Dice Pepe Mujica que los que llegan diciendo que son una nueva forma de hacer política deben abandonar la vieja forma para hacer la nueva política.
Nadie podría decir que esta afirmación está fuera de contexto. Así debe ser.
En Chile aparecieron hace algunos años jóvenes desaforados manifestando que el actual modelo político/económico/social en Chile estaba agotado. Dieron sobradas razones para describir un sistema que agredía la dignidad de millones de chilenos a los cuales las desigualdades los venían maltratando por decenios. Todos contra el lucro así marcaban en las murallas de la ciudad. Es necesario dejar establecido que se hizo marcando el punto con los gobiernos que desde 1990 se fueron sucediendo en el país.
En este asunto la nueva generación tan avasalladora que irrumpe en el escenario político tenía razón. Por decenios negacionistas, pinochetistas, revisionistas y conciliadores fueron estructurando un gran conglomerado que se conoció como el partido del orden. El modelo no se toca, se saludan de manera formal y cordialmente a los grupos económicos y las AFP mantienen sus negocios. Se le construyen prisiones especiales a los criminales de Lesa Humanidad.
Finalmente los pobres se mueren de pobres como ha sido siempre o se les mata como en las tantas masacres que tiene la historia del movimiento obrero y campesino.
Cuando los iniciados jacobinos de los tiempos actuales escribieron que esta larga y angosta franja de tierra iniciaría un nuevo modelo productivo pareció interesante, finalmente se estaba llegando a una solución de un nudo complicado, mejorar en derechos las condiciones de hombres y mujeres. Notable idea que fue saludada aportando con votos a los nuevos okupas en el parlamento.
Los que llegarían a viejos sintieron que un cambio en el delictual sistema de pensiones les alegraría la vida cuando estuvieran sentados en sus bancas frente a la puerta de su casa sin el temor de ser asaltados por las farmacias. Que se despedirían de esta tierra sabiendo que sus nietos tendrían educación de calidad para no solamente mejorar sus condiciones de vida sino para aportar al justo desarrollo del país, como lo hicieran por ejemplo los de la maestranza de San Bernardo reparando trenes que llevaban pasajeros para el norte y también al sur.
Aquí se hace necesario hacer una pausa.
Los hombres de convicciones empoderadas las defienden siempre, basta recordar que la nacionalización del cobre fue pancarta por largos años y cuando se estuvo en lo posible se concretó. Aquello le dolió a los Estados Unidos sencillamente porque así tenía que ser no más. Defender el derecho a la vida fue también dar medio litro de leche a los niños hambrientos.
Posiblemente los nuevos justicieros sin corbata no sepan lo que era el Zanjón de la Aguada donde miles de pobres se batían entre la miseria y los ratones y que por esas urgencias se tomaron lo que es hoy la población La Victoria. En esos tiempos hubo hombres y mujeres que dieron las mejores batallas para ganarle a la derecha que los desconocía como personas con derechos.
Chile siempre ha escondido a sus pobres. Los viste de clase media.
La tierra para el que la trabaja y se dieron los pasos enormes para que miles de campesinos por años postergados, escondidos en la miseria se convirtieran en actores preponderantes del futuro que sin duda se venía venir. Había un programa que no se alteró, que no se negoció, que no fue llevado a una cocina para vestirlo como un charquicán desabrido como se hace en estos tiempos.
No hay que olvidarse de los pobres dijo Mujica. Algo parecido también dijo Lula cuando se comprometió que los pobres en Brasil no entrarían con hambre al sueño.
Es que los pobres no son frases para el mármol, son una realidad que está latente todos los días y en todos los bordes de la ciudades, mejorar sus condiciones es labor y tarea de los que cargan sobre sus hombros el servicio público. De los elegidos en el voto.
Chile no avanza para cambiar el actual modelo.
Juan Sutil no tiene pesadillas, sabe y le han dado garantías con palabras más o menos que nada cambiará, la CNC no cambia de casa. Las AFP sin duda alguna tendrán otro nombre pero serán los mismos capitales generados por años con los fondos de miles de trabajadores los que seguirán flotando en un modelo que les acomoda. Luksic como un almacenero cualquiera seguirá en su caja registradora recibiendo dinero hasta no saber dónde colocarlo. A esos ya no les cabe más.
Posiblemente si aquellos días de octubre hubieran durado algunas semanas más se estaría escribiendo otra historia más digna, justa, solidaria y democrática. Fea es la foto del 15 de noviembre de aquel año. Nuestro querido Gatica o Fabiola podrían haber seguido enamorados del amanecer y los otros tantos que ven sencillamente la mitad del mundo.
No hay duda que todo este periodo será descafeinado, raro, turbio, lleno de confabulaciones y repartijas. No es asombro ver a los mismos de siempre. Para muchos sacristanes la llegada al gobierno los dejó obnibulados, estar cerca de lo que se conoce como poder les interrumpió la vida. El nepotismo volvió a cobrar vida e impulsos, allá la Mix, repartija a tajo y destajo. Partidos convertidos en pymes mientras la vida de los pobres es una larga lista de privaciones con deseos mezclados, con los compromisos que les han dicho tantas veces como si de un mantra se tratara.
Y los okupas del parlamento tampoco lograron entender lo que se venía. Vaya manera de reírse de los ciudadanos. Nadie dio el modesto y digno paso al costado
También es mala la foto de Elizalde/Vlado/Soto mostrando dos hojas con las firmas de los que adulan al modelo y no quieren cambiarlo junto a los que sencillamente con un buen maquillaje hará feliz a todos. En realidad es comparable a los apoderados que muestran ufanos la licencia de cuarto medio de sus hijos. Allí no están nuestros pueblos originarios a los que la derecha agrede e insulta sin el menor reparo. Cuanta falta hace Jacinto en estos días.
Hay que volver a la historia.
Los nuevos no dan la talla sencillamente porque no son valientes políticamente hablando. Una derecha que se robó todo y se adjudica un 60% sabe que jugó con cartas marcadas. Pero el gobierno con sus incipientes insurrectos se entrega a partidos sin historia ni clase, a instrumentos empujados por el duopolio, a marionetas ya desteñidas, mausoleos avejentados, pájaros de mal agüero, faluchos rumbo a los desaguaderos.
Sucede que en la nueva estructura constitucional queremos estar todos, los pobres, los medio pelo, los trabajadores, los maestros y los músicos, los que escriben poesía y también historias, los pescadores y titiriteros, un maestro rural nos hará el honor de ser reconocido. Los pescadores de Puerto Montt y más al sur.
Nadie es más sabio de la tribu que los que construyen este país a martillazos con hambre. Como no negar la sabiduría del que va midiendo con pasos los caminos o un edificio con escalas.
No se engañen sosteniendo que 24 designados y cincuenta elegidos harán marchar a Chile. Las deudas están casi todas impagas y necesariamente en algún momento esperan tras las casas como superarlas. La paz social con hambre y desigualdad debe dar un segundo octubre, y que no digan después…..la que viene será hasta el final.
Por Pablo Varas
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