Por Mario López M.
Nadie entiende que, a pesar de intoxicaciones masivas que se siguen produciendo día a día en la zona de sacrificio a que han sido sometido Quintero y Puchuncaví, el gobierno insista en negar el suceso y bajar las alertas y precauciones, quizás porque se siente culpable de haber liberado a las empresas ubicadas en la zona de controles de emisiones en el primer mandato.
No ha sido solo una vez. Al comienzo de esta crisis -que viene arrastrándose por decenas de años, pero ha sido este gobierno quien ha actuado con increíble desdén e ineficacia-, la ministra de Medio Ambiente, Carolina Schimidt, aseguró que, por una parte el problema de los vecinos era producto del polen y más tarde, ante las evidencias, acusó a la estatal Enami, lo que peritos demostraron no era efectivo.
es más, se le acusó a ella de tener interés comprometido, pues una de las empresas a quién se imputa el daño ambiental, es dirigida por el socio de su marido.
Luego vino el turno del ministro de Salud, quien dijo muy suelto de cuerpo que no era cierto que hubieran intoxicaciones masivas y que las razones eran otras, distintas de la contaminación.
El propio Piñera y su ministra Schmidt, sufrieron el hastío de los vecinos quienes los expulsaron de su intento visita "tour" por la región afectada.
Piñera también tiene intereses comprometidos, pues el mismo socio de el esposo de la ministra, el abogado  Fernando Barros, es nada menos que el abogado de Sebastián Piñera y quien ha implementado su compra de empresas zombies y su planificación offshore con inversiones en paraísos fiscales para no pagar impuestos.
Ahora, tras levantarse por enésima vez la alerta amarilla y comprobarse más de una decena de nuevos intoxicados, todos menores, la reacción de molestia provino del ex fiscal Carlos Gajardo, quien en su cueta de Twitter denunció: "Cuesta entender la incapacidad del gobierno para enfrentar la crisis sanitaria en Quintero-Puchuncaví. Sin duda es un tema complejo y que se arrastra por años, pero la magnitud del problema exige soluciones más radicales y no simples alertas que se suben y bajan".
Incluso el propio senador derechista, Francisco Chahuán, ha planteado que no cabe otra que declarar zona de catástrofe a Quintero. Es más, dice que se lo ha dicho en la cara a Piñera y no hay respuesta.