano. Finalmente se ha visto obligada a adelantar las elecciones generales, tentativamente para el mes de abril de 2024.
El Perú provinciano odia al podrido Congreso limeño que, a pesar de tener solamente el 8% de apoyo popular, intenta sobrevivir sobre la base de manipulación amañada del Poder Ejecutivo. La democracia se convierte, en consecuencia, en la “robocracia”.
Las Constituciones peruanas de 1979 y de 1993 han sido aprobadas por dictadores: la primera, por el militar Francisco Morales Bermúdez y, la segunda, por el dictador Alberto Fujimori. Al menos, la Constitución de 1979 fue producto de una Asamblea Constituyente, presidida por el estadista Víctor Raúl Haya de la Torre, fundador del APRA.
En las elecciones presidenciales de 2021, un candidato desconocido, profesor rural, logró triunfar por 40.000 votos en la segunda vuelta electoral frente a Keiko hija del dictador Alberto Fujimori.
Desde un comienzo, la derecha peruana acusó al gobierno de Castillo de ser “producto” de una elección fraudulenta, (siguiendo la estrategia de Donald Trump). En menos de un año, la derecha presentó dos proyectos de vacancia en contra del Mandatario, que fueron rechazados por la mayoría parlamentaria y, no contenta con esta estrategia, dirigió una serie de acusaciones que implicaban, no sólo al Presidente Castillo, sino también a gran parte de su familia, (dos sobrinos, la esposa, su cuñada-hija, los hermanos de su mujer, lista a la cual habría que agregar a algunos de sus coterráneos y a sus ministros de gabinete, amigos personales, el Secretario de la presidencia, Bruno Pacheco Castillo, Juan Silva ´hoy exiliado en Caracas´, Hugo Chávez, gerente de Petro-Perú, y otros más).
La Fiscal Nacional, Patricia Benavides, envió al Congreso seis carpetas que contenían acusaciones en contra de Pedro Castillo, tipificándolo como jefe de una asociación para delinquir.
El día 7 de diciembre del año en curso, hacia las 15:00horas, debía tratarse la moción de vacancia contra el Presidente. A las 10:00 horas el Presidente se adelantó dando a conocer, a través de cadena nacional, el cierre del Congreso, la instalación del toque de queda desde (las 22:00 horas y hasta las 04:00 horas), y el Presidente gobernaría sobre la base de decretos-leyes, y se convocaría a elecciones de Congreso Constituyente, además, se reformaría el Poder Judicial. El Presidente del Congreso adelantó la hora de discusión y votación de la vacancia, y un total de 101 de los Congresales votó a favor de la vacancia, 6 en contra y 10 abstenciones.
Los sectores de las provincias del sur se sublevaron contra el Congreso y la nueva Presidenta, Dina Boluarte, acusándola de traidora. En Arequipa, el Aeropuerto Internacional está tomado e incendiado por los manifestantes, y con serios daños; en Antiguallas, el pueblo está ocupado por los campesinos y las rondas. Hasta hoy, las víctimas fatales suman 9 personas fallecidas y más de 300 heridos, (la mayoría por balas de la Fuerza Pública); en el Norte se ha sumado a las protestas una serie de pueblos sublevados.
Antauro Humala, (hermano del ex Presidente Ollanta Humala), se proclama líder del Movimiento etno-cacerista, ultranacionalista quien, una vez salido de la cárcel, pretende proclamarse como candidato, aprovechando el vacío de poder, sin embargo, cometió el error de aceptar la legitimidad del gobierno de Dina Boluarte, que le enajena el apoyo de los seguidores de Castillo.
Perú estaría a un paso de la guerra civil.
Por Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)
14/12/2022
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