La agrupación Ciudadanos por la Memoria entró en el debate instalado por Carabineros de Chile cuando intentó bautizar la Academia de Ciencias de la institución con el nombre de Rodolfo Stange, exdirector miembro de la junta militar de la dictadura y vinculado con violaciones de derechos humanos. Al ingresar a la discusión, propuso el nombre de José María Sepúlveda Galindo, el general director de Carabineros que estuvo hasta el 11 de septiembre de 1973, “por su trayectoria constitucionalista y por su respeto irrestricto a la soberanía popular”.

 

El general había aceptado el ministerio de Tierras y Colonización en el cambio de gabinete de Allende de agosto de 1973, y era considerado un “constitucionalista”, y no un adherente al gobierno de la Unidad Popular.

Sepúlveda, según una nota de El Mostrador, estuvo el día del Golpe junto a Allende el día de la asonada militar en La Moneda, y allá recibió un llamado comunicándole que había sido removido de cargo por la cúpula golpista de la institución, encabezada por el general César Mendoza Durán, el primer representante de Carabineros en la Junta Militar de Pinochet.

El general director de la policía uniformada sufrió así su propio “golpe” en la institución, y ha quedado relegado en el olvido en la historia, hasta fallecer en 1988.

De hecho una crónica del diario El Centro recuerda que “el gesto valiente, fiel a las leyes y a la Constitución, al General Sepúlveda Galindo le valió la persecución y el olvido y en su propia institución. Que sepamos, nadie lo ha reivindicado ni honrosamente homenajeado (…) Tan sólo en la Biblioteca Municipal de Curicó “Tomás Guevara Silva” existe una galería de los “Hijos Ilustres” de la ciudad de Curicó, donde cuelga el retrato del general José María Sepúlveda Galindo, quién en 1971 fue homenajeado con ese galardón en la ciudad que lo vio nacer y que humildemente lo recuerda en su historial”.